« ¡JOSÉ GREGORIO ES NUESTRO! » | Por: Felipe Guerrero

“JOSÉ GREGORIO HERNANDEZ se metió en el alma de la sociedad venezolana con sus favores y con sus servicios. El día de su muerte, se acabaron las flores en Caracas. Toda la capital agradecida las colocó ante su tumba. Los restos mortales fueron trasladados en hombros por un pueblo que gritaba: « ¡JOSÉ GREGORIO ES NUESTRO! »

 

Por: Dr. Felipe Guerrero

El gran escritor León Bloy1, manifestó en una maravillosa expresión, una de las frases más hermosas de la literatura francesa. Este extraordinario pensador afirmó que «Sólo existe una desgracia: No ser santo». Todos somos santos en la medida que lo deseamos. Depende de nosotros el hecho de ser santos, mejores de lo que somos. Las Jornadas de Estudio y Reflexión sobre el Doctor JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, representan el mejor escenario para descubrir como el testimonio de este venezolano integral, representa un modelo de vida de un universitario correcto, honesto, sencillo y humilde que logró santificar su esfuerzo; porque cuando descubrimos que nuestro trabajo se convierte en una ofrenda agradable a Dios, nos disponemos a mejorar cada día y a hacer de nuestra labor la prolongación de la obra creadora de Dios Padre. 

La santidad de JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ se manifiesta a través de la huella de un hombre que hizo de su vida un púlpito para predicar con su testimonio, que convirtió la investigación científica un espacio para encontrar el bálsamo sanador de los dolores físicos y que transformó la Cátedra Universitaria un Pozo de Jacob para saciar la sed de sus discípulos.

En momento solemne de su vida, Teresa de Calcuta nos explicó la sencilla fórmula para alcanzar la santidad. Esa es la misma pauta que siguió JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ como ciudadano, como Profesor Universitario y como Cristiano. . Ese sencillo procedimiento según la Santa de la Post-Modernidad consiste en: «Hacer bien el trabajo y hacerlo con gran amor»

Indudablemente, la andanza cristiana de JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, no fue un peregrinaje ingenuo o cándido. Trazado sobre su frente, junto a la cruz, exhibe el sello característico de la perseverancia, de la tenacidad. Infatigable, audaz, lejos de discursos estériles ante cualquier necesidad o carencia, actuaba dando una inmediata respuesta, porque «El Santo es el verdadero amo de la historia, pues es él quien cambia el corazón de quienes hacen la historia»

En su propósito de cambiar el corazón a quienes hacen la historia, JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, fue un maestro. Un maestro de Autenticidad Cristiana

Su ingreso y permanencia en la Universidad Central de Venezuela, para JOSÉ GREGORIO, a nivel personal representó un período de grandes exigencias en la tarea de testimoniar su cosmovisión cristiana del mundo y de la persona. En esa hora, la comunidad universitaria vivía la primavera del Enciclopedismo y del Positivismo que se expresaba en un rebelarse contra la religión en nombre de la ciencia.

Así, los postulados universales del saber se enunciaban a partir de las observaciones particulares. Observación y experimentación eran los pilares fundamentales de la ciencia. Basados en esa lógica, el método experimental era la única forma válida para el estudio de los hechos tanto naturales como sociales. Se consideraba que el objetivo de la ciencia no era otro que el de conocer por vía de la experimentación. Entonces, sólo era válido el «Ver para Creer».

El elevado prestigio personal y científico de JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, representó en su momento el mejor testimonio de este hombre integrante del pueblo de Dios. Es una buena lección para todas las horas, porque lo curioso a través de la historia es que incluso muchos de los que rechazan la fe religiosa, siguen buscando creer en algo, porque la espiritualidad es un elemento innato en la persona. Un sinnúmero de pensadores a lo largo de la historia, han intuido «algo» que no podemos explicar todo. Uno de los grandes filósofos de todos los tiempos, Agustín de Hipona señaló que: «La fe consiste en creer lo que no se ve y su premio es ver lo que se cree».

Ese aprendizaje se realiza en la familia y serán los padres los grandes maestros. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ creció en un hogar que era verdaderamente un «Centro de Formación Cristiana» y un «Taller para modelar una vida equilibrada, austera y generosa».

En la crónica «José Gregorio Hernández, el hombre común y corriente» se asegura que JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, «heredó de su mamá un sereno fervor religioso, la facilidad para acercarse a Dios, y la inclinación de socorrer a los pobres»2.

Acerca de su progenitora, José Gregorio dijo una vez: «Mi madre que me amaba, desde la cuna me enseñó la virtud, me crió en la ciencia de Dios y me puso por guía la santa caridad». De su padre, adoptó el ejemplo de voluntad, fidelidad a sus deberes y compromisos, así como el sentido de la prudencia y la justicia.

