En noviembre de 2010 la UNESCO declaró al flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad . Nacido en el siglo XVIII en sur de España, fue en sus orígenes una expresión que creció de forma improvisada aglutinando elementos de procedencia árabe, judía, india (a través del nomadismo de quienes conocemos como “gitanos”) y de colonias hispanoamericanas en cuyo mestizaje existía influencia de manifestaciones de esclavos africanos que convivieron con los colonos españoles y aborígenes americanos, todo ello sumado al género de la jácara y a estilos de música y danza del folclor del sur de España de la época.
Cumpliendo un año más de aniversario de tal declaración, es apropiado citar a una de sus exponentes que desde su juventud, exactamente desde el año 1998, se ha enfocado en el estudio de las raíces gitanas orientales del flamenco, creando así un estilo propio a la vez de ser una de las pioneras del flamenco oriental en el mundo. Se trata de la venezolana Larissa Vesci, primera danzarina de flamenco oriental en ser entrevistada en el prestigioso programa “Flamencos por el mundo” conducido por el flamencólogo de reconocimiento internacional, Manuel Moraga de la sección RNE de Radiotelevisión Española (Madrid, España), compartiendo programa con Ricardo Pachón (productor del legendario Camarón de la Isla). Antes de conversar con Larissa, he aquí la observación de Richard Ford en 1846 plasmada en “Las cosas de España” refiriéndose a la huella oriental en un incipiente género que habría de llamarse “flamenco”:
“Sevilla es hoy en esto, lo que conocemos, lo que en la antigüedad fue Gades.Nunca falta allí una venerable bruja gitana que prepare una función, como se le llama a estos bonitos espectáculos. Aquí el pasado triunfa sobre el presente; un baile que es semejante al Ghawazee de los egipcios y al Nautch de los indios. Aquí se le llama Olé y Romalis entre los gitanos. El alma y la esencia de ellos consiste en la expresión del sentimiento que no es ciertamente de carácter sentimental o correcto. Las mujeres que parecen no tener huesos, resuelven el problema del movimiento continuo disfrutando de sus pies relativamente, de ellos, un privilegio, pues todo el cuerpo forma parte de las pantomimas y tiembla como la hoja del álamo”.
¿Cuáles son los orígenes del flamenco?
El flamenco, tal y como lo conocemos, surge de dos fuentes: una hispana que agrupa a parte folclore español, principalmente el andaluz unido a géneros como la jácara y el fandango indiano de una América colonial con sus propios estilos de danza producto de la convivencia entre colonos hispanos, indios aborígenes y esclavos africanos y otra que es una influencia gitana oriental, que nace de la interpretación o versiones, en muchos casos deformadas, de diversas danzas clásicas o palaciegas; verbigracia, el kathak, del noroeste de la India y de folclores de varios países de Oriente siendo, sin duda, una primera muestra de danzas del mundo que nació de forma espontánea fusionando ingredientes ubicados entre ambos extremos del planeta; el este y el oeste.
¿Qué te llevó a interesarte por el camino de las raíces orientales del flamenco?
Cuando vi la película “Torrentes de Primavera” a principios de los noventa. En una parte de la misma observé a unos gitanos del occidente de Europa bailando en un campamento. Posteriormente, pregunté a maestros de flamenco que me daban clases en aquel entonces de “como era posible que siendo gitanos, al igual que los pioneros del flamenco; es decir, los gitanos españoles, los de la película bailaban diferente”. Ninguno me supo responder, con lo cual, ese eslabón perdido persistió en mi mente y corazón durante años. Más adelante, a través de familiares de origen sirio comencé a formar parte de actividades de la comunidad sirio-libanesa del centro de Venezuela, organizadas en su mayoría por la Iglesia oriental Católica Maronita, mediante eventos culturales y programas de TV con bailes folclóricos; por ejemplo, dabke y danza árabe de Medio Oriente. A partir de entonces y sin darme cuenta, fui dirigiéndome por los márgenes hacia una de las danzas raíces del flamenco, la danza gitana egipcia ghawazee y; en consecuencia, con parte de tal eslabón perdido.
