Con la formalidad que establece el Derecho Canónico, fue elevada este 15 de octubre a Parroquia Eclesiástica, la Rectoria Nuestra Señora de Lourdes, ubicada en el sector Agua Clara del municipio Valera, en las hermosas montañas andinas del estado Trujillo. El Obispo de la Diosesis, José Trinidad Fernández, con la sencillez que le caracteriza, firmó el decreto de elevación, designando al presbítero Mario Chinchilla, como su primer párroco, honor y mérito por el trabajo pastoral, que ha realizado por algo más de cuatro años en esta comunidad y en los campos que integran el perímetro eclesiástico.
El padre Chinchilla, agradeció con nobles palabras el apoyo que ha recibido de toda esta feligresía, quienes junto a él, supieron sostener la esperanza, de que este sueño venía del corazón de Dios, y es, que cuando Dios sueña, pone a sus hijos en sacrificio, la ruta se despeja lentamente y las cargas se llevan en paz y con alegría.
En este significativo evento, fue destacada la historia de José Maria Espinoza y su esposa Candelaria, quienes para el siglo XIX construyen esta Capilla, como un Oratorio familiar. Cuenta la reseña, que una vez al año el padre Zoilo Troconi, párroco de Escuque venía a celebrar la Santa Eucaristía,ocasión de mucha felicidad para los lugareños, pues el caserío de Agua Clara, recién se estaba fundando para el año de 1858.
EL significativo valor histórico y espiritual, de este lugar sagrado, signado bajo la advocación NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, se hizo pequeño para albergar la gran cantidad de Católicos, presentes este pasado domingo 15 de octubre, la plaza y los lugares adyacentes, se vistieron de fiesta, para celebrar con gran fervor católico, esta bendición producida por el Espíritu Misionero del Cristianismo y su obra constante de formar al hombre para la sana y santa convivencia. Esta es la consecuencia de educar el corazon del hombre, para vivir y defender la verdad del evangelio de Cristo, sabiendo que toda buena obra, es fruto de la fe y la esperanza en Dios Padre.
El Obispo de Trujillo, dispensó en un emotivo discurso, palabras de elogió por el trabajo pastoral, que hasta la fecha ha dirigido el padre Mario Chinchilla, dejando muy claro, que cuando el pastor sabe para donde va, las ovejas no se descarrian y si algo se observa en esta comunidad,es un trabajo en equipo, guiado por el interés y oportuna responsabilidad en la vida del padre Mario Chinchilla.En buena hora y para provecho del Reino de los Cielos, dejó su calificada ocupación académica, por un servicio de mayor alcance y trascendencia.
Este acontecimiento, hace historia en nuestra ciudad y se convierte en un referente de constancia y paciencia, fueron muchos los años de oración, para que esta aspiración de siglos, se hiciera realidad.
El ambiente estaba lleno de cordialidad, por esta razón, en cortas palabras con nuestro Obispo, pude comentarle sobre la comunidad de Bella Vista, quienes tienen años atesorando un momento como éste. Con su particular brevedad me indicó lo que conviene hacer, «OREN MUCHO Y NUNCA PIERDAN LA ESPERANZA».
Muy sabio consejo, tal vez, solo así la Capilla de la Chinita en Bella Vista, podrá celebrar ser algún día, Parroquia. No quiero despedir esta opinión, sin destacar las palabras amorosas y bien escritas de la doctora Omaira Carrillo, quien en nombre del Consejo Pastoral, relato la importancia social, espiritual e histórica de este bello regalo de DIOS. «Ser Parroquia, nos unifica, nos define como parte del cuerpo Místico de Cristo y nos aproxima a las promesas de ser una comunidad semejante a la de los apóstoles, ellos renunciaron a sus propios criterios y se hicieron uno con Cristo. Solo así, abrieron camino a toda la belleza y grandeza del Catolicismo en la historia de la humanidad»
Nuestra razón de ser, es Jesús, sin él, no tendríamos identidad y estaríamos desprovistos de esperanza.