Caracas, 16 abr (EFE).- Los enfrentamientos entre el Ejército venezolano y grupos armados colombianos ocurridos en las últimas semanas han vuelto a poner sobre la mesa denuncias por la supuesta presencia de disidentes de las FARC en Venezuela, donde parecen ganar terreno y estabilidad.
Tras más de 40 años de ingreso intermitente al país, los grupos guerrilleros colombianos hoy se encuentran instalados de forma permanente en Venezuela, aseguran diversas organizaciones que observan la zona.
Según varias ONG, integrantes de las bandas formadas por exguerrilleros de las FARC que no se acogieron al proceso de paz o del ELN están presentes en, al menos, cinco o seis estados de la frontera terrestre venezolana y «controlan» territorios.
UN PROBLEMA QUE PASÓ A SER «BINACIONAL»
«La presencia de la guerrilla en Venezuela tiene más de 40 años de manera intermitente. ¿Qué tenemos de nuevo en estos momentos? Que parece haberse instalado claramente una guerrilla que puede considerarse binacional», indicó a EFE la experta en temas militares y directora de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel.
La también abogada señaló que estos grupos han tomado fuerza en los cinco estados de la frontera terrestre venezolana, cuatro de ellos limítrofes con Colombia como lo son Táchira, Zulia, Apure, Amazonas y Bolívar.
Muestra de esto fue el conflicto armado de Apure -con un saldo de 8 soldados y 9 «terroristas» fallecidos y más de 40 detenidos- que comenzó el 21 de marzo y se prolongó durante unas tres semanas; según la Fuerza Armada, ya está controlado.
Pero enfrentamientos armados en esos estados hay casi a diario. Los grupos guerrilleros se pelean por el control territorial, según la ONG Fundaredes que lleva años observando la conflictividad en la frontera y que contabilizó 555 choques, 1.613 homicidios y 208 desparecidos en 2020.
La particularidad del caso en Apure fue el contingente militar movilizado hasta el estado y la supuesta presencia del grupo élite de la policía, las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), sobre el que EFE consultó a fuentes gubernamentales, sin obtener respuesta alguna.
Sobre ese conflicto, son más las interrogantes que las respuestas, al menos desde la perspectiva oficial, pues el Gobierno y la propia Fuerza Armada han evitado, incluso, identificar a los grupos a los que llamó «irregulares armados».
Según Fundaredes, esto se debe a la «alianza» del presidente venezolano, Nicolás Maduro, con antiguos miembros de las FARC y el ELN.
El mandatario dijo abiertamente en 2019 que los disidentes de las FARC Jesús Santrich e Iván Márquez eran bienvenidos en Venezuela.
«Son sus grandes socios, son un brazo armado en defensa de la revolución, son quienes facilitan el trabajo contaminado de la economía paralela del oro, del diamante, del coltán (…) frente a la destrucción de la empresa petrolera, esta nueva economía facilita a quienes hoy ostentan el poder una forma de sostenimiento financiero», señaló el director de Fundaredes, Javier Tarazona.
Por ello, sostiene que lo ocurre en Apure es contra un grupo determinado que tiene diferencias con los ya disidentes de las FARC a los que Maduro apoya.
«No es un ataque contra las FARC, no es un ataque al ELN porque si fuese así, los otros frentes, por ejemplo, hoy estuvieran siendo reducidos en territorio venezolano, es decir, por ejemplo, en Elozar, en el Nula, en otras partes del propio Apure o estuvieran yendo a otros estados de Venezuela», apuntó.
¿UN CONFLICTO BÉLICO ENTRE COLOMBIA Y VENEZUELA?
Para la directora de Control Ciudadano lo más lamentable de la situación «no es la voluntad del Estado venezolano de combatir la guerrilla, sino la eventualidad de que pueda existir un choque militar entre Colombia y Venezuela», pues señaló que hay una «escalada» en el discurso «guerrerista» de ambos países sobre el tema.
Maduro asegura constantemente que Colombia busca un conflicto armado con Venezuela para derrocar su Gobierno y que por ello envía a mercenarios y terroristas con planes «desestabilizadores», mientras que el país vecino reitera que el gobernante venezolano es aliado de paramilitares y narcotraficantes.
Recientemente, el considerado número dos del chavismo, Diosdado Cabello, dijo que de haber una guerra con Colombia el conflicto bélico ocurrirá en su territorio.
Según el general retirado y exiliado en Estados Unidos Antonio Rivero, contra quien pesa una orden de captura desde 2014 por las protestas antigubernamentales de entonces, detrás de este discurso hay una intención de buscar una «guerra con Colombia».
Sin embargo, Fundaredes sostiene que «no se está planteando un conflicto con Colombia» y que hay «una narrativa» por parte del Gobierno venezolano que busca responsabilizar al país vecino y a EE.UU. del conflicto.
Bárbara Agelvis