Luis Huz Ojeda*
El área geográfica que ocupa en la actualidad la populosa localidad de -La Cantarrana- anteriormente estuvo plantada de baja vegetación, que entre otras plantas mostraba cocuiza, leño negro, cactus… así mismo el zanjón que circunda una parte de su periferia lucia inmensa arboleda que ostentaban más de un siglo de edad entre otros: algarrobo, guamo, jobo, pardillo, pan de año, pomarrosa… y guadua o bambú. Al igual que en el presente, aquí era notable la ausencia de agua, sin embargo en su perímetro germinaban unas que otras minas de agua, que juntadas con las constantes lloviznas que caían casi a diario formaban charcos naturales, consintiendo su permanente humedad resguardar la variada flora y diversa fauna en la que por su permanente croar destacan sapos y ranas anfibios propios de la zona, también estas aguas eran beneficiosos a los seres humanos que constantemente cruzaban a pie o en mula por sus predios y al momento requerían de saciar su sed. Hasta que la presencia del hombre se hizo permanente y comenzó a desforestar y construir ranchos para albergarse y a plantar sembradíos de café, cacao, naranja criolla, onoto, tabaco y pastar ganado caprino y vacuno…
El Nombre
Descendientes de los primeros habitantes –La Cantarrana- todavía conservan en la memoria y comparten con sus hijos los relatos de sus abuelos sobre el origen y razones del nombre con el que fue designado este lugar, entre estos destaca María Balbina Huz, mi Nona paterna quien cuando nos contaba siempre se jactaba de su lucidez mental: “Nací, me crie, constituí familia y parí mis cinco hijos aquí en La Cantarrana, de mi niñez recuerdo que en aquel tiempo existían dos caminos de entrada y salida a pie o montado en bestias, uno para comunicarnos con Carvajal, San Genaro, El Alto de la Cruz, San Lázaro, Santiago, La Quebrada, el otro con Campo Alegre, San Pablo de Jiménez, Valera, La Cejita, Motatán, a las orillas de uno y otro había pequeñas ciénagas naturales que en la época de lluvias formaban lagunas que consentían la presencia de aves silvestres, culebras, iguanas, lagartijos, matos reales, otros animales y eran habitadas por Ranas y Sapos que con su constante charlear armaban conciertos magistrales, esto poco a poco se fue popularizando, ya era normal escuchar expresiones como estas: Vamos pa -La Cantarrana-; Cuando pases por -La Cantarrana-; Ese vive camino a -La Cantarrana-; Nos encontramos en la entrada de -La Cantarrana-… este vocablo se arraigó tanto en la gente que de allí procede el nombre con el cual en la actualidad conocemos este populoso sector carvajalense, esta es la historia de -La Cantarrana- que conozco desde niña”. De la misma manera Isabel Núñez vieja pobladora rememora su llegada y vivencias en La Cantarrana: “Empecé a conocer La Cantarrana cuando esto eran unos montarrascales que lentamente andaban matando las pocas plantas de café y naranja criolla que aun existían en predios de una pequeña hacienda, luego quienes vinieron a vivir aquí, al mismo tiempo que fueron construyendo sus ranchos iban plantando nuevo café, cacao, tabaco y onoto, recuerdo que por donde aún habita la familia Barrios queda el zanjón El Chama, que hace años en tiempos de lluvia pasaba se transformaba en una quebrada de agua limpia, que en el ciclo de verano era aprovechada por la gente que hacía unas perforaciones sobre la arenisca, una especie de pozos de los que surgía agua que recolectaban y consumían, la práctica de esta experiencia se dio al inicio del poblamiento de esta localidad, de la cual hasta donde conozco no hay otros antecedentes distintos a estos”
Pulperías
“Épocas pasadas en -La Cantarrana- existieron pulperías que en sus armarios, estantes, mostradores y pasillos se conseguía desde una aguja para tejer, pasando por anzuelos para pescar, machetes, escardillas, carretillas cabillas, bloques, cemento, kerosene, pudiendo hallar cafenol, mentol chino, yerbas y ramas, chimó, incluso cosméticos entre ellos la infaltable gomina para el cabello hasta telas nacionales e importadas; además, carnes, pescado, verduras, golosinas, licores, gasolina y aceite de motor envasado en lata de 25 litros, todo como en botica…. Sus emblemáticos representantes fueron: Alí León; Evaristo Matheus; Víctor -El Gordo- Olivar… así fue hasta mediados de 1960”.
