Fort Myers Beach (EE.UU.), 30 sep (EFE).- Fort Myers Beach, en el suroeste de Florida (EE.UU.), es un escenario apocalíptico tras el paso del huracán Ian. Los vecinos deambulan ausentes por las calles de esta población costera en medio de un revoltijo de escombros y destrucción.
En esta localidad ubicada a unos 30 kilómetros del lugar donde el miércoles Ian tocó tierra con vientos de 240 km/h, hay casas de las que solo quedan los cimientos o la estructura, yates y botes volcados en medio de las vías o en las entradas de viviendas, tejados enteros arrancados y arrojados hasta metros más allá, y negocios tragados por el huracán.
Sobre el cielo de Fort Myers Beach, de poco más de 7.000 habitantes, sobrevuelan helicópteros, mientras que bomberos, policías y equipos de rescatistas recorren una zona que por momentos se asemeja más a un campo de batalla.
Algunas áreas siguen inundadas y está cortado el puente que conecta con las playas de la franja litoral, donde se presume que el daño es aún peor.
«No tengo respuesta, sigo en shock», confiesa a Efe con voz agitada Brian Lavey, propietario del Mojo’s Coffee, en su momento señalado como el mejor café de la playa local y hoy reducido a una montaña de restos.
Lavey y algunos de sus empleados tratan de descifrar lo que tienen ante sus ojos, al igual que otros comerciantes.
«Ahí estaba mi oficina», señala Camille Lumbert, gerente general de la tienda de alquiler de embarcaciones Getaway Marina, mientras apunta a lo que era la segunda planta del local, donde solo queda en pie el baño.
Las paredes y techo de toda la estructura fueron desgarrados por los fuertes vientos de Ian.
«Ahí está el tejado», añadió, girando hacia el otro lado de la pista, donde reposa una retorcida plancha de metal de unos 12 metros de extensión y que era el techo de este establecimiento de más de 50 años, la primera marina de Fort Myers Beach y del que además dependían otros negocios de venta de materiales de pesca y alquileres de tablas de surf.
En la calle San Carlos Drive, donde se notan las huellas de lo que fue la subida de la marea, el joven Dustin retornaba a su vivienda para una primera evaluación de los daños y se agarró la cabeza tras descubrir un agujero en su tejado y un yate de más de cuatro metros de longitud arrastrado literalmente hasta la puerta de su casa por la marejada ciclónica.
Dustin dijo a Efe que vecinos suyos tuvieron el agua hasta la cintura en sus viviendas debido a la marejada, que en partes de Florida hizo que la marea subiera hasta unos 3,5 metros por encima de su nivel normal.
LA COSTA SUROESTE ES LA ZONA CERO
La costa suroeste, por donde entró Ian como huracán de categoría 4, es la zona de mayor impacto, «la zona cero», como la llamó este viernes el gobernador de Florida, Ron DeSantis, durante una rueda de prensa ofrecida en el islote conocido como Matlacha y vecino de Pine Island, otras de las áreas arrasadas por el ciclón.
La vía que conecta ambas islas resultó partida en varios tramos, con trechos bajo el mar, y entre restos de postes de alumbrado público, árboles caídos y barro, completamente intransitable.
Llevará tiempo reconstruirla al igual que las viviendas a su alrededor, sepultadas entre cerros de escombros y para remate a merced de los robos.
«Tuve visitantes anoche», señaló casi al paso un residente que no quiso identificarse.
Para dejar su maltrecha vivienda tuvo que cruzar a través de un árbol caído que le sirvió como puente.
Interpelados por su futuro inmediato, en vista de la pérdida de sus viviendas, la mayoría de los vecinos confiesan no tener cabeza para ello ahora, enfocados como están en salvar a los suyos y a los vecinos atrapados.
«No he podido ni procesarlo, vamos hora a hora, tratando de resolver», dijo visiblemente emocionado Witney, quien dijo que no ha oído de unos amigos suyos en tres días.
Carmine Marceno, el alguacil del condado Lee, donde se asienta el área de Fort Myers, señaló que ha conversado con la fiscal del estado, Ashley Moody, para reforzar la vigilancia sobre las casas para evitar los robos.
El oficial dio a conocer este viernes que hasta el momento han contabilizado en el condado 16 muertes confirmadas a causa del huracán, aunque hay otros cinco decesos que se sospecha podrían relacionarse con el ciclón.
Desde la Gobernación de Florida insistieron este viernes en que solo hay confirmada una muerte directa por Ian. Pendientes de confirmar si se debieron al huracán hay 20 más.
La huella de Ian, que este viernes impactó en la costa de Carolina del Sur, permanecerá más allá del corto plazo en Fort Myers.
En las estaciones de servicio abiertas se formaron este viernes largas filas de vehículos para repostar, muchos comercios permanecían cerrados y los semáforos en su mayoría no funcionaban.
«Nuestra prioridad ahora mismo es que la gente pueda llegar a sus casas, de la forma más segura posible», manifestó Marceno.
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