Francisco Graterol Vargas
Ahora que la propia iglesia ha informado sobre la posibilidad de que el milagro que falta para que José Gregorio Hernández sea elevado a los altares como un verdadero santo se me viene a mi ya desgatada memoria cuando el nativo de Isnotú apareció en una vieja casona de la calle principal de La Cejita.
Lo digo porque estos ojos lo vieron. Tendría yo unos 13 años y estaba domiciliado en La Hoyada. De repente llegó un fuerte rumor. A José Gregorio Hernández lo vieron en La Cejita. Junto a mis hermanas Ana y Dominga formamos parte de un largo desfilar de hombres y mujeres que se juntaron frente a la casa donde hoy queda la panadería colindante con lo que es el domicilio del colega Memo Bracamonte. Por cierto ahí fundaron más tarde un cine.
Cuando nos tocó el turno en la cola entramos a la vivienda. Increíble, pero cierto. Pelamos bien los ojos. En el marco de la puerta que daba a la cocina estaba la figura de “ Mano Goyo”. De repente un hombre peló por una filosa navaja y empezó a raspar donde se encontraba la imagen de JGH. El marco ya estaba a punto de ceder y José Gregorio continuaba en el lugar. Al tipo de la navaja lo sacaron a empellones por incrédulo y por dañar la puerta. Así como les narro este episodio el Siervo de Dios ha dado muchas manifestaciones en varias partes del mundo. Pronto recibirá la venia de la iglesia católica por el milagro que anhelamos todos al parecer ocurrió en Miami.
TEODORO PETKOFF Y “EL CHUPA CABRA”. A MEDIADOS DE LOS 80 se decía que “El Chupa Cabra” había hecho de las suyas en un sector de Boconó. Varios animales aparecieron muertos con señales de haber sido degollados por algún animal feroz. La ola del “Chupa Cabra” se extendía por algunos países de Centro América y México.
Coincidió esta situación con una visita del catire de El Batey, el carismático periodista, exguerrillero, el mismo que se fugó del Cuartel San Carlos junto a Guillermo García Ponce a la ciudad de Valera. José Hernández. Secretario general del Movimiento Al Socialismo me encomendó la tarea de recibir a Teodoro lo cual fue un gran honor para este servidor. En mi casa de Morón tenía de vecino a Luis Albarrán hoy cotizado comerciante valerano propietario del Hotel Don Luis. ¿Qué le podemos ofrecer a tan distinguido visitante? Luis y su esposa Lola la botaron de jonrón. Buscaron un ovejo, nada que ver con la citada cabra y le prepararon suculento banquete. Pero lo que más le gustó a quien hoy sería ideal para una candidatura presidencial fue que Luis amarró el ovejo a un árbol y en presencia de Teodoro y demás personas presentes le chupó la sangre. “EL Chupa Cabra” gritó la concurrencia. Años más tarde topamos en el aeropuerto de Maiquetía con Teodoro y luego del apretón de manos el saludo fue “y cómo está el Chupa Cabra”. Mi admiración y respeto por este valiente venezolano que con su punzante pluma puso en más de una oportunidad a temblar a quienes ostentaban el poder.
CARLOS ANDRES PÉREZ EN BOCONO: Una vez tuvimos en mi condición de periodista un atajaperros con Carlos Andrés Pérez quien andaba de gira por el estado Trujillo. Ofreció una rueda de prensa en Boconó. Acudimos en representación de Diario de Los Andes y acompañamos a Ramón Azuaje en la cobertura para Radio Turismo. Como todo político se habló de diversos temas. Aquello estaba medio aburrido. La inseguridad estaba a millón. Se tocó el tema con el presidente. ¿Pero yo no veo tal inseguridad? Acotó. Me la puso de bombita. Claro que no con ese tropel de guardaespaldas usted está bien resguardado pero como queda “Juan Pueblito”. Toreó la respuesta naturalmente. En la noche hubo un agasajo. Se acercó CAP a la mesa donde estábamos. Se tocó el tema. “Presidente había que ponerle música a la fiesta porque los invitados se estaban durmiendo” le dije a aquel hombre que tuvo tanto poder en la llamada IV República. Sentí al rato unos codazos. Era Onésimo Caracas, reportero gráfico de DLA en el acto. “Esos huevos de codorniz son insípidos, prefiero las carotas que me hace mi mamá “se quejó el recordado amigo.
LAS TRAVESURAS DE PIÑERITO: Oscar Piñero fue un apreciado periodista zuliano que vivió muchos años en Trujillo hasta su muerte. Era terrible. Hacía unas cosas que a nadie más se le ocurría. Gozaba de un parecido sin igual con Luis Piñerúa Ordaz líder de AD y quien aspiró la Presidencia de la República. A Piñerúa le pautaron una gira para La Quebrada. En el centro del pueblo pusieron una tarima para que hablara el vocero acciondemocratista. “Ahí viene”, señalaron algunos.
Efectivamente en un jeep descapotado arribó el candidato y empezó su arenga ante el público de Urdaneta. Al rato se sintió una caravana de vehículos. Piñerúa venía agitando los brazos. Había dos candidatos. Uno que hacía su alocución en lo alto de la tribuna y el otro que entraba al pueblo. Lo cierto del caso es que Oscar Piñero raudo y veloz se bajó de la plataforma y como pudo se escapó de aquel zafarrancho viniendo a parar en un santiamén hasta la ciudad de Valera.
Otra de Piñerito. Nuestro personaje cubría la fuente del aeropuerto para Diario de Los Andes. El colega cuando se echaba cuatro tragos perdía los estribos. Se empató con el Capitán Hebert Africano quien lo invitó en su avioneta a dar un paseo por Maracaibo para continuar la rumba. Ni corto ni perezoso aceptó la invitación. Le mandó a decir a Guillermo Montilla, Jefe de Redacción de DLA que tuvo que partir urgente a la tierra del sol amada porque se le murió la abuela. A los días Montilla agarró una llamada de Piñerito. “Ahora me vas a decir que se murió tu madre”, le gritó Guillermo mientras le tiraba el teléfono. Cosas veredes mis apreciados lectores.
CORPOELEC Y EL DERBY DE JONRONES. Vivimos en un país con una constante zozobra por el servicio eléctrico. Ahora mismo estoy redactando estas GRATEROLADAS sin saber si la inspiración me la va a cortar un corte de energía eléctrica. El pasado lunes disfrutábamos del Derby de Jonrones. A LA FINAL IBAN Julio Rodríguez y Juan Soto. De repente todo quedó a oscuras. Esperé un rato. Al regresar la luz el evento había terminado. Debió haber ganado Rodríguez pensé y me entregué en los brazos de Morfeo. Sorpresas te da la vida. Al otro día cuando reviso las noticias. Juan Soto ganó el Derby de Jonrones. Yo tenía una luz… y venía CORPOELEC Y me la apagaba…
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