(*) Gregorio Rojas Flores
Periodista
Hay personajes de la vida nacional que, sin duda alguna, dejan muy en alto el valor de ser venezolanos, porque siguen sembrando futuro y nuevas condiciones propositivas y más sustentables, a pesar de las adversidades y la situación política, social y económica tan compleja por la que atraviesa nuestra tierra.
Sin mucho pensar, puedo mencionar a deportistas como la reconocida Deyna Castellanos, Yulimar Rojas, atleta mundialista con su reciente Trofeo de la Comunidad Iberoaméricana de los Reyes de España, y Antonio Díaz, karateca que busca inmortalizarse en los Juegos Olímpicos de 2021. En las artes, quién no conoce al maestro Gustavo Dudamel o al famoso actor de Hollywood, Edgar Ramírez. Todos ellos hacen brillar el tricolor en otras latitudes.
Hace poco nombraron a Glass Marcano como directora de la Orquesta de París, noticia que recorrió los medios internacionales y fue aplaudida en el mundo entero. Sigo y me jacto con figuras como el doctor Juan Carlos Sánchez, Premio Nobel de la Paz 2007, quien continúa realizando importantes investigaciones sobre calentamiento global y cambios climáticos desde nuestro país.
Y hoy creo necesario destacar otros valores humanos que también aportan mucho a la construcción del arraigo nacional y a la calidad de vida venezolana, pero pocas veces son tomados en cuenta de la misma manera que a los anteriores, me refiero a los empresarios. Es que mantener una empresa a flote en la actualidad venezolana es una tarea heroica. Hacerla redituable, generar empleo y bienestar, crecer e invertir aquí es digno de elogio y apoyo.
Nuestro país ha sido cuna de empresarios emblemáticos que han dejado huellas, como, por ejemplo, el recordado Oswaldo Cisneros, quien presidió Digitel y dejó el legado de eficientes proyectos de educación, salud y ambiente, con su voluntariado 012. Ahora, nuevas generaciones de venezolanos han asumido el reto de seguir apostando al país empresarial.
Vemos con orgullo rostros notables de la vida económica y productiva actual, como Lorenzo Mendoza, quien asumió el liderazgo de Empresas Polar a principio de la década de los 90, dando continuidad a su legado de trabajo familiar de forma impecable y ha sido referencia en labores sociales con su importante fundación y su Centro de Desarrollo Deportivo que, entre otras cosas, desde su inauguración en el 2009 hasta hace poco había beneficiado a más de un millón 300 mil niños, jóvenes y adultos.
También tenemos a Yaser Dagga, CEO de Frigilux, marca criolla que llega este 2021 a sus 55 años de tradición y es la más resaltante del país en su rubro, cuyos electrodomésticos cuentan con tecnología sustentable, ahorro energético, productos eco amigables, de alta calidad y durabilidad. Dagga, quien desde muy temprana edad se abocó al mundo comercial, igualmente ha ido más allá de su desarrollo como emprendedor y se ha dedicado a impulsar el bienestar social a todo nivel. Con su Fundación Frigilux participa activamente en amplios programas de salud para todo el país y solo el año pasado brindó apoyo a más de 70.000 pacientes con distintas patologías.
Otro empresario que no pasa inadvertido es Juan Carlos Escotet, presidente de Banesco, entidad bancaria de las más consolidadas en el país y que solo hasta 2019 registró más de cuatro millones de clientes. Escotet ha destacado igualmente en materia de solidaridad con programas para fomentar la salud y la educación venezolana, dirigidos tanto a su personal como a la ciudadanía en general e instituciones externas, como la Sociedad Anticancerosa, el Hospital Ortopédico Infantil, Fe y Alegría, la Asociación Venezolana de Educación Católica, entre otras.
Está Alfredo Cohen, presidente del Grupo Sambil, renombrado por los exitosos centros comerciales dentro y fuera del país, pero además, por los aportes de su empresa a la sociedad, en especial con las comunidades de menos recursos. Por solo mencionar algunas de sus actividades de responsabilidad social, Constructora Sambil ha favorecido a la construcción y equipamiento de escuelas públicas y apoyan la labor de Fundana (Fundación Amigos del Niño que Amerita Protección) que presta atención integral a infantes que se encuentran en situación de maltrato o abandono.
En este trance tan delicado que estamos pasando en Venezuela por sus particularidades y en el mundo entero, a consecuencia de la pandemia, el reto que tienen los empresarios es aún mayor y consiste en un proceso de readaptación, nuevos comportamientos frente al mercado, con novedosas formas de trabajar para hacer llegar los productos y servicios a consumidores ávidos de calidad y que los satisfaga.
Los países definitivamente no tienen santamaría y aquí sigue habiendo una población llena de necesidades que cubrir y bocas que alimentar. Bravo por los empresarios venezolanos que siguen adelante, llegando a cada rincón nacional con su cultura de marca que también hace parte de la identidad venezolana. Bravo por los deportistas, los artistas, los científicos y toda la gente valiosa de nuestro país, porque son la base de la Venezuela de fe, esperanza, empeño y orgullo que sigue más viva que nunca.