Bodegas
Sus bodegas son más de ahora, se caracterizan por lucir modernos estantes, vitrinas, llamativas, neveras, ser más personalizadas y mostrar amplios surtidos de charcutería, frutos, lácteos, mercancía seca, víveres… y todo lo demandado para aprovisionar la diaria despensa requerida por los consumidores siendo de grata recordación entre otros: Ángel González Rivas -El Guayanés-; Isabel Núñez; Romelia Valecillos; Luisa de Torres; Manuel Molina; Pedro –Chamizo- Molina; Ramón Ignacio Huz; David León Suarez; Emilio Escalante…
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Cestería
En América, particularmente en Venezuela la cestería encuentra sus raíces en la cultura indígena, tesis confirmada mediante hallazgos de antiguos fragmentos arqueológicos de canastos y cestas que eran utilizados para la producción alfarera en distintas regiones del país, queda así revelada la sapiencia cultural que ostentaban las colectividades prehispánicas nativas de esta mágica tierra de gracia.
A propósito de la historia de este importante oficio de la cestería artesanal, modo vivendi de innumerables familias en -La Cantarrana- es pertinente aclarar que algunos estudiosos teorizan que su origen es originario de nuestros ancestros indígenas, otros plantean que llegó con los españoles, estas teorías son totalmente falsas. Aquí en -La Cantarrana- se inicia se inicia al final de la década de los años de 1950 luego que uno de sus pobladores, el profesor Hermes Perdomo realizo un viaje en avión a México, retornando con sus alforjas repletas de publicaciones sobre artesanía azteca, una de estas revistas detallaba en forma minuciosa los pasos requeridos para la elaboración de cestas con guadua o bambú, esta información atrajo su atención y una vez en posesión del conocimiento de esta teoría personalmente procedió a buscar la materia prima requerida por los alrededores del lugar, teniendo está a la mano la procesó y con sus habilidosas manos tejió la primera cesta dando de esta manera forma a un trabajo artesanal hoy masificado entre sus habitantes y extendido a áreas colindantes que al igual que La Cantarrana soportan parte de su economía en el desarrollo de esta actividad artesanal a través de la producción y mercadeo de cestas utilitarias. Su popularidad estriba en que en pleno siglo XXI, en la era de la tecnología su producción todavía no ha sido industrializada, el procesó para su elaboración aún se conserva artesanal-manual, allí reside su ganada reputación en el mercado de los estados Táchira, Mérida, Lara, Barinas, Zulia, Yaracuy, Carabobo, Aragua, Distrito Capital y Nueva Esparta. Hoy como ayer esta cestería es valorada por su acabado, estética y multiplicidad de diseños, jamás ha dejado de interesar al público consumidor, entre sus máximos exponentes en el arte de manufacturar cestería se cuentan: Hermes Perdomo precursor en el arte de la cestería en la cantarrana y sitios aledaños; Germán Morillo; Pedro Morillo; Víctor Núñez; Isabel Núñez; Josefa Núñez; Edgardo Núñez; Antonio Pérez; Alcira Perdomo; Arsenio Lozada; Alonso Prada; Dalia Prada; Gloriana Prada; Miguel Prada; Ramón Prada; Ernesto Huz; María Eliazer Huz; Iván Manzanilla; Jesús Salazar; Joaquín García; José Segovia; Josefa Valero…
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El procedimiento demandado para obtener de la guadua la materia prima de uso necesario en la producción de cestas, primero se debe obtener de la instancia competente el respectivo permiso para hacer la cortadura de la guadua o bambú en las franjas de quebradas y ríos de los municipios Bolívar; Carache; Carvajal; Escuque; Motatán; Pampanito; Pampán; Rafael Rangel y Sucre, áreas boscosas estas, donde está permitido y regulado su corte y explotación artesanal. Una vez ejecutado el corte de inmediato, las guaduas se arruman en paquetes de diez unidades que se cargan hasta los camiones de uso para su transporte hasta los puestos de trabajo para su respectiva distribución y entrega a los artesanos. Quienes con la materia prima en su poder proceden a totear la guadua o bambú, que después es deshebrada en tiras finas y largas que se asolean antes de continuar su atrayente tejido por sus habilidosas manos que terminan de entrelazarlas hasta terminar en cestas de variados tipos y modelos destacando entre ellos: Abanicos utilitarios y decorativos; canastillas -moisés- para bebé, canastas para guardar arepas, huevos y pan; cestas para recoger ropa y guardar lencería variada; cestas navideñas en variados patrones y tamaños; floreros; lámparas; revisteros…
Panaderías
En -La Cantarrana- tuvieron asiento medianas y pequeñas empresas encargadas de elaborar Amasijo de alta calidad, siendo preciso nombrar a: Panadería La Primavera propiedad de los hermanos León; Panadería Balza propietario Plinio Balza; Panadería La Princesa, Panadería Galicia, Panadería San Juan. El pan que se produce en -La Cantarrana- es conocido nacionalmente por la calidad de su presentación y altas propiedades nutricionales.
