Berlín, 22 ene (EFE).- En medio de los continuos ataques rusos, los civiles ucranianos se preparan para un posible enrolamiento en el ejército en cursos ofrecidos por voluntarios en los que aprenden a manejar armas y a prestar asistencia médica.
Una docena de hombres y mujeres siguen las instrucciones de un instructor vestido de militar en una piscina reconvertida en Leópolis. Todos ellos son civiles y están aquí para un curso intensivo de 3 días sobre los elementos básicos de la vida militar.
En los primeros dos días aprenden a sostener con seguridad un fusil de asalto, montarlo y desmontarlo y a moverse con él en el campo de batalla.
Algunos, como Olena, de 17 años, sostienen un fusil Kalashnikov, mientras que otros lucen un modelo de madera. Sin embargo, todos comparten la sensación de que es probable que tarde o temprano tengan que unirse a las fuerzas de defensa de su país.
“Estoy psicológicamente preparada para que esto suceda en uno o dos años. Quiero asegurarme de saber lo que tendré que hacer entonces”, dice Olena, estudiante de segundo año de universidad.
“En el ejército no hay hombres ni mujeres, sólo soldados”, dice “Lumi’, su instructor, mientras da órdenes.
“Mucho de lo que les estoy mostrando ahora puede parecer irrelevante. Sin embargo, en el campo de batalla, sólo el dominio de estas habilidades les puede salvar del pánico y salvar sus vidas”, explica a los participantes mientras practican sus movimientos empuñando un arma.
Ayudar a los civiles a superar el miedo a lo desconocido
“Lumi” tiene una vasta experiencia en combate, y pasó a ser instructor después de resultar herido. Ahora colabora con el batallón de voluntarios “León” de la comunidad de Leópolis.
La mayoría de los miembros del batallón no pueden participar en combates activos por problemas de salud o restricciones de edad, pero aún así contribuyen de muchas maneras, explica a EFE su comandante, Valentyn Serediuk.
Los voluntarios dependen de sus propios fondos y de sus partidarios, tanto dentro como fuera de Ucrania, para ayudar a derribar los drones «Shahed», producir ellos mismos los suyos y ofrecer entrenamiento militar altamente especializado.
La preparación de civiles para el servicio militar es una de las áreas clave.
Más de 4.000 civiles han pasado por diversos tipos de formación ofrecida por el batallón en menos de dos años y más de 500 se han unido finalmente al ejército.
Si bien el interés alcanzó su punto máximo después del inicio de la invasión a gran escala que llevó a cabo Rusia el 24 de febrero de 2022, se mantiene estable ya que muchos civiles aceptan que es probable que la guerra continúe por mucho tiempo.
“La gente tiene miedo a lo desconocido. Al dar a nuestros futuros soldados algunos conocimientos militares claves incluso antes de que se unan al ejército, les damos confianza y aumentamos nuestras posibilidades de ganar”, declaró Serediuk a EFE.
“Tenemos que estar preparados para defender nuestro país”
“La práctica continua es clave”, subraya un instructor médico que muestra a los participantes cómo detener una hemorragia masiva en poco menos de 30 segundos, el tiempo que tendrían en el campo de batalla antes de desmayarse.
Uno de ellos, Andriy, informático de 37 años, también asistió a un entrenamiento de tiro ofrecido por otra iniciativa.
“Todo el mundo va a tener que tomar las armas tarde o temprano y es importante dominar lo básico antes”, dijo Andriy a EFE, al tiempo que afirmó que las autoridades locales y el Estado deberían hacer más para preparar a los civiles.
Por ahora, Andriy está explorando más opciones que ofrecen otros grupos de voluntarios, como el Centro de Preparación para Civiles, dirigido por la fundación Sergiy Prytula.
La demanda es alta, dice. “Una vez que aparece un anuncio online, pasan pocas horas hasta que se llenan todas las plazas disponibles”.
Mientras tanto, Olena participará en un entrenamiento intensivo de dos días a cargo del batallón “León” la próxima semana.
“Como todo aquel que ha nacido en este país, tengo que estar dispuesta a defenderlo”, subraya con tranquilidad la adolescente.