Puebla (México), 9 mar (EFE).- «Tener una idea y perseguirla hasta volverla real, es el verdadero reto de tener una mente brillante», aseguró este jueves el cineasta y explorador canadiense James Cameron en un evento en la ciudad mexicana de Puebla, centro de México.
Durante su intervención en el Festival de las Ideas que se lleva a cabo en la citada ciudad, Cameron, también productor y guionista, compartió con los asistentes una charla sobre su base de creación.
Además, dijo a la audiencia que tienen que seguir a su corazón y a las cosas que los apasionen, construir, mantener la curiosidad, contando su propia historia y no la de los demás, lo que logrará «hacer que tus ideas, sean la realidad del todo».
Enfatizó qué «hay que dar saltos gigantes», sin embargo dijo que para «evitar el fracaso se tiene que practicar las veces que sea necesario», debido a que con esto se gana experiencia y la perfección de cada idea, para poder impactar en los demás.
«La esperanza no es estrategia, la suerte no es un factor y el miedo no es opción, por lo que deben pensar siempre en ser ese clavo al que siempre le están martillando, porque no creen en tus ideas o simplemente creen que esas ideas no son viables».
Mencionó que cada uno es el guía de sus ideas, «pero siempre hay que escuchar las pequeñas ideas que vienen del entorno, de las personas del equipo de trabajo, debido a que estas engrandecen la idea principal», y se debe evitar el momento que la idea se desvíe, que cambie, porqué entonces, «ya no es viable».
TITANIC, EL DESAFÍO MÁS GRANDE DE CAMERON
Cameron, de 68 años, aseguró que la cinta Titanic, una de las tres películas más taquilleras de todos los tiempos, «fue un proyecto jamás pensado», debido a que él quería llevar a la pantalla un mundo real, por esta razón antepuso el «amor por la historia».
Como segundo punto recordó que la película contenía lo que más amaba en la vida que es la exploración y la profundidad de los océanos y dijo que lo más complicado era explorar el Titanic en submarino para posteriormente hacer una película, la cual fue «una locura», porqué se creó en un estanque de 20 metros de profundidad.
De hecho, el estudio construyó un set en la playa mexicana de Rosarito, Baja California, donde se levantó un estanque para escenificar el momento del hundimiento del famoso barco ocurrido en 1912.
«Escribí la historia trágica, en un entorno de una historia de amor conjunta con la tecnología que daría vida a una de las películas más vistas en la historia del cine; fue uno de los proyectos más difíciles, nos pasamos del presupuesto, éramos la burla de Hollywood y eso nos impulsó a ser los mejores», cerró.
«Titanic» ganó 11 premios Óscar de los 14 a los que estuvo nominada en 1998, entre ellos a mejor película.