Carolina Jaimes Branger
El mundo del cine siempre ha estado lleno de sorpresas y controversias en cuanto a las nominaciones y premiaciones. En ocasiones, películas aclamadas y reconocidas en festivales internacionales son inesperadamente excluidas de las nominaciones al prestigioso premio Oscar. Un reciente ejemplo de esto es el caso de «Simón», la película venezolana ganadora del Festival de Cine de Mérida y sus premios más importantes, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto (para Franklin Virgüez), Mejor Fotografía, Mejor Edición y Mejor Guion, que misteriosamente fue desplazada de la competencia por otra película menos conocida y menos premiada, “La sombra del sol”.
Lo más llamativo de esta situación es que, según Diego Vicentini, escritor, productor y director de “Simón”, le siguen llegando denuncias de que la votación estuvo plagada de irregularidades, incluso de miembros de la junta evaluadora -que tradicionalmente ha estado conformada por personas respetadas y conocidas en el ámbito cinematográfico, con criterio, experiencia y reconocimiento para nominar la película que representará al país en una de las competencias más importantes del mundo- quienes denunciaron que “llegó un grupo de desconocidos”, en lugar de expertos del mundo cinematográfico, como era de esperarse. Gente que perteneció durante años a la ANAC, Asociación Nacional de Autores Cinematográficos, le comentó a Diego “que nunca había pasado algo así”. Que el procedimiento usual es que la ANAC nombre un comité con representantes de otros gremios -productores, editores, distribuidores, fotografía- además de los cineastas conocidos. ¿Qué pudo haber sucedido en esta controvertida decisión y por qué la permitieron?
A Vicentini le informaron que la reunión de la deliberación fue corta y sin sustento. Nada que ver con las de los años anteriores. Incluso mandaron a callar a uno de los miembros que estaba expresando sus argumentos para apoyar a “Simón”: “Ya de eso hablamos, así que procedamos a votar”. Uno de los votantes, Raymartin Ugencio, fue asistente de dirección de la película “La sombra del sol”, la que ganó. Me comentaron que cuando antes sucedía que uno de los miembros del Comité era miembro del staff de una película participante, simplemente se abstenía de votar. Otra fuente que consulté, sin embargo, me comentó que votaban así “sin problemas”. Que no había tal opacidad en la votación. Si esto segundo es verdad, no me parece que deba votar alguien con intereses dentro de alguna película, pero ya eso forma parte de las normas de la ANAC. Y entiendo que “La sombra del sol” es una buena película, aunque confieso que no la he visto.
Pero esta decisión fuera de lo común plantea interrogantes sobre la transparencia y la objetividad del proceso de selección. Por supuesto, esto ha dado rienda suelta a cualquier tipo de especulación. Algunos críticos sugieren que la influencia de intereses ocultos o la falta de conocimiento y criterio cinematográfico por parte de los votantes desconocidos, definitivamente influyeron en la exclusión de «Simón». Y la presencia de figuras desconocidas de la industria en la votación deja espacio para especulaciones sobre posibles influencias externas que habrían afectado el resultado.
Diego Vicentini insiste en su denuncia de que ese “bloque de personas” vinieron ya listas para votar en contra de “Simón”. Habrá quienes aleguen que no necesitan votar en contra, porque el régimen permitió pasarla en los cines de Venezuela. Pero, así como entiendo que hayan permitido pasar la película en Venezuela, porque, a fin de cuentas, “ganan los malos”, no les conviene -de ninguna manera- que se siga viendo en el exterior. Menos si llega a los Oscar y todavía peor si llega a ganar. La denuncia que hace la película es brutal. Supe que al final de una proyección en Quito, se levantó un señor y dijo “en nombre de todos los ecuatorianos quiero pedirles perdón a los venezolanos, porque los hemos tratado mal, los hemos juzgado… disculpen”. Igualmente, en Perú, una joven, entre lágrimas, dijo “hermanos venezolanos, ahora entiendo lo que han vivido, reciban nuestra empatía y nuestro apoyo”. Al régimen no le conviene ni más solidaridad, ni más empatía, ni más apoyo…
El caso del desplazamiento de «Simón» en las nominaciones al premio Oscar ha dejado una sensación de desconcierto y descontento no sólo en la comunidad cinematográfica, sino en el público en general. El proceso de votación ha generado sospechas sobre la imparcialidad y la objetividad en la toma de decisiones. Mientras tanto, el equipo de producción de “Simón” está trabajando en procurar una nueva votación “sin desconocidos” o lanzar la película como “apátrida” en la categoría de cine independiente. Hago votos porque, ya sea por la vía regular o por la del cine independiente, “Simón” llegue a la Academia de Hollywood y más allá, reciba el premio que se merece para que se haga eco de las voces que ya murieron y de las que no pueden hablar.
@cjaimesb