La inflación en Latinoamérica cede en 2023, pese al bajo crecimiento y a la hiperinflación argentina

Registro general el pasado 7 de diciembre de un sector del Mercado de Jamaica, durante una jornada de compras, en la Ciudad de México (México). EFE/ Mario Guzmán

Redacción América, 22 ene (EFE).- La economía de Latinoamérica y el Caribe registró un bajo crecimiento durante 2023, que según datos preliminares de la Cepal fue apenas del 3,8 %, muy por debajo del 8,2 % de 2022, y las proyecciones para este año indican que de mantenerse las tensiones geopolíticas y el alza de los precios de alimentos y los combustibles la tendencia inflacionaria podría subir.

Argentina, una de las economías más grandes de la región, cerró 2023 con una inflación del 211,4 %, la más alta del mundo, Venezuela cedió un poco y llegó al 189,8 %, mientras que Chile (3,9 %), Brasil (4,62 %) y Paraguay (3,7 %) lograron contener de manera exitosa el proceso inflacionario.

Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), explica a EFE que el proceso inflacionario “está supeditado a lo que ocurra con el precio de la energía y los alimentos, que a su vez dependen de que no se incrementen las tensiones geopolíticas en Medio Oriente o del impacto de factores meteorológicos como el Niño y La Niña”.

 

Inflación crónica

Argentina cerró 2023 con un 211,4 % de inflación interanual, la cifra más alta desde la hiperinflación de 1989-1990, después de haber llegado al 94,8 % en 2022.
Venezuela tuvo una inflación del 189,8 %, lo que representa una disminución de 44,2 puntos con respecto a 2022, cuando alcanzó un 234 %.

Argentina, Venezuela y Cuba exhiben «problemas de inflación crónica, tasas de inflación elevadas y sostenidas en el tiempo”, señala el experto de la Cepal.
Cuba, por su parte, concluyó 2023 con una inflación interanual del 31,34 % en su mercado formal, frente a un 39,07 % de 2022, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

Jaime Dunn de Ávila, analista económico y académico boliviano, comenta a EFE que si bien la inflación se ha incrementado por los alimentos y la energía, las políticas para controlarla «lentamente» están funcionando.

Además, pronostica que las economías latinoamericanas seguirán «con barbijo (mascarilla), con tasas de interés altas».

Una mujer fue registrada el pasado 19 de enero al caminar frente a una tienda de útiles escolares, en São Paulo (Brasil). EFE/Isaac Fontana

Un año de logros

Brasil, el gigante latinoamericano, finalizó 2023 con un tasa del 4,62 % de inflación, la menor en tres años (venía del 5,79 % en 2022) y por debajo del techo del Banco Central (4,75 %).
Chile logró acortar la inflación a un 3,9 % al finalizar 2023, después de haber llegado a un 12,8 % en 2022, una de las más notables reducciones en la región.
México, otra de las grandes economías regionales, logró sumarse a la tendencia bajista al cerrar 2023 con un 4,66 %, tras el 7,82 % de 2022.

En la misma línea se ubicaron los países centroamericanos. Costa Rica finalizó el año con un índice negativo de inflación del -1,77 %, frente al 7,88 % de 2022; El Salvador con un 1,23 % (7,32 % en 2022) y Panamá con 1,5 % (2,9 % en 2022), Guatemala con un 4,18 % (9,2 % en 2022), Honduras con un 5,19 % (9,80 % 2022), y Nicaragua con un 5,6 % (11,59 % 2022).

También destaca Paraguay, que terminó 2023 con una inflación del 3,7 %, cifra menor a la meta oficial del 3,8 % y muy por debajo del 8,1 % de 2022.

Ecuador con su economía dolarizada, resalta Dunn, reportó una «contenida estabilidad macroeconómica» al reportar en 2023 un 1,4 % de inflación (3,74 % en 2022).

Mientras que a Bolivia -que pasó del 3,12 % en 2022 al 2,12 % en 2023- la beneficia la política de control del dólar a un tipo de cambio fijo, lo que hace que el país controle un poco más ese denominado “impuesto silencioso a los pobres”, agrega el analista boliviano.

Tanto Uruguay como República Dominicana llegaron al rango meta establecido por sus respectivos bancos centrales. El primero logró ubicar la inflación en el 5,11 % en 2023 (8,29 % en 2022) y el segundo alcanzó el 3,57 % (7,83% en 2022).

La inflación en Perú cerró 2023 con una tasa del 3,41 % (8,56 % en 2022), una notable baja que el economista peruano y columnista del diario El Comercio Enrique Castellanos atribuye a la experiencia.

“La historia peruana de hiperinflación nos enseñó a portarnos bien”, comenta a EFE.

Para Colombia la situación se alivió un poco al llegar al 9,28 % el año pasado, una disminución de 3,84 puntos porcentuales con respecto a la cifra registrada en 2022 (13,12 %, la más alta en 23 años).

Dos clientas fueron registradas el pasado 5 de enero al comprar carne en un mercado de Buenos Aires (Argentina). EFE/Juan Ignacio Roncoroni

Proyecciones para 2024

En su reciente informe Situación y Perspectivas de la Economía Mundial (WESP) 2024, la ONU advierte de que se pueden desencadenar nuevas presiones inflacionarias en la región debido a la volatilidad de los mercados financieros globales -lo que puede afectar a las entradas de capital- así como a las decisiones imprevistas de la Reserva Federal de EE.UU. o la escalada de los conflictos geopolíticos, entre otros factores.

El documento pronostica que la inflación anual de Latinoamérica y el Caribe llegará al 4,3 % en 2024, excluyendo las economías de Argentina y Venezuela, países que previsiblemente registrarán cifras mucho más elevadas.

En cambio, un informe de la Cepal de diciembre pasado señala que la inflación mediana de la región en 2023 será de 3,8 %, «muy inferior al 8,2 % anotado en 2022».

La agencia regional de la ONU pronostica que en «2024 la caída continuará y se prevé que la mediana de la tasa de inflación regional será de 3,2 %».

Para el economista boliviano Jaime Dunn de Ávila, Chile, Perú y Paraguay “van a hacer un excelente trabajo en contener la inflación, que va a verse recompensado con la atracción de inversión extranjera, lo que les permitirá diversificar su economía y al mismo tiempo será un ‘círculo virtuoso’ que les ayudará a mantener una inflación baja al lograr mayor producción, mayor inversión y mayor flujo de moneda extranjera», detalla.

Gustavo Delvasto

 

 

 

 

 

 

 

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