El presidente estadounidense Donald Trump, el ruso Vladimir Putin y la canciller alemana Angela Merkel participaron en las ceremonias presididas por el mandatario francés Emmanuel Macron, que alcanzarán su punto álgido en el Arco del Triunfo y concluirán con un Foro de la Paz.
Los dignatarios, entre ellos el presidente del gobierno español Pedro Sánchez y el rey Felipe VI, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, se dieron cita a primera hora de mañana en el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia francesa, donde fueron acogidos por Macron y su esposa Brigitte, bajo una fina lluvia.
Desde allí, los dignatarios se dirigieron juntos en autobuses al emblemático Arco del Triunfo en la avenida de los Campos Elíseos, para participar en una ceremonia solemne al pie de la tumba del soldado desconocido, que representa a los 10 millones de combatientes muertos en la Primera Guerra Mundial.
Trump y Putin llegaron directamente, el primero a bordo de su limusina blindada negra, conocida como «La Bestia».
Más de 10.000 policías y gendarmes estaban desplegados en la capital francesa para garantizar la seguridad de los mandatarios y sus delegaciones en una ciudad bajo amenaza permanente de atentados desde 2015.
Esto no impidió que dos activistas Femen saltaran las barreras de seguridad en los Campos Elíseos y se acercaran al convoy de Trump. Las mujeres, que fueron detenidas, iban con el pecho desnudo y llevaban escrita en el cuerpo la palabra «hipocresía».
La ceremonia comenzó con un minuto de silencio al pie del Arco del Triunfo, donde sonó la Marsellesa, el himno nacional francés, en honor a los caídos.
El célebre violonchelista Yo-Yo Ma interpretó la zarabanda de la suite número 5 de Bach. Por su parte la cantante beninesa Angelique Kidjo cantará en homenaje a las tropas coloniales y estudiantes leyeron testimonios de la guerra.
Acto seguido, Macron, cuyo país fue una de las grandes potencias vencedoras en 1918, pronunciaría un discurso centrado en el tema de la paz, después de que esta semana multiplicara las advertencias sobre el resurgimiento de un nacionalismo similar al del período de entreguerras.
«Se trata de hacer resonar el 11 de noviembre de 1918 con el 11 de noviembre de 2018», indicó una fuente de la presidencia francesa.