La situación trujillana se sufre en todo su dramatismo en el día a día, con una población que en términos generales y desde hace mucho tiempo, ha sido más pobre que el promedio nacional, pero que con el régimen del socialismo del Siglo XXI esta diferencia se ha profundizado.
Un régimen que prometió mayores equilibrios sociales y territoriales, ha logrado profundizar la pobreza en las grandes mayorías nacionales y concentrado la opulencia en los pocos privilegiados adosados al tesoro nacional y sus corruptelas. También ha profundizado las diferencias en el territorio, haciendo de la provincia toda una zona marginal y concentrando los pocos servicios aún disponibles en la capital.
La ausencia de cifras oficiales en torno a los indicadores demográficos, de salud, educación, economía y demás, ha provocado que otras instituciones intenten acercamientos a la realidad, una de las más serias en la Encuesta de las Condiciones de Vida en Venezuela – ENCOVI – coordinada por la Universidad Católica Andrés Bello. Otra es el informe que produce SINERGIA A.C. sobre el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a cuyo cumplimiento está obligada Venezuela. El nombre de este informe para este año 2020 lo dice todo: “Venezuela, la tormenta perfecta”. Igualmente ofrecen indicadores las distintas organizaciones civiles en materia de corrupción, violencia, derechos humanos, emprendimiento, conectividad y otros temas.
El último ENCOVI 2019 recientemente ofreció sus cifras detalladas a nivel estadal y municipal, en un esfuerzo técnico de gran magnitud y utilidad. Informa por ejemplo que la pobreza en Venezuela abarca el 94 % de la población, pero en Trujillo es del 96 %, es decir de cada 100 trujillanos sólo 4 están por encima de la línea de pobreza. En municipios como Motatán y Monte Carmelo la cifra de pobreza abarca a la totalidad de la población.
La inseguridad alimentaria afecta al 93 % de los venezolanos, y al 100 % de los trujillanos. La situación de la desnutrición se refleja en la talla inferior de los niños en relación a la edad, que el promedio en Venezuela es de 30,3 %, mientras en Trujillo el 32 de los niños de cada 100 tienen una talla menor a la debida. En cuanto al peso el 7,9 % de los niños venezolanos tienen un peso menor al que corresponde a su edad, y en Trujillo ese porcentaje sube al 8,4 %.
La atención médica en el sector público es muy deficiente, por ello en Venezuela el 12 % de la población prefiere pagarla, sin embargo, en Trujillo esa proporción sube al 24 %, siendo una población más pobre.
En año pasado, dice la encuesta, el 65 % de los venezolanos sufrieron interrupciones de electricidad, esa proporción fue en Trujillo del 82 %. La deserción en educación de niños entre 12 a 17 años es alarmante. Y para saber qué pasa con la atención virtual, basta saber que sólo el 13 % de la población trujillana tenía acceso a Internet, cuando el promedio nacional era del 20%. Y que el 27 % de los venezolanos tenía computadoras y sólo el 18 % de los trujillanos.
La situación es muy grave para todos los venezolanos, pero en la provincia todo es peor. Ya llegará el momento de elevar las condiciones de vida de todos los venezolanos, independientemente del lugar donde vivan.