GIGANTES DEJÓ EN EL TERRENO AL MAGALLANES Y TERMINÓ EN EL PRIMER LUGAR

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Santo Domingo, República Dominicana.- La casa de Juan Marichal, el Estadio Quisqueya, se vistió de tricolor y mientras cientos de gargantas gritaban al unísono “sí se puede”, Navegantes del Magallanes se sintió local y regresó de una desventaja de seis carreras, pero al final prevaleció Gigantes del Cibao, con marcador de 8-7 en 10 entradas, gracias a elevado de sacrificio de Hanser Alberto.

El triunfo dejó en el primer lugar de la fase eliminatoria al equipo dominicano y envío al tercer lugar al conjunto criollo, pese a compartir el mismo récord (3-2) con Caimanes de Barranquilla y Charros de Jalisco.

El empate se definió por el resultado de la fórmula Team Quality Balance. El club colombiano terminó segundo y jugará como home club este miércoles contra los turcos, en horario vespertino; mientras que el combinado mexicano se enfrentará al anfitrión en desafío estelar.

Los ganadores de las semifinales disputarán el jueves el cetro de la Serie del Caribe 2022.

“Fue un gran juego de pelota, prácticamente una final. Cualquiera de los dos que ganara, iba a ser un buen resultado”, señaló el mánager Wilfredo Romero, sobre el desafío que se extendió durante cinco horas y finalizó poco después de la una de la mañana.

La balanza comenzó a inclinarse a favor de los colosos, en el segundo inning, gracias un hit productor de Juan Francisco y un error de Balbino Fuenmayor en la inicial, que colocó el juego 2-0.

La ofensiva del Cibao, que había estado apagada, siguió atacando y aprovechando cada oportunidad. Richard Ureña sacudió hit y José Sirí lo remolcó con triple, para alejar el marcador 3-0 en el quinto. En tanto que doble de Carlos Paulino y otro petardo de Ureña colocaron la pizarra 6-0.

Pero los venezolanos en las tribunas no dejaron de aupar y el sólido bullpen de los quisqueyanos se desplomó en el séptimo. Niuman Romero y Willians Astudillo sacudieron incogibles impulsores, Danry Vásquez negoció un boleto, Fuenmayor llevó dos al plato con un doble y un roletazo de Pablo Sandoval empujó otra rayita. De pronto, Magallanes apenas perdía por una (6-5) y la fiesta se extendía en todas las localidades del parque.

“No nos esperábamos tanto público venezolano, pero hay que agradecer a la fanaticada venezolana que vino a apoyar a su equipo, lo que demuestra que sí influye en los partidos, eso da una motivación extra”, destacó Alberto. “Esa remontada en el séptimo y el octavo innings, se debió en parte a ese apoyo. El fanático siempre estuvo ahí”.

Inatrapables de Astudillo y Vásquez colocaron arriba a los eléctricos en el octavo. Entonces, el coro “Venezuela, Venezuela” y “Se acabó el mangú” acalló los cánticos dominicanos.

“En este juego, el calor de la fanaticada me recordó mucho un Caracas-Magallanes… El ambiente, la alegría, todos comentamos eso. La atmosfera que hay en este país por el beisbol es única”, agregó Romero.

Alberto llevó el juego a entradas extras con fly de sacrificio a la derecha, en la parte baja del octavo, y luego lo decidió, utilizando el mismo recurso en el décimo.

“Este juego nos enseñó que no nos podemos confiar, no podemos bajar la guardia en ningún momento, cada quien tiene que hacer la parte que le toca. Hoy nos falló el pitcheo, pero la ofensiva estuvo ahí y al final del día pudimos sacar el juego”, apuntó Alberto. “La calma y la paciencia son importantes. No hay mucha información sobre los lanzadores a los que se está enfrentando (Danny Rondón), así que tienes que ser más paciente a la hora de ver los pitcheos. Solo traté de conectar la bola fuerte y sacarla del infield, para ponérsela fácil a (Melky) Mesa (corredor de tercera)”.

Ahora, los cruces serán de muerte súbita y no habrá mañana. La única estrategia es ganar.

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