Regresa la calma y normalidad en poblaciones del eje panamericano

Una de las manifestaciones sucedidas en la avenida 5 de Betijoque.

Poco a poco va regresando la calma a las poblaciones del eje panamericano, después del apagón de más de 100 horas, cuando las poblaciones quedaron a oscuras, falla de electricidad que traslado de nuevo a estas localidades a comienzos del siglo 20, cuando el alumbrado de hogares y calles se hacía a través mechurrios y lámparas artesanales, que causaban diversidad de molestias a los usuarios

No es fácil que regrese todo a la normalidad, después de las innumerables perdidas sucedidas en todos los órdenes, tanto en el comercio como en las fincas donde las perdidas según lo han contado a los periodistas, son incalculables, abogando ahora productores y comerciantes porque todo regresa a la normalidad y se pueda trabajar al libre albedrio y capacidad de producción de cada quien.

Producto de esta declaración logramos conocer de las cuantiosas pérdidas donde se incluyen  miles de litros de leche al no poder ser procesados para elaborar productos lácteos derivados de este insumo como es el queso, crema, ricota, requesón y otros, que no pudieron ser elaborados por el apagón del pasado jueves 7, que se prolongó por más de 100 horas, donde el fluido eléctrico es imprescindible para los menesteres de estas industrias, muchas que funcionan de manera artesanal y otras modernas de cuyo producción dependen no solo el que elabora el producto, sino obreros, dueños de fincas, transportistas, que permitan que el producto llegue los centros de consumo de muchas poblaciones del estado, en fin una cadena de producción que se paralizo por la falta del imprescindible fluido que en estos tiempos lo mueve todo, como es la electricidad.

En poblaciones como Sabana de Mendoza, los panaderos se vieron en la necesidad e regalar los bollos de harina preparados para ir al horno, no pudiéndose hacer esta labor por la carencia de fluido eléctrico.

Igual sucedió con otros comercios tanto en Betijoque como en otras localidades donde los dueños de los mismos se vieron en la necesidad de vender la carne a precio de ganga, con rebaja hasta del 80 por ciento en unos casos y otros regalar el queso, la ricota, el requesón y la crema pues la descomposición del producto  era evidente. Las largas colas en los comercios fue una señal de lo que sucedía, pensándose en principio que era un conato de saqueo, pero no todo fue aclarado al salir del comercio personas con paquetes de quedo y carne barata, precio de ganga pues la descomposición por el calor amenazaba con descomponer todo.

Otro aspecto de la protesta.

Las protesta

Los días fuertes de protestas en Betijoque fueron el viernes 8, sábado 9, domingo 10 y lunes 11.

El domingo 10 una multitud de jóvenes y adultos tomo las calles de la población, llegándose hasta el Hospital María Aracelis Álvarez en horas de la noche, donde todo se volvió un caos, en busca   presuntamente de ciertas autoridades entre estos el  Alcalde José Leonardo Chirinos quien al parecer estaba recluido, pues había concurrido en busca de asistencia médica.

Estos momentos tensos se convirtieron en una situación peligrosa cuando de la parte norte del hospital, donde estaba estacionado un vehículo del gobierno local, aparecieron varios encapuchados armados, accionado sus armas y realizando disparos al aire, que podrían haber desencadenado en tragedia, lo cual sucedía ante la mirada impasible de efectivos policiales que cuidaban la puerta del centro asistencial para que no entraran personas al recinto hospitalario.

Fueron llamados más refuerzos policiales, ante el aumento de la multitud que llegaba hasta el frente del hospital, lo cual contribuyó a la retirada de una parte de los manifestantes que daban a conocer su inconformidad ante lo sucedido, que según estos había traído varios heridos desde que se iniciaron las manifestaciones, que tuvieron en constante tensión a la tranquila población.

El lunes 11, al comienzo de la calle 11 con avenida 5 de Betijoque, en horas, casi del mediodía,  fue muerto un ciudadano conocido más por el apodo que tenía que por el nombre de pila, señalándose que las fuerzas de seguridad lo habían ajusticiado, pues entraron a la vivienda donde residía y lo mataron según dijeron los vecinos que escucharon los disparos hechos por los efectivos del cuerpo de seguridad que realizo el procedimiento de manera por demás vil, pues no hubo allanamiento legal del hogar.

Esta muerte calmó los ánimos de las diversas manifestaciones que se habían venido sucediendo en la población.

Lo que si repartió la policía y los colectivos fueron perdigones

Protesta en Sucre.

En el municipio Sucre sonaron fuertemente las cacerolas el día 11,  especialmente en Valmore Rodríguez, sucediéndose también toma de la panamericana. Protestas donde participaron vecinos del sector Las Bandera, rurales y otros,  inconformes con el apagón que los había trasladado al comienzo del siglo 20, cuando el alumbrado principal en calles y hogares se hacía con gasoil,  kerosene y mechurrios artesanales.

 

 

 

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