Caracas, 11 feb (EFE).- El opositor venezolano Julio Borges calificó este viernes como «una ofensa» a todos sus compatriotas la postura del Gobierno de Trinidad y Tobago tras la muerte a tiros de un niño que migraba junto a su madre a ese país isleño en una embarcación que fue disparada por la Guardia Costera trinitense el pasado sábado.
Borges hizo referencia a una declaración del primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, quien dijo este miércoles que la muerte del menor venezolano fue «un accidente», al tiempo que defendió el trabajo de los guardacostas ante la controversia despertada.
Rowley afirmó en su cuenta oficial de Facebook que los miembros de la Guardia Costera estaban cumpliendo «órdenes razonables y profesionales bajo protocolos y leyes internacionales», pese a que los disparos acabaron el pasado fin de semana con la vida del menor, que migraba junto a su madre al país isleño.
Al respecto, Borges aseguró que se trató de una acción unilateral, hecha «sin pensar» en la vida de quienes estaban en la embarcación.
«Señor ministro Keith Rowley, su declaración es una ofensa a todos los venezolanos. No fue una acción legal. Se disparó unilateralmente sin pensar en la vida de quienes estaban en la embarcación», aseguró.
El opositor apuntó que «son muchos los incidentes» en los que Trinidad y Tobago ha actuado «fuera del marco de protección de derechos humanos» y reiteró la petición de justicia ante la muerte del niño venezolano.
«Los venezolanos no son delincuentes, son refugiados que huyen de una dictadura. En lugar de balas y persecución, deben ser recibidos con solidaridad», apostilló.
La Guardia Costera trinitense explicó que abrió fuego contra la embarcación en la que viajaban en un intento de detener a los migrantes y en «defensa propia», alegando que habían intentado «embestirlos».
La Policía y la Guardia Costera de Trinidad y Tobago han puesto en marcha dos investigaciones paralelas para aclarar las circunstancias de la muerte.
Este hecho despertó numerosas críticas tanto de organizaciones humanitarias como del exilio venezolano, pero también dentro de Trinidad y Tobago, donde la líder de la oposición Kamla Persad-Bissessar reprendió a la Guardia Costera y calificó lo sucedido de asesinato.
La ruta migratoria hacia las diferentes islas del Caribe, la menos utilizada por los 6 millones de venezolanos que han salido del país según la ONU como consecuencia de la crisis, saltó a la palestra tras el naufragio hace un año de una embarcación en la que viajaban 41 venezolanos hacia Trinidad y Tobago.