En enero y febrero trabajaron con los insumos que quedaron del 2017, pero a partir de marzo -los 45 bioanalistas del centro de salud- solamente cumplen horario. Pidieron a Fundasalud una nueva dotación, pero no obtuvieron respuestas
Los pacientes suben las escaleras hasta el primer piso, donde está ubicado el Laboratorio Rafael Rangel, del Hospital Universitario Dr. Pedro Emilio Carrillo de Valera, y se encuentran con un cartel pequeño, en el cual pude leerse «No estamos realizando exámenes de ningún tipo, ni se están dando tubos para realizarlos afuera». Esta situación, según el licenciado Gerardo Martínez, los afecta desde enero, cuando los reactivos e insumos de esta área se agotaron progresivamente. Los primeros dos meses del año trabajaron con lo sobrante del 2017, pero a partir de marzo solamente cumplen horario.
Los 45 bioanalistas, quienes distribuyen su jornada en tres turnos, no pueden realizar ni un simple estudio de orina. En consecuencia, los pacientes deben acudir a otras instituciones para realizarse sus análisis. La primera opción, explicó el profesional, es enviarlos a la red ambulatoria, pero muchos les han comentado que también se encuentran sin reactivos. En ese caso, les toca acudir a laboratorios o clínicas privadas, donde les cobran precios excesivos. Esto debido a que compran los insumos en el exterior y a precio del dólar paralelo.
Mayo ha sido crítico
Martínez declaró que la situación se agravó en mayo, cuando han sido víctimas de maltrato por parte de los pacientes. Todo se debe a una información falsa que ha corrido por los medios de difusión radial. Los acusan de no querer trabajar, de esconder los reactivos. Sin embargo, nada está más lejos de la realidad. El profesional de la salud comentó que esto les ha generado malestar. Son conscientes de las necesidades de las personas y están de su parte, pues desde enero han llevado informes a la Fundación Trujillana de la Salud. Desafortunadamente, no les han dado ninguna respuesta. «Hasta la fecha no hemos sido tomados en cuenta. Desde enero no tenemos respuestas ni de Fundasalud, ni de la dirección del hospital».
38 mil pruebas
El bioanalista estimó que, en marzo, abril y mayo, se han dejado de atender un promedio de 9.000 personas. Además, a cada persona, en promedio, le realizan cinco pruebas, por lo cual se han dejado de realizar un total de 38 mil exámenes en el último trimestre. Todo por falta de reactivos para realizar hematologías, químicas sanguíneas, heces u orina, que son los más simples. Por otro lado, en cuanto a infraestructura y equipos, el área de laboratorio no escapa a la crisis del sector salud: no tienen acondicionador de aire, están desprovistos de lámparas y bombillos especiales para determinados exámenes y las neveras funcionan a medias.
Pagos al día, pero bajos
El gremio de bioanalistas del Hupec, pese a vivir este déficit desde enero, no había querido levantar su voz para no mezclarse con las peticiones de los médicos de este centro de salud, quienes exigían mejoras en sus salarios. Los licenciados, al estar amparados por Fundasalud, reciben sus pagos al día, aunque no puedan trabajar por falta de insumos. No obstante, estos salarios no se ajustan a la realidad del país y aspiran a una mejor remuneración.
También requiere una remodelación
El Parque Los Ilustres necesita el amor de los usuarios
Uno de los pocos lugares para el entretenimiento de los valeranos, se encuentra visiblemente desgastado. Si no fuera por sus áreas verdes, que el personal de mantenimiento de la Alcaldía de Valera se esmera en tener bonito, esta área se vería como una jaula vieja y descolorida. De lunes a viernes, en la mañana, los usuarios más frecuentes son estudiantes de bachillerato, a quienes los trabajadores del parque les piden tener más respeto por las áreas verdes. «No deben pisar el pasto y tampoco romper los arbustos, siempre que estoy les digo que respeten» comentó uno de los jardineros al equipo del Diario de Los Andes.
Por otro lado, mencionó que hace falta mayor vigilancia, en especial en horario vespertino y nocturno. «Hace meses que se robaron el cableado de las luces y en las noches parece la boca del lobo» comentó. Sobre este particular, ha habido varias denuncias de visitantes que son atacados por ladrones, dentro del parque. Esto ocurre después de las dos de la tarde, cuando el personal de la Alcaldía ya se ha retirado de sus oficinas. Los ladrones ingresan y roban celulares o carteras.
Una pintadita
Los bohíos y las sillas de este espacio de recreación, se encuentran en mal estado, al menos en cuanto a estética se refiere. Tienen grafitis hechos por estudiantes, tienen varias capas de pinturas roídas y algunas lucen rotas. Carlos Aldana, quien ofreció su opinión a la prensa, explicó que para él el parque se encuentra en buen estado. «Hace falta un poco de mantenimiento, poner nuevos columpios, pintar las bancas. Aunque esto siempre ha sido así». En cuanto a la seguridad, consideró que amerita mayor vigilancia por los casos de robos. MGD
Por falta de unidades
15 mil a 20 mil bolívares cobran para ir a Trujillo
Una larga fila de personas en el Terminal de Pasajeros de Valera delata la crisis del sector transporte. No hay unidades y los usuarios deben esperar largas horas para poder llegar a sus destinos. En el caso de Trujillo, la capital de la región donde se concentran la mayoría de los poderes públicos, la cola puede superar la cifra de 100 usuarios, al menos en las horas pico. Además, estos deben tener en su bolsillo, como mínimo, 20 mil bolívares. Esto se debe a la falta de unidades de la ruta Valera-Trujillo. «Las busetas de la línea cobran 15 mil, pero una habilitada cobra hasta 20 mil» comentó una joven, mientras abordaba una de estos vehículos alternos. Los ciudadanos se quejan de los excesos, pero en parte reconocen que sin estos vehículos, la situación se agravaría. MGD
Ausencia del aseo
Basura en todos lados
Pueden escasear los alimentos, las medicinas y las unidades del transporte público, pero no desaparecen los desperdicios de la urbe valerana. Nadie hace cola para llevársela, ni los encargados del saneamiento urbano de la Alcaldía, ni los ciudadanos preocupados por su salud. En cada esquina se ven las bolsas llenas de gusanos, moscas y zamuros. Urge una política efectiva para la recolección de la basura, al menos un tipo de organización para evitar su acumulación en lugares públicos. No importa su tamaño o tiempo, cada «mini vertedero» afea las caras de Las Siete Colinas. MGD