Por: Francisco Graterol Vargas
Mientras atendía a su clientela en el puesto de comida que tiene en la Avenida Bolívar, Lohana Torres me va contando su historia.
“Figúrate que yo no era como las demás niñas que se la pasaban jugando con muñecas. Mi sueño era una bicicleta. Desde mi casa en Santa Cruz veía pasar por el eje vial a los pedalistas y así fue creciendo en mí, el deseo de montarme en una bicicleta. Como a los 5 años me compraron un triciclo y yo daba vueltas en mi casa, jaja como un circuito, era la inocencia y la creatividad de los niños. Había un auge en la comunidad y crearon una escuelita de ciclismo en Santa Cruz, allí con mucho ruego convencieron a mi mamá que me dejara inscribirme y los primeros entrenadores eran los mismos padres, el Sr. Chico, Guillermo Jaime y el Sr. Juan. Nos llevaban a las competencias los fines de semana, era muy emotivo, buscaban más transporte para los acompañantes que para los ciclistas, se iba toda la familia a disfrutar y ver quién ganaba ese domingo.
Recuerdo el día que debuté. Fue en La Beatriz. Estaba tan emocionada que abandoné porque no había desayunado. Después empecé a salir triunfante entre las muchachas y eso que aquí había un grupo muy bueno. En la escuelita comenzó mi primera rival, Johana Linares, era muy dura, luego las hermanas Pérez: Katiuska y Rassel; más tarde se incorporó la más chiquita, Karla Pérez, Irisay, ellas son las de Santa Cruz, que luego fueron mis compañeras en la selección de Trujillo, junto a Ariyury Rodríguez, Raquel Rojas, Lhorena Torres, Anlly Nuhlen, Daniely García y Mirley Calderón, bajo la dirección del licenciado Jaime Díaz que hizo un trabajo con nosotras durante más de 8 años. Mis padres Orlando Torres y Luz Marina Padilla de Torres me compraron mi primera bicicleta. Mi primera competencia en ciclismo de ruta fue a nivel regional en la categoría infantil en el año 1992, ganándole a los varones en una mini vuelta a Lara lo que me hizo sonar a nivel nacional”.
“El sentido de pertinencia era un valor arraigado en mí, se presentaba una fuerte rivalidad por las medallas en los Juegos Nacionales, y había muchas propuestas, me ofrecieron bastante dinero para representar a otras entidades pero nunca me veía con otra camiseta distinta a la de Trujillo. En aquel momento amarillo/marrón y luego la cambiaron por los colores blanco, rojo y verde que se mantiene en la actualidad. En toda mi carrera representé solo 3 camisetas: Trujillo, El equipo de Primavera Ciclística de Italia y la Selección de Venezuela”
“Acudí a 7 juegos nacionales. En todos gané medallas en varias pruebas, te cuento: Yo decía: si clasifiqué voy a estar en el podio. En mis primeros Juegos Nacionales fui a los 15 años, hubo unos juegos en que la edad no me lo permitía y participé en triatlón, hicimos bronce. Luego los abrieron en categoría Élite, y tuve más oportunidad de correr en más competencias. Mi objetivo siempre fue olímpico, lamentablemente en ruta faltaban mujeres que practicaran y eso afectó para lograrlo pero me sentí realizada cuando trazamos el objetivo con la clasificación a las Olimpiadas con mi compañera Daniely García. Yo era presidenta de la Asociación Trujillana de Ciclismo y Venezuela tenía un cupo olímpico que se lo peleaban Daniely y Lilibeth Chacón. Además de la clase de Daniely yo todos los días llamaba a Artemio Leonett, presidente de la FVC, insistía hasta que un día me informó que la trujillana era la seleccionada».
“Fue muy duro en aquellos tiempos que creyeran en el ciclismo de mujeres. Había mucho tabú y paradigmas sociales, se logró abrir las puertas y ahora se enfocan mucho en las féminas y hay más atención. En el año 97 nadie creía en nosotras, junto a Daniela Larreal, nos gritaban, váyanse para la casa a hacer arepas. Por eso yo les digo a las nuevas generaciones, solo hay que creer en ti y cuando se quiere, se puede. Lo más importante es tener la disciplina y entrenar, pero también estar convencido en obtener buenos resultados. El ciclista no se hace solo, primero el apoyo de los padres y la familia, es fundamental, luego el trabajo del personal, entrenadores, psicólogos, nutricionistas, médicos, masajistas, chofer, el Estado y los patrocinantes. Pertenecí a la selección de 2 ciclos olímpicos con resultados en mundiales y copas del mundo como máximo evento.
La clase de aquella atleta nacida el 9 de septiembre de 1980 la llevó a la selección de Venezuela en varias oportunidades desde el año 98 hasta el 2007. Corrió en Cuba, Juegos del Alba, Panamericanos de Argentina, Centroamericanos y del Caribe. En el Mundial Junior de Ciclismo ocupó el puesto 11 en la ruta. Brilló en el Giro de Italia Femenino con un décimo quinto lugar. FUE LA PRIMERA VENEZOLANA QUE FUE A COMPETIR A EUROPA. Aprovechó su estadía en Europa para prepararse como atleta y dirigente. En la pasada vuelta a Trujillo se le vio muy activa. Ahora se ha hecho experta en el arte de cocinar teniendo una clientela que día a día va creciendo en su puesto de comida en la Avenida Bolívar. Gracias a su contribución en esta historia jamás contada del ciclismo trujillano.
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