Ante la falta de mantenimiento a su infraestructura, la tercera planta del Liceo Leonardo Ruiz Pineda de la localidad de Rubio, municipio Junín del estado Táchira, fue inhabilitada después de que funcionarios del Cuerpo de Bomberos realizaran una inspección.
Nidia Guevara fue docente de esta institución educativa, actualmente es jubilada. Recuerda que la planta física del liceo era una de las mejores del municipio. “Me imagino que si no le hacen el mantenimiento va a llegar un momento en que el liceo va a ser inhabilitado totalmente. Por la falta de mantenimiento porque ya no le hacen ni mantenimiento a las instituciones”, expresó.
Aunque no se logró ingresar al plantel, por fuera se observan sus rejas oxidadas, la pintura desgastada y el nombre de “Leonardo Ruíz Pineda” prácticamente no se ve. El paso de la lluvia y el sol, han dejado solo una sombra de lo que fue.
A esto, Nidia Guevara le suma el hecho de que ha desmejorado la calidad educativa porque niños, niñas y adolescentes reciben sus actividades académicas solo dos días a la semana. “Ya hay poco profesional, la mayoría ya no le dan clase a los muchachos como antes, sino que son tres días a la semana, o sea me parece que los muchachos en vez de ir hacia adelante va a llegar un momento en que la universidad, cuando lleguen, si llegan, los va a sacar poco a poco porque van a ir mal preparados. No es como antes que uno como especialista, uno se esmeraba en que salieran buenos muchachos, buenos profesionales”, expresó.
No desmerita el trabajo de los docentes que a pesar de los bajos salarios hacen lo posible por mantener la educación en pie, por lo que critica es al sistema que ha llevado a esta situación.
Para Guevara esto también está acabando con la educación gratuita, por los padres y representantes buscando mejor enseñanza para sus hijos, acuden a los colegios privados cuyo valor supera los 50 $ mensuales.
“Viviendo de las remesas”
Nidia Guevara fue jubilada hace 13 años con 25 años continuos de servicio. Lo que recibe como pensión no le alcanza para mucho, por lo que depende de la ayuda de uno de sus hijos que vive en el exterior.
“Si no fuera por la remesa de mi hijo yo creo que no sabría cómo salir adelante. Es brava la situación que estamos pasando. Como docente estoy recibiendo 900 bolívares mensuales y con eso hago milagros. Eso se va en un mercadito pequeño y no hay más para donde”, expresó.
En diciembre no pudo hacer hallacas, pues le pareció más económico comprar unas hechas para la cena de Navidad. “Se me hizo más fácil comprarlas ya hechas, pero eso del pernil, el pan de jamón, la ensalada, no, eso no, no fue así como años anteriores, todo muy limitado, muy limitados”, dijo.