Santo Patrono
Múltiples son las narraciones sobre milagros atribuidos al poder del santo negro unas fantásticas, otras reales… todo un tejido popular de historia, leyenda y mito mágico-religioso sobre este apasionado tema. También en -La Cantarrana- San Benito de Palermo además de ser su patrono, tiene su historia: A finales del año 1949, un nativo de San Lázaro, Pablo Emigdio García siendo aún adolescente se ve forzado a marcharse de su terruño hasta el sur del Lago de Maracaibo a sudar la gota como bracero de hacienda en el poblado de Santa María. Durante su estadía a orillas del Lago descubre abraza con mística y fervor la religiosidad por San Benito de Palermo a quien diariamente ora y suplica por la consecución de un mejor trabajo que le permita mejorar su calidad de vida para formar y educar familia. Antes de cumplir un año de estancia en Bobures, se traslada a San Felipe, estado Yaracuy, aquí desde su llegada, empieza a sonreírle la suerte, de inmediato es incorporado como chofer de los camiones que transportan el personal desde la sede del Ministerio de Obras Públicas hasta los puntos de trabajo y viceversa, esto le permite consolidarse laboralmente en la tierra de María Lionza. A mediados el año 1960, resuelve regresar a su patria chica, hace maletas e inicia retorno con la sagrada imagen de San Benito en una mano y la carta de traslado al MOP de Valera en la otra. Ya aposentado en su tierruca con los ahorros acumulados compra un lote de terreno bastante amplio en -La Cantarrana-. En la parte trasera inicia la construcción de una modesta vivienda para albergar su núcleo familiar, la que culmina en febrero de 1961. El frente lo destina para cancelar una deuda pendiente con San Benito por favor un recibido consistente en construirle una morada. Tarea que luego de haber informado y logrado la aprobación de la Iglesia comienza a desarrollar inmediatamente, contando para este propósito con el apoyo y solidaridad de gran cuantía de vecinos y pobladores: Ernesta Olmos; Juana –Juanota- Méndez; Juana de Mora; Blanca Barreto; Matilde Ángeles; Ángela de León; Anselmo Torres; Los hermanos Alí; Ramón y Moisés León; Evaristo Matheus; José María Valecillos; Ramón Contreras; Pedro -Pan Cachito- Durán y muchos otros… Esta obra se empieza a ejecutar en marzo de 1961 y concluye el 13 de abril de 1963, fecha de inauguración de La Capilla y entrada del Santo a su Altar y Morada. El tiempo de duración para su edificación fue de dos años y contó con aportes económicos y materiales de construcción por parte de los habitantes locales y uno que otro foráneo seguidor del Santo Negro y solidaridad especial de quienes no cobraron ni un céntimo por la mano de obra; entre muchos recordamos a los experimentados albañiles y reconocidos maestros de obra: los hermanos Eliseo y Emilio Escalante, José Encarnación García, Anacleto Mora e Idelfonso “Focho” Bastidas…
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Apertura
Previo a la inauguración de La Capilla por las tardes se rezaba el Santo Rosario, a la par se celebraban misas de acción de gracias por favores recibidos, siendo oficiadas por Monjes Jesuitas integrantes de La Compañía de Jesús, que días antes de este acontecimiento religioso arribaron a esta comunidad para cumplir una jornada evangelizadora acordada para captar discípulos a través de la catequesis, bautizos y perpetrar matrimonios… Próximo a su apertura grupos de voluntarios formados por niños, jóvenes y adultos de ambos sexos se organizaron en cada sector con la finalidad de confeccionar artesanalmente en papel seda coloridas bambalinas en múltiples formas… y adornar los callejones de entradas y salidas a la nueva -Capilla de San Benito-. Llegado el momento esperado, a las nueve de la mañana Monseñor, José León Rojas Chaparro, Obispo de la Diócesis de Trujillo procedió a la inauguración de la capilla y celebró la homilía de rigor acompañado de un grupo de presbíteros venidos de localidades vecinas y los Frailes Jesuitas visitantes, esta fue una acción católica histórica dentro del ámbito del municipio San Rafael de Carvajal por la calidad y cantidad de los asistentes. Concluido el acto religioso Pablo Emigdio García dio lectura a una kilométrica lista de personas e instituciones que colaboraron para hacer realidad el hermoso sueño de un pueblo con fe y devoción. Luego a las tres de la tarde con acompañamiento de música de viento despega la procesión con el Santo Negro y Milagroso en hombros de sus devotos y vasallos recorriendo calles y callejones del lugar. En la parte intermedia de la romería asoman animando el Chimbanguele el respondón, medio golpe, requinta, flauta y maracas desplegando el característico sonido del toque, ejecutado por los Esclavos Tamboreros de San Benito de Palermo de la calle 8 Anacleto Mora, David León, Electo Valecillos, Humberto Barrios, Humberto García, Pablo Valecillos y Rubén León entre otros junto a los grupos de tamboreros invitados para ese día procedentes de Santa María de Bobures y Ceuta, Sabana Grande distrito Betijoque.
*Cronista del Municipio San Rafael de Carvajal
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