Guterres pide a los gobiernos y al sector privado planes concretos contra el racismo

Fotografía de archivo, tomada el pasado 1 de marzo, en la que se registró al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en Bagdad (Irak). EFE/Ahmed Jalil

Naciones Unidas, 21 mar (EFE).- El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió hoy a gobiernos de todo el mundo y también al sector privado que den pasos concretos contra el racismo y sus consecuencias, con ocasión del Día Internacional por la eliminación de la discriminación racial.

El racismo -recordó Guterres- «no es innato, pero cuando se aprende, se transforma en un poder destructivo por sí solo», «una de las fuerzas más destructivas que dividen las sociedades».

Por ello, pidió a los gobiernos del mundo adoptar, para diciembre de este año, «un plan nacional global y con plazos» para combatir el racismo que incluya «legislación anti-discriminación y políticas basadas en pruebas y datos».

No faltan instrumentos en los que apoyar esos planes y citó concretamente la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Internacional para la eliminación de todas las formas de discriminación racial y la Declaración y Programa de Acción de Durban.

Pero no solo competen a los gobiernos las medidas antirracistas: «El sector privado también tiene un papel crucial que desempeñar: llamó a los empresarios -dijo- a dar pasos urgentes para eliminar la discriminación racial en sus productos y servicios y en sus lugares de trabajo».

Para el diplomático portugués, después de un periodo de mayor concienciación sobre el racismo, «algunos países están experimentando una viciosa reacción contra las prácticas y las políticas antirracistas», aunque no los identificó.

Consideró claro que «la xenofobia, el prejuicio y el discurso del odio están en ascenso», con un ejemplo claro en el discurso de ciertos políticos que «toman a los inmigrantes como chivos expiatorios, con resultados impactantes».

En la era contemporánea, además, los supremacistas blancos están aprovechando las plataformas digitales y las redes sociales para expandir su discurso, mientras que los algoritmos de la inteligencia artificial «amplifican y digitalizan la discriminación racial».

 

 

 

 

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