La otra Historia | Pancha Vásquez y Doña Bárbara: entre la leyenda y la realidad

 

Por: José Rosario Araujo

¿Quién no ha disfrutado de la novela Doña Bárbara, de nuestro Rómulo Gallegos? ¿Quién no se ha conmovido con Marisela, luchando contra su propia madre por el amor de Santos Luzardo?

Este personaje se mueve entre la realidad y la fantasía. Cuentan que la pintoresca mujer vivió y murió entre finales del siglo XIX y parte del XX.

La figura que inspiró a Gallegos para escribir esta novela fue Francisca Vásquez; conocida como Pancha; fue presentada a éste por el poeta Andrés Eloy Blanco quien fue su abogado en las sabanas del bajo Apure.

El mismo Andrés Eloy la describió como una aventajada amazona, de certera puntería, pistola en mano, que se defendía con destacada bravura en un territorio duro y en una época en que los hombres imponían su machismo. Para mantenerse a salvo de lo duro del momento  y del territorio no solamente Pancha contó con su valor personal, sino con la leyenda de sus poderes mágicos y sus relaciones con el más allá.

Muchas historias espeluznantes recorrieron a Francisca Vásquez, una de ellas que había enterrado un toro en su propiedad que la cuidaba y le daba fama de invencible.

Se contaba que el animal fue sepultado en una noche de rezos y brujería para que cuidara las puertas de sus propiedades.

Francisca era una mujer de “tabaco en la vejiga”, cuentan algunos llaneros que tenía mucho dinero y que era la dueña de tres hatos, entre ellos uno conocido como “La Ceiba”.

Era una mujer trigueña de baja estatura, de la cual contaban que tenía poderes misteriosos, siempre cargaba un medallón con dos palmeras cruzadas y su leyenda se tejía entre historias como la que una vez había vendido un ganado y nunca se lo pagaron y cuando el hombre que la engañó atravesaba la selva de San Camilo, en un sitio conocido como El Frío fue pateado por su montura y murió al caer en un barranco profundo. Anteriormente la mujer había dicho que este hombre no disfrutaría de las reses compradas.

La mujer era una leyenda en esas tierras de Apure para esa época de 1927, cuando Rómulo Gallegos visita esas tierras.

Otra historia cuenta que el escritor venezolano nunca la conoció, sino que un llanero conocido como Antonio Torrealba fue el que le contó la historia de la misteriosa dama.

Antonio en sus escritos llamados “El Diario de un Llanero” se refirió a la historia de la mujer. Contó que tuvo dos hijos, una hembra y un varón que murió por el ataque de un toro bravo.

La historia de Pancha Vásquez que se confunde entre el misterio, la leyenda, la realidad y la fantasía la describe como de gran sagacidad, bruja que tenía pacto con el diablo. Un relato cuenta que  la vieron salir de uno de los hatos de su propiedad hacía La Trinidad de Arauca, acompañada por tres peones que conducían tres mulas cargadas de morocotas, pero la mujer regresó ella sola.

Fue tanto la fama de bruja de ella que cuando murió de un problema pulmonar los habitantes se negaron a que reposara en el cementerio por su fama diabólica, fue enterrada en un lugar entre el hato y el cementerio. Ella había llegado a la Trinidad de Arauca para tomar el vapor  Anauco, pero no pudo por lo grave de su enfermedad y murió.

Nuestra patria Venezuela y la América hispana, está plagada de leyendas e historias que nos enaltecen y que sin lugar a dudas nos hace sentirnos orgullosos de nuestra idiosincrasia y folclore.

La historia de Pancha Vásquez es  muy interesante y proviene de una casta de mujeres guerreras ya que hace poco conocí la historia de una de sus antepasados llamada Brígida Vásquez, en donde el olor a soga y sabana nos desborda, en donde el joropo y la copla irrumpe, trasportándonos a la lejanía de la llanura venezolana.

Existen dos versiones de la apariencia física de la dama llanera, algunos la describen como de gran belleza, de tez trigueña, de recia contextura y de alta estatura, con voz fuerte y dominante. Otra versión la describen como una india colombiana de baja estatura, fea y dominante, que había nacido  en Arauca y que había llegado al Alto Apure a finales del siglo XIX.

Andrés Eloy Blanco la describe como “una mujer, oscura y fea”, quien se escondía en una leyenda de poseer poderes sobrenaturales.

En lo  que sí concuerdan todas las versiones que la “Doña Bárbara” era muy rica y que un barril que tenía una capacidad de 160 litros, lo tenía lleno de oro y de allí retiraba para sus gastos más apremiantes.

Vásquez se encuentra enterrada en un tumba vacía y abandonada con una inscripción que dice: “In memoria Doña Bárbara” y en una lámina de metal que reza: “Francisca Vásquez de Carrillo. Descanse en paz. Amén.”

La tumba arroja misterio y leyenda. Más abajo de la placa aparece una dedicatoria: “El profesor Silvio Estrada ofrenda a Doña Bárbara y a la Virgen de su devoción este recuerdo”.

En otra inscripción escrita en una placa dice:

“Del río nacida y por el río ignorada crisálida plegó sus alas y cerró sus ojos antes de que el sol la ayudara a nacer”.

La narrativa oral cuenta que la mujer fue dueña de los hatos Menoreño y Mata Totumo que está ubicado a unos 25 kilómetros de Elorza.

Esa fue la historia de Pancha Vásquez en donde el mito y la leyenda se entrecruzan, llenado de misterio el relato  de la mujer que inspiro a Gallegos en aquellos años de 1939.

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