Georgetown, 28 ago (EFE).- La disputa con Venezuela por la región del Esequibo marca la campaña electoral en Guyana, donde el partido gobernante cuestiona los vínculos con Caracas del empresario sancionado Azruddin Mohamed, rival del presidente Irfaan Ali en las elecciones del próximo 1 de septiembre.
Las acusaciones contra Mohamed cobraron fuerza en junio pasado cuando un congresista estadounidense afirmó en redes sociales que el empresario, sancionado por el Departamento del Tesor de Estados Unidos en el marco de acciones contra la corrupción pública en Guyana, es un «candidato títere» del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Mohamed, aspirante presidencial de Invertimos en la Nación (WIN, en inglés), negó las afirmaciones y acusó al Gobierno de Guyana de perjudicar su candidatura presidencial al contratar y dirigir a una firma de cabildeo estadounidense para presionar en su contra.
A principios de agosto, el vicepresidente guyanés, Bharrat Jagdeo, reveló que Mohamed había visitado la Embajada de Venezuela en Guyana, lo que el empresario negó, exigiendo al Gobierno que presentara pruebas sobre esos hechos.
Queenela Cameron, profesora de Política y Relaciones Internacionales en la Universidad de Guyana, explica a EFE que el partido gobernante «ha capitalizado» las supuestas conexiones del candidato de WIN con Venezuela para «desacreditar su campaña y para presionar aún más a Estados Unidos».
Estados Unidos impuso sanciones en junio de 2024 a Mohamed por no incluir más de 10.000 kilogramos de oro en declaraciones de importación y exportación, a fin de eludir el pago de más de cincuenta millones de dólares en aranceles aduaneros al Gobierno de Guyana.

El actual despliegue estadounidense en el Caribe
Si bien la disputa fronteriza del Esequibo no ha dominado las campañas políticas en Guyana, algunos líderes políticos han hecho llamados específicos para el desmantelamiento de las redes criminales.
Estas declaraciones coinciden con el despliegue de más de 4.000 militares, aviones, barcos y lanzamisiles ordenado por el presidente Donald Trump para patrullar en las aguas cercanas a Venezuela y el Caribe con el objetivo de combatir a los carteles del narcotráfico.
El pasado sábado, en un mitin del Partido Progresista del Pueblo/Cívico (PPP/C), el presidente Ali advirtió de que los desafíos de seguridad en el Caribe son «un riesgo para la soberanía» de Guyana.
El candidato presidencial del PPP/C alertó de que estos riesgos podrían desestabilizar Guyana y el Caribe. «Pueden ser el trabajo de regímenes delincuentes, y sabemos que Venezuela representa una amenaza para Guyana», afirmó.
También se ha llamado la atención de los votantes guyaneses acerca del riesgo de «convertir» a Guyana en «otra» Venezuela, debido a que Mohamed está sancionado por Estados Unidos, según dijo una exparlamentaria de la Alianza para la Unidad Nacional (APNU), Meryvn Williams.

Todos coinciden en defender el Esequibo
A pesar de la retórica política y las acusaciones, los partidos políticos que compiten en las elecciones de Guyana se han comprometido a proteger la soberanía del país, incluido el WIN de Mohamed.
Guyana mantiene una dura disputa fronteriza con Venezuela por la región del Esequibo, rica en petróleo y recursos naturales, que es administrada por Georgetown y reclamada por Caracas.
«Mejorar nuestra seguridad nacional es vital para proteger nuestra soberanía, preservar la paz y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos», asegura el manifiesto de WIN.
La APNU, una coalición de seis partidos encabezada por Aubrey Norton, señala que el país enfrenta «graves y crecientes amenazas a su integridad territorial y soberanía», y que la respuesta debe ser «enérgica, con un frente unido y patriótico».
Por su parte, el PPP/C subraya que preservar la soberanía e integridad territorial de Guyana es «una responsabilidad nacional que involucra a todos los ciudadanos» y que «no se escatimarán esfuerzos ni recursos».
Venezuela ha celebrado un referendo para anexionarse el Esequibo y ha elegido en las urnas un gobernador para esa región, lo que ha exacerbado la crisis y despertado temores a un mayor conflicto.
«No cabe duda de que todos los partidos políticos tienen un interés particular en que nuestra controversia territorial se resuelva a nuestro favor», concluye la catedrática Queenela Cameron.
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