El Seis de Noviembre de Mil Ochocientos Noventa y Uno, el Rector de la Universidad Central de Venezuela, le toma el juramento como profesor universitario. A partir de ese momento se coloca al frente de las Cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología, de la Universidad Central de Venezuela. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ introduce en Venezuela la enseñanza del uso y manejo del microscopio, así como las técnicas de estudio de tejidos y cultivo de microbios, iniciándose una etapa de desarrollo científico en la medicina venezolana.

El conocido «Médico de los Pobres» actuó como prestigiosos docente de la Universidad Central de Venezuela desde que tomó posesión de este cargo el Seis de Noviembre de Mil Ochocientos Noventa y Uno, hasta el día anterior a su muerte, sábado Veintiocho de Junio de Mil Novecientos Diez y Nueve, cuando dictó su última clase.

En la vida testimonial de JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ aparece un conjunto de rasgos que lo califican como UN MAESTRO DE AUTENTICIDAD CRISTIANA

  1. PRIMER RASGO: LA FE Y LA ESPERANZA EN DIOS:

Tener fe y esperanza en nuestros corazones es reconocer que Dios está dentro de nosotros y que siempre nos protegerá, ayudará y enseñará sin importar las circunstancias que debemos enfrentar. La Fe y la Esperanza, nos inspiran y nos dan fuerza y voluntad para ser mejores.

Desde muy pequeño, JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ y durante toda su vida, fue un cristiano practicante, que cumplía los deberes inherentes a su fe. De tal manera que era una persona profundamente religiosa. De niño transcribió su primer libro religioso: «Modo breve y fácil para oír misa con devoción». Posteriormente trascribía otros escritos católicos, traduciría algunas oraciones y él mismo sería autor de textos de índole espiritual.

  1. SEGUNDO RASGO: EL SERVICIO COMO DEMOSTRACIÓN DE AMOR

JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ expresaba su amor por medio del servicio. Como hermano mayor vivió la dolorosa experiencia de la temprana muerte de su hermana y luego de su madre cuando apenas tenía ocho años. Desde ese momento, acompañó a su padre viudo y a sus cinco hermanos. Luego cuando su padre vuelve a contraer matrimonio, establece una relación de cariño con su madrastra y sus nuevos seis hermanos y con todos sus parientes.Existen múltiples testimonios del trato cariñoso como expresión de amor que brindaba a sus amigos, a sus compañeros de clase, a sus profesores, a sus colegas médicos y a los trabajadores de la salud.

  1. TERCER RASGO: JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ: UN PRACTICANTE DEL BIEN COMÚN

La concepción del Bien Común constituye para los Católicos una de las principales propuestas para recuperar la vida humana en la sociedad actual. Este principio meta-político fundamenta el pensamiento social de la Iglesia Católica. Desde San Agustín y Santo Tomas de Aquino se plantea la necesidad de hacer visible el desarrollo de una cultura de la esperanza y de responsabilidad.

JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ siempre se involucró en diversas actividades para el progreso de la comunidad, lo que le deparó no pocas dificultades, hasta la posibilidad de ir preso por orden de algunos gobernantes.

  1. CUARTO RASGO: CIENCIA Y GENEROSIDAD

La sinergia entre la Ciencia y la Generosidad es la síntesis superior de la identidad del doctor JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ Era un eminente científico, un excelente médico y un profesor insigne. Y a la par un hombre humilde que atendía a cualquiera que le solicitara sus servicios para una sencilla curación de un malestar.

Oportuna esta Jornada de Estudio y Reflexión sobre JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, para manifestar el reconocimiento y la gratitud «A todos los profesionales de la salud que, con su dedicación, cercanía y profesionalidad a las personas que padecen una enfermedad, pueden convertirse en verdadera personificación de la misericordia. La identidad y el compromiso del médico no sólo se apoya en su ciencia y competencia técnica, sino principalmente en su actitud compasiva y misericordiosa hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu. La compasión, es de alguna manera el alma misma de la medicina. La compasión no es lástima, la compasión es padecer con el otro»3.

«Que la luz de JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ nos ilumine a los venezolanos y que siempre esté a nuestro lado para que todos logremos para sanar y curarnos a fin de emprender el verdadero camino de la paz y la justicia».

 

 


1Bloy, Léon. En Tinieblas. Ediciones El Cobre. Traductor Pérez Bueno, Luis Cayo. España, 2006. Pág. 84

2 https://cronica.uno/jose-gregorio-hernandez-el-hombre-comun-y-corriente-ii/

3https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/june/documents/papa-francesco_20160609_ordini-medici-spagna-america-latina.html

 

Fuente: https://elconesvida.net/2021/06/06/jose-gregorio-es-nuestro/

 

Dr. Felipe Guerrero

felipeguerrero11@gmail.com

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