Buenos Aires, 23 jul (EFE).- La carne de cerdo gana terreno en la dieta de los argentinos, impulsada no solo por el encarecimiento de la carne vacuna, sino también por un sector porcino que suma más de diez años consecutivos de crecimiento sostenido, así como un avance constante hacia una mayor profesionalización.
El consumo per cápita de carne porcina alcanzó un récord histórico de 17 kilogramos (kg) por habitante el pasado año en el país suramericano. La cifra representa el doble que en 2012, cuando promediaba 8,6 kg, según datos de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Carne de Cerdo (Caicha).
Este cambio responde a factores económicos, como la fuerte subida de precios de los cortes vacunos, el cambio de hábitos alimentarios -que favorece carnes más magras y accesibles-, y la mayor profesionalización del sector productivo porcino.

“La carne porcina es la más consumida del mundo, y en Argentina tiene un gran potencial. El sector está altamente profesionalizado y viene creciendo de manera firme desde hace más de una década”, afirmó a EFE Facundo Romero, gerente de Marketing Estratégico de la División Porcinos de Biogénesis Bagó.
Este mes, durante la Exposición Rural de Buenos Aires, la empresa presentó la línea GestaVet, un portafolio de soluciones reproductivas para el sector porcino argentino. Dicho producto, ya disponible en mercados de Asia, Europa y América Latina, llega ahora a la Argentina para brindar soluciones innovadoras a los productores del sector.
La compañía busca aplicar su conocimiento y experiencia en reproducción animal -especialmente en reproducción porcina- para mejorar los resultados del negocio mediante una mayor eficiencia reproductiva, reduciendo los días no productivos e incrementando los índices de fertilidad.
Según Romero, «en Argentina ha evolucionado muchísimo la producción porcina y el manejo en instalaciones».
«En bienestar animal, es un sector que está altamente profesionalizado. Como cría intensiva demanda mucho trabajo, una gran inversión en instalaciones y mano de obra especializada», añadió.
El sector porcino argentino registra un crecimiento sostenido desde hace más de una década. Tanto así que, en 2024, alcanzó el 12,5 % de la producción total de carnes en el país con un volumen de 785.000 toneladas.
Mejores precios y perfil saludable

La Caicha detalló en un informe que, entre enero y abril de 2025, el precio del cerdo subió un 12,5 %. El dato se ubica por debajo del incremento de la carne vacuna, que aumentó casi un 25 % en ese mismo período. Esta diferencia consolidó al cerdo como sustituto inmediato.
Asimismo, cifras difundidas por el Gobierno argentino mostraron que la producción de carne porcina aumentó 3,7% en el primer bimestre del año respecto al mismo período del 2024, marcando así un nuevo récord histórico.
La carne de cerdo se caracteriza por ser accesible, nutritiva y de alta calidad. A diferencia de la carne vacuna, no contiene grasa intramuscular: su grasa se encuentra en el exterior, lo que permite retirarla fácilmente y la convierte en una carne magra en más del 60 %, según explica la Cámara de Productores Porcinos de Córdoba.
Además, la grasa que sí conserva posee un perfil lipídico beneficioso, lo que la posiciona como una opción saludable dentro de las proteínas animales.
«Tiene una composición magra muy buena. La composición de la grasa y de los ácidos grasos que contiene la carne porcina son ricos en omega-3 y aceites que favorecen o generan protección al sistema cardiovascular. Es una carne muy sabrosa y todos los cortes tienen muy buen rendimiento», destacó Romero.
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