José Gregorio Hernández, Consideraciones Interpretativas entre la Historia y la Ficción | Por: Libertad León González

 

RESUMEN

A continuación se muestra la lectura interpretativa sobre la figura del Dr. José Gregorio Hernández, esbozando las implicaciones históricas, locales y nacionales, sobre el momento de su beatificación. Luego, se presenta el análisis de tres textos considerados relevantes sobre la vida del beato. Las novelas, José Gregorio Hernández, un milagro histórico (2014) de Raúl Díaz Castañeda y Dos vidas, Rafael Rangel y José Gregorio Hernández (2013) de Víctor Bravo.  Un tercer texto, la cronología Camino de Santidad (2020) de Francisco González Cruz. Desde las nociones hermenéuticas de ser-en-el-mundo, diálogo, historia efectual y ética, se realiza la lectura interpretativa de los textos.

Palabras claves: historia efectual, diálogo, ética.

 

I PRELIMINARES

El encuentro con el arte, sobre todo, tiene un lugar dentro del proceso de integración que se le encomienda a una vida humana situada en medio de tradiciones

Hans-Georg Gadamer

La religión es, seguramente, el lugar de todas las paradojas.

Jean Grondin

A partir de la convocatoria o invitación, que a bien me coloca en la posición de desarrollar un tema de discusión en este grupo de encuentros, llamado Arte y Poética, en el que su denominación también se vincula a un espacio de docencia, investigación y extensión de la Universidad de Los Andes-Núcleo Universitario “Rafael Rangel”, del estado Trujillo, con una excelente trayectoria como Laboratorio de Investigación y al que también pertenezco, desde la gentileza de la amistad traducida en el trabajo en equipo. En este espacio de discusión, ahora, como grupo de encuentros virtuales, proyectado a otras fronteras, consideré oportuno desarrollar el siguiente trabajo, con necesarias exigencias de rigor, dada la respetable audiencia para quien serán presentados los planteamientos expuestos.

Creo sensato reconocer el impacto social que el hecho religioso de la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, representa para la población trujillana y venezolana, en general; para el pueblo creyente católico, en particular; para cualquier trujillano nacido en nuestro estado; para los venezolanos procedentes de otras regiones que convirtieron a Trujillo en una de sus moradas; para el trujillano que, allende los mares, sigue volcando la mirada a su terruño. Este momento histórico nos pertenece y nos enaltece. Valoro el hecho religioso desde su etimología religio, como creencia, vínculo que une al hombre con la divinidad.

Luego de la tan esperada beatificación, para la iglesia y el pueblo creyente, del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, pienso en la valoración que sobre este virtuoso e ilustre hombre queda en quiénes testificamos el momento histórico, pienso en el acontecimiento como ‘bocanada de aire’, para el pueblo venezolano creyente que lo venera con su fe. Pienso, igualmente, en la escritura que genera su legado.

Más allá del regocijo del pueblo católico, el día de la ceremonia en Caracas en la iglesia San Juan Bautista del colegio La Salle; de la persistencia de ese regocijo, semanas después, cuando fueron recibidas las reliquias en las sedes de cada iglesia matriz, en todos los estados de Venezuela y, muy particularmente, la llegada de la reliquia al Santuario del Niño Jesús en el pueblo trujillano de Isnotú, donde nació el beato, definitivamente, el anhelo ferviente del pueblo creyente se consumó.

Esa relación intrínseca, espontánea, entre ambos, pueblo creyente y santo, que surgió en vida del Dr. José Gregorio Hernández, se consolida con este nombramiento desde el Vaticano. En este sentido, en términos de la filosofía de la religión de Jean Grondin, el rito como acto, expresa la dimensión simbólica del culto creyente, fusión entre lo dado y lo que significa, en quienes forman parte del rito.

Se vislumbra la certeza de la canonización del beato. Se reconoce también, como acto de justicia, invocado por la voz unánime del pueblo que lo acompañó hasta su última morada, ese largo día de su despedida, lunes, 30 de junio de 1919, pronunciando la frase: “el Dr. Hernández es nuestro”. José Gregorio es, desde entonces, gracias a su aquilatada trayectoria en su quehacer como hombre de bien, como médico abnegado, como científico, como filántropo, como artista; representación de las llamadas virtudes teologales, según Santo Tomás, de caridad, fe y esperanza, para el pueblo católico en Venezuela y el mundo.

En lo político, el acto de beatificación del Dr. José Gregorio Hernández será momento de conciliación de dos poderes, gobierno e Iglesia. La cuidadosa anuencia entre régimen e Iglesia se exhibe en uno de los momentos notorios que pudiéramos precisar en la ceremonia del viernes, 30 de abril de 2021, con la presencia de altos representantes del gobierno, recibiendo ‘contritos’ de manos del mismo Nuncio Apostólico, Monseñor Aldo Giordano, el santo pan eucarístico. Momento para la reflexión como acto conciliatorio entre ambos poderes. Tampoco se desaprovecha el acto solemne e histórico por parte del cardenal Baltazar Porras para hacer un llamado a la apremiante necesidad de establecer un plan de vacunación que favorezca a toda la población venezolana, sin discriminaciones.

