Montevideo, 25 abr (EFE).- El expresidente de Uruguay José Mujica asegura que Latinoamérica «perdió la perspectiva del interés común» y sostiene que un «momento dramático» de la historia como lo fue la pandemia es un claro ejemplo de ello.
«Somos el 6 % de la población mundial y pusimos el 30 % de los muertos por covid-19. No hubo una sola reunión de presidentes o cancilleres para hacerle a las farmacéuticas un planteo continental», afirma el mandatario durante una entrevista con la Agencia EFE.
En ese sentido, quien gobernó Uruguay en el período 2010-2015, dice que cada país «revoleó el poncho» y salió a «hacer lo que podía» sin la capacidad de juntarse para «pelear» por el interés común.
«Esto es lo que nos viene pasando. Cuando vamos a una conferencia internacional nos pisamos la manguera entre nosotros. En lugar de promover un funcionario en un organismo internacional de América Latina votamos a cualquiera», ejemplifica.
Asimismo, habla de las tensiones que se generan «muchas veces» en la región y asegura que estas la debilitan frente al mundo.
«Una cosa es un planteo que hagan Brasil y Argentina juntos y otra cosa es que lo hagan por separado. Eso no quiere decir que tengamos que andar a los besitos o estemos de acuerdo al ciento por ciento. Significa que hay que tener una postura diplomática que le convenga a la región», señala.
En ese misma línea, el expresidente hace hincapié en las virtudes que tiene Uruguay para «ser un articulador». «Nadie va a desconfiar del imperialismo uruguayo», apunta.
Añade que el país suramericano tiene «la ventaja de los chicos» como «caer simpático» y remarca que eso puede servir para «unir cosas» que están separadas.
«América Latina no precisa conflictos, precisa arreglar», dice Mujica, quien también resalta que la región debe construir «muchas cosas chiquitas» que «muchas veces no cuestan dinero», pero que van creando conciencia.
Dentro de estas propone tener un servicio de salud común con bancos de órganos o clínicas de enfermedades raras. «Un país pequeño no puede tener una clínica especializada en una enfermedad que tenemos dos o tres casos en diez años. Pero eso lo tienes que compartir con otro país», explica.
También pide que en cinco o diez años se pueda viajar con el documento como sucede en Europa y que se pongan los mismos reglamentos de aduana para la importación de alimentos.
«Cada país tiene una biblia distinta, entonces venderle algo es para agarrarte la cabeza», concluye.
.