¿Es el flamenco oriental una rama del flamenco tal y como lo conocemos?
No. Hoy día es una rama de las danzas orientales que teniendo carácter flamenco, reúne a elementos indios, pakistaníes, persas, iraquíes, magrebíes y de algunos pueblos del Mediterráneo Oriental como Turquía; Egipto y Grecia, entre otros. Es decir, desde el Meridiano de Greenwich hacia el este del mundo, poniendo énfasis en expresiones de los territorios por donde el Pueblo Rom ha dejado huellas a través de la música y danza en su proceso de nomadismo. Aunque el flamenco oriental no forma parte del baile flamenco per se tal y como se codifica hoy día, es un estilo nuevo con raíces ancestrales que ya es aceptado formalmente y es parte del conjunto de bailes regulado, a su vez, por el Consejo Internacional de la Danza de la UNESCO, institución de más alto nivel en el ámbito de las danzas del mundo y al cual tengo el inmenso honor de pertenecer.
¿Existe un estilo de danza gitana reglada?
No. Aparte de usos y costumbres de la danza kalbelia de gitanos indios y en menor medida la turca, no hay reglas propiamente dichas. De hecho, hay creencias falsas de que existen danzas gitanas regladas como la iraquí o la rusa. Por ejemplo, acerca de la danza gitana rusa hay mitos. Aunque algunas artistas están trabajando en su formación, la misma surge o se inspira de un tipo de folclore ruso. Volvemos al principio: los gitanos toman lo que encuentran a su paso y versionan lo aprendido según sea su recorrido nómada. Son una mezcla de supervivencia, transmisión y embajada de la danza y de la música a través de seres que viven el presente; el “aquí y ahora”. De resto, hay mucha fantasía tipo “Esmeralda” de Disney y, probablemente también por la influencia del American Tribal Dance que es un estilo con normas establecidas y, por ende, con su propia representación de acuerdo a su visión de la danza gitana la cual es muy copiada en la actualidad.
Finalmente, ¿cómo describes tu estilo?
De manera detallada lo describo como un estilo basado en las raíces orientales del baile flamenco primitivo, con dos líneas de expresión: apolínea (estilizada con una técnica muy específica segmentada en dos áreas: mediterránea y oriental) y otra dionisíaca (más salvaje). En la segunda, se presentan elementos estéticos producto de la observación durante muchos años y que son comunes y cotidianos entre gitanas de diferentes lugares y que procuro imitar tomando en cuenta el peso corporal, los codos, manos y naturalidad. Además, es un estilo que tiene nombre RomaliC; es decir, “romalí” como nombre que le daban los gitanos al baile precursor del flamenco y “C” de concepto. En cuanto al esqueleto de ritmos de ese estilo, “RomaliC” da importancia al trabajo sobre los ritmos teental, siguiriya, tango, rumba, saidi, dokuz sekiz y una cadencia preflamenca como lo es la jácara. También a otros combinados y creados, a su vez en 2015 con el batería Arturo Garcia, entre ellos, el tansaidi o la karsirilla. Con respecto a la estética y actitud, lo fundamental es representar la esencia de la bruja o hechicera gitana arquetípica a la que hacen alusión muchos estudiosos del flamenco. Es importante recordar que los albores del flamenco se concibieron en Bailes de Candil en los que tabacaleras, lectoras de la buena fortuna gitanas, gitanos, toreros, gente pícara y algunos “señoritos” coincidían y que paralelamente al flamenco surgió otro estilo hermano, la zambra de herencia árabe y gitana, principalmente en Granada. Por tanto, sobre todos los demás componentes, esa esencia “bruja con un punto salvaje” es un sello del concepto RomaliC. En pocas palabras y con tintes poéticos diría que “con viejos pinceles de la historia dibujo en nuevos lienzos de danza flamenca con colores gitanos orientales”.
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