En el aspecto cultural se han producido un caudal de expresiones artísticas, en pintura, escultura, música, teatro, a lo largo y ancho de nuestro territorio. En estos ámbitos, pueden mencionarse: la obra teatral “Gregory, canal de fe”, (2019), monólogo que representa el testimonio del actor Sócrates Serrano, sobre el proceso de padecimiento y curación del cáncer que sufrió durante el año 2017, bajo la dirección de Miguel Issa. En el ámbito de la fotografía, la publicación del fotolibro en formato de periódico, “Hilos de fe” (2020) autoría de Mauricio Donelli; en el que aparece el actor Sócrates Serrano representando al Dr. José Gregorio Hernández.

En cuanto al material bibliográfico y documental, innumerables son los estudios que sobre el beato han sido realizados a propósito de todo este largo proceso de gestión para su beatificación, durante 72 años. En particular, los realizados para el proceso de beatificación hasta establecerse como hecho aprobado por la iglesia católica. Innumerables los que han surgido de la pluma de investigadores, escritores, creyentes y/o estudiosos de este hombre virtuoso que fue y del que resulta inminente su canonización.

He querido abordar en el presente ensayo tres textos. En primer término, valorar desde una visión estética y hermenéutica, las novelas históricas: José Gregorio Hernández, un milagro histórico (2014) de Raúl Díaz Castañeda y Dos vidas, Rafael Rangel y José Gregorio Hernández (2013) de Víctor Bravo. En segundo término, Camino de Santidad, Cronología de José Gregorio Hernández (2020) de Francisco González Cruz, como documento relevante para este acontecimiento de trascendencia nacional.

Considero necesario inscribir en estas notas, previo al asunto literario que nos ocupa, el testimonio de voces que durante varios momentos de la historia hicieron de la figura de JGH muestras de virtud y santidad. Estos testimonios legitiman la condición virtuosa, más allá de lo humano, del beato.

En el Decreto sobre las virtudes Heróicas del Siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros, firmado en Roma el 16 de enero de 1986, donde entre otras consideraciones se destaca en JGH: “Una alegre benignidad y un espontáneo amor hacia los que padecen y sufren”. Las palabras sobre el beato de su primer biógrafo, Dr. José Manuel Núñez Ponte:

José Gregorio Hernández, criatura privilegiada, es símbolo de honor, de gloria, de santidad, ufana alegría no sólo de su pueblo nativo, no solo de su estado, sino unánime de Venezuela, que viene aclamándole intercesor ante Dios cada día con más devota piedad y firmísima esperanza en su mediación.

La opinión del cardenal venezolano José Humberto Quintero: “De la infancia al minuto de la muerte, la vida de José Gregorio Hernández fue un constante subir hacia la perfección. La ciencia y la santidad eran sus metas. Triunfó alcanzándolas.”[1]

Hay en la figura de José Gregorio Hernández cualidades suficientes para ser considerado un ser humano excepcional, como ciudadano honorable con rasgos de heroicidad, como médico al servicio de los pobres, como ser solidario emparentado a la pobreza, la caridad y el dolor del prójimo, como científico y hombre de cualidades artísticas.

II INTRODUCCIÓN

Muy a propósito de este reciente acontecimiento histórico sobre la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, así como también, la coincidencia que en determinados momentos de sus vidas tuvieron José Gregorio Hernández (1864-1919) y Rafael Rangel (1877-1909); preciso establecer criterios para la reflexión sobre tres textos: dos novelas, José Gregorio Hernández, un milagro histórico de Raúl Díaz Castañeda y Dos vidas, Rafael Rangel y José Gregorio Hernández de Víctor Bravo y con particular valor, el texto Camino de Santidad, Cronología del Dr. José Gregorio Hernández de Francisco González Cruz, en tanto documento de investigación que muestra la visión de una época y la visión de mundo del personaje.

La novela de Díaz Castañeda utiliza, con rigurosidad, suficientes referencias históricas sobre la Venezuela de las épocas de los gobiernos personalistas que se sucedieron después de la Guerra Federal (1859-1863), como anclaje de un discurso narrativo centrado en las figuras de José Gregorio Hernández (1864-1919) y Rafael Rangel (1877-1909) que oscila de la inmediatez anecdótica y paródica de la crónica a la recreación de la historia documental.

