Ante las dificultades para poder comprar un kilo de carne y ante la ausencia de este proteico en las neveras de las carnicerías, el propietario de una carnicería expresa que la regulación de precios no coincide con la situación actual del país.
José García, quien se desempeña como carnicero y tiene su establecimiento en una reconocida zona de la ciudad de Mérida, resaltó que desde hace más de 22 días no recibe carne, pues los precios que les ofrecen los distribuidores están por encima de la tabla de regulación que realizó la Sundde, “lo que uno hace es tener pérdidas y no podemos seguir trabajando así”.
Para García diariamente las dificultades aumentan, pues aparte del alto porcentaje inflacionario, día a día ve como su negocio se va acabando por el desabastecimiento de los productos de primera necesidad. “Actualmente solo tenemos el puro nombre del frigorífico, por el cual tenemos que pagar a la Alcaldía un impuesto, bien sea el doble o el triple, solo por ser una carnicería”.
El carnicero estima que en un plazo no muy lejano se vea en la obligación de bajar su santamaria y optar por otras opciones para ganar dinero y poder mantener a su familia; sin embargo, aclaró que para diciembre venderá este rubro, de acuerdo al porcentaje de inflación, pues aseveró que es imposible predecir en cuanto se venderá un kilo de carne para la pascua navideña.
Mientras que para Luis Calderón, propietario de otra carnicería, los cálculos empleados por la Sundde no corresponden con la realidad. “La gente compraba así le pareciera caro, pero ahora no tienen nada que comprar porque no hay este rubro en los refrigeradores (…) todo está muy difícil, no solo para los ciudadanos de pie sino de igual forma para los comerciantes”.
Dijo que al menos para vender la carne en Bs. 41.000, deben comprarla en aproximadamente 25 mil bolívares.
Por su parte Daniel Valero, de profesión carnicero, esperaba que los precios fuesen en consenso, pues “es fuerte porque para nosotros, estos costos no dan la base, ya que como carniceros asumimos la pérdida de los huesos, los desperdicios, además tenemos que comprar las cintas de la sierra, empaques de los molinos y otros insumos necesarios que se requieren para laborar”.
Los carniceros confían en que puedan laborar tranquilamente, pues aseguraron que por la situación del país invierten para perder y no pueden seguir laborando de esta forma, ya que varios de ellos vendieron la últimas vez la carne entre 54 y 60 mil bolívares, bien sea la de segunda o primera, pero con los precios fijados por la Sundde no avizoran un panorama favorable para este gremio.