Escribo el 20 de mayo de 2019 y recientemente el 6 de mayo de 2019, el conocido sociólogo trujillano Roberto Briceño León declaró que Venezuela tiene la mayor tasa de suicidios en todo el continente americano.
Esta estadística es digna de analizar porque es bien conocido que la mayoría de las personas que se suicidan lo hacen como consecuencia de sufrir un proceso de depresión mental, aunque no todas las personas que sufren de depresión terminan suicidándose.
Desde hace años la población está sometida cotidianamente a fuertes factores depresógenos (generadores de depresión) y con seguridad todos conocemos personas que de manera muy obvia sufren de ansiedad y depresión y hasta otras patologías mentales como paranoia etc.
El gran poeta inglés William Blake (1757-1827) en uno de sus poemas señala: “he notado en cada rostro que encontré / Signos de debilidad y del dolor” (‘Londres’, ‘Cantos de la Esperanza’, 1794)….¿No vemos todos los días en nuestras calles rostros afligidos y demacrados de las personas?….Eminentes psiquiatras han planteado el grave problema porque muchos ciudadanos no tienen ningún acceso a consultas con especialistas y además los precios de medicamentos ansiolíticos y antidepresivos son sumamente elevados, y eso en el caso de que se consigan.
Nuestro país es muy extraño. Hasta hace unas semanas todo el mundo hablaba de la ‘crisis humanitaria’ y la ‘ayuda humanitaria’, pero ahora cuando tal ayuda es más urgente que nunca, parecería que ha pasado a un segundo plano y ya casi no se habla de eso. Mientras tanto el costo de los alimentos y medicamentos sigue aumentando de una manera vertiginosa y la carencia de gasolina en el país puede paralizar el transporte de alimentos y medicamentos, y ocasionar una amenaza muy real de hambruna y enfermedades.
La compañía petrolera PDVSA y en general las fuerzas productivas han sido destruidas durante los últimos 20 años, lo cual ha sido reconocido hasta por representantes del oficialismo. Esa destrucción es lo más anti-socialista y antipatriótico que se pueda imaginar y entonces, ante tan dantesca situación que estamos viviendo, economistas preparados como José Guerra y otros, deberían explicar a la población de una manera muy clara y didáctica, cuáles serían las posibilidades reales con un nuevo gobierno de recuperar el país y decir aproximadamente en cuánto tiempo se lograría….Pero por ahora hay que insistir en la urgencia de una ayuda humanitaria de alimentos y medicamentos.