Recolectando dinero para pagar los gastos fúnebres de su hija Michelle Pernía, y exigiendo que se lleve a cabo una investigación, está Jonathan Pernía, padre de la menor que falleció hace una semana en la localidad de Boca de Grita, municipio García de Hevia del estado Táchira, después de que funcionarios de la Guardia Nacional (GN) le impidieran a la ambulancia que la trasladaba cruzar el Puente Unión.
En rueda de prensa realizada este martes 6 de diciembre, Pernía le hizo un llamado a Nicolás Maduro; al fiscal General de la República, Tarek William Saab; y al gobernador del Táchira, Freddy Bernal, para que realicen la investigación sobre la muerte de su hija, quien a pesar de que no podía mojarse ni separarse del oxígeno, tuvo que ser bajada a una carreta, bajo la lluvia, para intentar pasarla por el puente para recibir tratamiento en Colombia.
“Le hago un llamado al señor Freddy Bernal, le hago un llamado al fiscal, para ver qué pasó con el caso que anunciaron que iban a estar investigando lo del caso de Michelle Saray, pero no han llamado a uno como padre, ni a la mamá, no han llamado a nadie, entonces le hago un llamado… Es como si uno no existiera. A nosotros los pobres nos tienen es desechados. Como si nosotros para ellos fuéramos una basura”, expresó.
Relató que la menor de edad fue trasladada a las 12 de la noche del día martes 29 de noviembre al Centro Diagnóstico Integral (CDI) de Boca de Grita, desde donde el médico de turno llamó a la ambulancia del ambulatorio para que movilizaran a la menor a Cúcuta, pero solicitaban 60 litros de gasolina para hacerlo, por lo que recurrieron a Protección Civil, quienes solicitaron 20 litros de combustible.
El padre de la menor consiguió regalada la gasolina, porque no tenía dinero para pagarla, y fue cuando procedieron a trasladarla al puente, sin tener resultados positivos, a pesar de que funcionarios de la policía colombiana autorizando el paso en su mitad de la frontera.
“Estaba cayendo un torrencial aguacero en Boca de Grita, la hija mía no podía llevar agua por el problema que tenía que era neumonía, entonces fueron y hablaron con los guardias y los guardias dijeron que no era permitido porque no había paso para cruzar para Cúcuta, entonces yo le hago un llamado al gobierno desde la Presidencia de la República ¿dónde está el acuerdo de apertura de frontera con Colombia?, era para que estuviera abierto ese puente”, expresó.
Destacó Jonathan Pernía que después de la muerte de su hija ocurrió un caso similar con un vecino, a quien tuvieron que pasar en una carretilla al vecino país. “Porque no tiene uno dinero para haberle pagado a uno de los guardias para que los guardias la hubiesen dejado pasar a mi hija, soy una persona de bajos recursos, vivo en un ranchito que sinceramente está que se nos cae encima. Basta de tanta humillación hacia nosotros el pueblo venezolano”., agregó.
Sin recursos
Los padres de la menor fallecida no cuentan con dinero para pagar los gastos fúnebres de su hija, por lo que han recibido apoyo de la comunidad en donde han recolectado 250.000 pesos, que es lo que han abonado a la funeraria, pero en menos de 15 días tienen que cancelar 1 millón 50 mil pesos más, por lo que solicita apoyo.
“Nosotros somos personas de bajos recursos, con lo que yo sobrevivo es con lo de la cauchera. Hay días que hago 2.000 pesos y no hago ni para un kilito de arroz, hay días que hago para a veces llevar un kilito de arroz y aunque sea unos huevitos para mi casa porque no tengo más que comer. A veces hay amigos que me colaboran con una harinita, con un arrocito”, dijo Jonathan Pernía.
Explicó que precisamente sus hijos son llevados a Cúcuta para que sean atendidos en el hospital porque llegan si un peso y los atienden, mientras que en Venezuela debe tener entre 10 y 11 millones de pesos colombianos para resolver una emergencia de salud. Acotó que para que no les cobraran el trasladado de la niña, la doctora que la recibió cuando ya había fallecido les dijo que la cruzaran de nuevo en la carretilla.
Insistió a las autoridades venezolanas dar respuestas sobre lo ocurrido y no quedar en anuncios, pues los funcionarios que le negaron el paso a su hija continúan libres. “La frontera está cerrada pal pobre, pero pal rico no está cerrada. Los mismos habitantes de Boca de Grita dicen que de noche o en la madrugada pasan camiones cargados de allá para acá”, finalizó diciendo.