Como es conocido el año escolar 2021-2022, se inició en septiembre del año pasado, dentro de un clima de expectativa en cuanto a la recuperación de la infraestructura educativa conformada por 25000 mil unidades educativas y un déficit de 2.500 nuevas escuelas a nivel nacional.
A seis meses del inicio del año escolar el balance no es nada alentador, tal como lo señala Gilmer Avendaño. quien expresó que siguen las viejas fallas de los centros educativos en su infraestructuras, «mal de nunca acabar», pese a la campaña gubernamental de “Una Gota de Amor.”
La dotación del mobiliario a las diversas escuelas del estado ha brillado por su ausencia, siendo el personal obrero, administrativo y docente que llevan los implementos para la respectiva limpieza de las instituciones.
Según Avendaño el estado Trujillo necesita la construcción de 300 nuevas unidades educativas, todo lo anterior indica y es notorio que no existe un plan de políticas publicas en mantenimiento progresivo de las instituciones educacionales como tampoco se prevé un plan de atención en materia de construcción de edificaciones escolares, con lo cual se infringe el contenido, propósito del articulo 50 de la Ley Orgánica de Educación que establece “Una inversión prioritaria del crecimiento progresivo orientada hacia la construcción, aplicación, rehabilitación, equipamiento, mantenimiento y sostenimiento de las edificaciones escolares”, norma que se ha convertido en letra muerta por parte de quienes conducen la gerencia educativa del país y del estado Trujillo.
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José Rojas
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