Víctor Bravo plantea en su novela Dos vidas, Rafael Rangel y José Gregorio Hernández (2013), la posibilidad de encontrar en los personajes históricos, Rafael Rangel y José Gregorio Hernández, respuestas sobre la naturaleza reflexiva del humano ser, tomando en consideración elementos de la ética y la filosofía de la religión. Ambas novelas aportan a uno y otro personaje significaciones sobre sus acciones como novelas históricas de nuestro tiempo.

El estudio cronológico realizado en Camino de Santidad (2020) por Francisco González Cruz, en tanto texto de consulta sobre la vida del Dr. José Gregorio Hernández, hace de la cronología un documento de valor histórico sobre la vida del Dr. Hernández como símbolo de identidad del gentilicio trujillano y venezolano.

En definitiva, los tres textos, escrituras de diferentes miradas, para la confluencia de los discursos, histórico y/o ficcional, se configuran en expresiones relevantes de ese tamiz histórico en el que nos reconocemos como herederos de una tradición religiosa en el catolicismo y de un pueblo creyente. Así, también, desde una lectura hermenéutica, los tres textos aportan, indagaciones sobre la historia, el ser-en-el-mundo heideggeriano y las nociones de diálogo e historia efectual.

 

III.- LA TESTIFICACIÓN DE DOS VIDAS

Hablar es el acto mediante el que el lenguaje

 se desborda como signo para acceder al mundo, a otro o a uno mismo.

Paul Ricoeur

La polifonía de voces entre personajes del pasado, testimonios hablantes que dialogan sobre la vida de José Gregorio Hernández y el suicidio de Rafael Rangel, en la novela de Raúl Díaz Castañeda, José Gregorio Hernández, un milagro histórico (2014), nos sugiere la posibilidad inconclusa del diálogo de Blanchot: “en el habla, habla el afuera, dando lugar al habla y permitiendo hablar”[2], con la presencia del otro y en el caso particular de los personajes convocados a ese diálogo, se intenta dar con las causas de la santidad de José Gregorio Hernández y las causas de la muerte de Rafael Rangel o acaso dar por infundada la suposición sobre alguna responsabilidad de José Gregorio Hernández en el suicidio de Rangel. Se establece el relato a partir del diálogo entre convidados del pasado como testigos que confirman el valor existencial de ambos personajes.

La novela histórica de Díaz Castañeda será espacio para la recreación del pasado, establece, desde el personaje narrador, de primera persona, un juego continuo de referencias de los sucesos históricos que acompañan a los personajes, José Gregorio Hernández y Rafael Rangel, como el hilo conductor de los acontecimientos entre ambas vidas. El discurso narrativo oscila entre la crónica y la historia.

La novela histórica como espacio de recreación de la realidad, abunda en reconocer en el pasado de los dialogantes, ubicados; unos, en el espacio local de la provincia, refiriendo el pasado político inmediato de sus vivencias, así como, de la Venezuela del siglo XIX y principios del siglo XX; otros, desde el presente, siglo XXI, expresan al narrador, conjeturas imaginarias como dialogantes que vuelven del pasado a rendir sus testimonios.

El principio hermenéutico de la historia de los efectos, bien llamada historia efectual por Hans-Georg Gadamer, se reconoce en el texto, la historia se actualiza y se comprende. Desde el sujeto enunciador, la novela histórica muestra su imaginario. El texto, en este caso la novela, como punto de convergencia de la comprensión del ser-en-el-mundo heideggeriano, interpretado por Gadamer:

La mera presencia del otro con quien nos encontramos, aun antes de que abra la boca, nos ayuda a descubrir y a abandonar la propia clausura. La experiencia dialogal que se produce aquí no se limita a la esfera de las razones de ambas partes, cuyo intercambio y cuya coincidencia pudieran constituir el sentido de todo diálogo. Como muestran las experiencias descritas, hay algo más: una potencialidad de ser otro, por así decir, que se encuentra más allá de todo entendimiento en el ámbito de lo común.[3]

El “diálogo con otros pensantes y con los que piensan de otro modo”, es decir, el diálogo como potencial de alteridad. En la confrontación con los otros se procura la reflexión del ser en sí mismo. Ricoeur hablará de la interlocución como el “intercambio de intencionalidades que se buscan recíprocamente.”[4] Esta confrontación e interlocución se propicia en la novela a partir de los encuentros amistosos, las entrevistas y las propias conjeturas del narrador protagonista con respecto a los dialogantes convocados en la testificación de los personajes de la historia.

[1]  Todas las citas de este aparte son extraídas del libro de Orlando Valdemar Pérez Pérez (2014). José Gregorio Hernández, el médico que cura desde el cielo, Caracas, Últimas Noticias.

2Blanchot, Maurice (1970). El diálogo inconcluso, p.105.

[3] Gadamer, Hans-Georg (1998). Texto e interpretación, p.21.

4 Ricoeur, Paul (1996). Sí mismo como otro, p.23.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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