Kilómetro 23 en la vía a La Ceiba tiene cuatro meses con bombas del acueducto local dañadas

Pedro Daboín

 

Eduardo Viloria.-  El Kilómetro 23, capital de la parroquia Junín del municipio Sucre, localidad ubicada a orillas de la vía que conduce a La Ceiba, lo tiene en completo abandono el gobierno regional y local, tal como lo dijo ayer Pedro Daboín, quien enumeró la diversidad de problemas que aquejan al poblado, que tiene 4 meses con las dos bombas del acueducto local dañadas, y no hay posibilidades ni esperanzas de ponerlas en funcionamiento por la inoperatividad de la Alcaldía del municipio Sucre.

Se añade a la escasez de agua, la falta de gas para uso doméstico, que no se encuentra en ninguna parte y cuando se dice que hay gas, por un cilindro de 43 kilogramos, los especuladores piden hasta 2 millones de bolívares, como precio de especulación, que ninguna autoridad se digna investigar y aplicar los correctivos respectivos.

Todo esto sucede ante la indiferencia del gobierno regional y local, habiéndose convertido  ahora el poblado es una humareda por todas partes, lo que tampoco preocupa a las autoridades que nos tienen en completo abandono, dijo Daboín.

Dijo además Pedro Daboín que el aseo urbano nunca más volvió por la zona, las carreteras o calles del poblado están hechas un desastre y en los últimos días hay un brote de diarrea en el poblado, pensamos que es por el agua contaminada que está consumiendo la población, pues en los hogares no hay posibilidades de hervir el agua, por no tener gas y la leña hay que irla a buscar a la zona boscosa y no todas las personas están en condiciones de hacerlo.

Gobierno que no funciona

Todo esto es culpa del gobierno, el regional cuyo Gobernador no le importa el sufrimiento de la gente, añadiendo a esto la inoperancia del gobierno local, Alcalde y concejales que tampoco se preocupan por los problemas que están viviendo las poblaciones, problemas cuya solución es competencia del gobierno local, alcalde y concejales, sin embargos no se dan por enterados de la problemática  que estamos viviendo, dijo Pedro Daboín.

 

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