Ciudad de México, 28 ago (EFE).- Único en su estilo, innovador y controvertido, Juan Gabriel no tuvo a miedo a ser él mismo y en su camino dejó un legado de música popular mexicana conocida y admirada en el mundo. Cinco años después de su muerte, su grandeza perdura.
«Juan Gabriel era controversial, era un cantante de multitudes, un genio porque solo un genio conecta con la raza humana en cualquier disciplina. Dicen que la humanidad no perdona el triunfo y él nació para triunfar y se fue triunfando», asegura en entrevista con Efe Eduardo Magallanes, músico y gran amigo de Juan Gabriel.
Aunque Magallanes niega darse un mérito especial, la carrera de Juan Gabriel no se entendería sin su figura, ya que en 1971 le dio la primera oportunidad con un contrato en la discográfica RCA Victor.
«Era un muchacho al que se le iba a dar una oportunidad. Yo cumplí con mi trabajo y le dimos la posibilidad, como a cualquiera que llega con una propuesta diferente, y con el tiempo nos demostró que era un gran genio», recuerda.
Sin foto, ni ceremonia, Alberto Aguilera Valadez, su nombre real, recibió un contrato a los 21 años de edad y entonces nació Juan Gabriel, nombre que usó en honor a su padre y a su maestro de la escuela que le ayudó a dejar atrás una vida de tragedias.
Hijo de padres campesinos, Juan Gabriel se enfrentó a la pobreza desde niño, a la soledad en un orfanato, a la cárcel de un crimen que no cometió y a los señalamientos de una sociedad conservadora.
En el mismo año comenzó su carrera con el éxito de «No tengo dinero» y a partir de entonces inició una prolífica trayectoria de más de 1.800 canciones y 10 millones de discos vendidos.
«Nadie sabía lo que iba a ser Juan Gabriel, todo lo fuimos describiendo y aprendimos a vivir con alguien de ese tamaño», dice Magallanes quien cree firmemente que el cantante nacido en Parácuaro, Michoacán en 1950, era «un cheque al portador» con éxito garantizado.
CONTROVERSIAL Y REIVINDICATIVO
El nombre de Juan Gabriel ha pasado a la historia y se ha convertido en una leyenda junto a la de otros compositores como Agustín Lara, José Alfredo Jiménez y Armando Manzanero.
«Fue uno de los cuatro grandes compositores en cuanto a cantidad y variedad de producción», dice a Efe el escritor Juan Villoro.
Una de las controversias más grandes en las que se vio involucrado fue su presentación en 1990 en el Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, al haber sido atacado por muchos, pero alabado por otros más, como el escritor Carlos Monsiváis y el promotor cultural Nacho Toscano.
«Había muchos aberrantes intelectualosos que se negaban a que Juan Gabriel cantara en Bellas Artes como si él hubiera sido ajeno a ellas. Él representaba la suma de la popularidad del pueblo, de su sentimentalidad y su moralidad», dice Magallanes.
Como acostumbraba, el evento fue un éxito y la experiencia se repitió en dos ocasiones años más tarde.
Otra de sus grandes y constantes polémicas fue su sexualidad, que nunca quiso reconocer abiertamente y con la que desafió a la sociedad machista mexicana con sus movimientos y trajes afeminados, en una época en la que la diversidad sexual era inaceptable.
«Juan Gabriel rompió con los prejuicios eróticos y de definición de género tan asentados en México y tuvo una actitud extraordinariamente valiente para convertirse en un personaje, su propio nombre ya es una reinvención de sí mismo», apuntó Villoro.
DÓNDE RADICA EL GENIO
Para Magallanes la genialidad de Juan Gabriel está en su voz. Villoro coincide y añade su gran capacidad «histriónica como manipulador sentimental».
«Su voz y su canto eran prodigiosamente su mayor atributo, la herramienta y vehículo para conectar con la gente, sus canciones tienen un gran valor, pero su voz era la que hacía que conectara con la gente», dice Magallanes.
Por su parte, el cantante Diego Verdaguer, también amigo cercano, realza su bondad, debido a los actos altruistas que llevó a cabo.
«Era un hombre libre que estaba buscando superarse y crecer espiritualmente, conocía sus debilidades pero siempre quiso alegrar a los demás y vivir feliz, por ello compuso canciones maravillosas», cuenta a Efe Verdaguer.
El 28 de agosto del 2016 Juan Gabriel falleció en Santa Mónica, California (EE.UU.), a los 66 años a causa de un paro cardíaco, dejando un legado inmenso en la música mexicana y un espacio imposible de llenar. Todavía hoy hay quien cree que sigue vivo y reaparecerá en cualquier momento.