“Para que exista conciencia ciudadana debe existir amor por la ciudad. Y para esto se requiere una emocionalidad capaz de despertar ese amor, ese compromiso y eso hay que crearlo. Un crecimiento en la autoestima. Hace mucho tiempo que Valera no ha visto algo lo suficientemente bueno. Varias generaciones de valeranos han crecido en esta ciudad fracasada y los 200 años que cumple en este 2020, es una gran oportunidad”. Estas son palabras de Francisco González Cruz, autor del libro “La Valera posible”, quien a propósito del cumpleaños 200 de la ciudad, hoy comparte su visión en pro de Las Siete Colinas.
Aumentar el autoestima
González enfatiza que Valera posee amplias y variadas oportunidades de desarrollo, pero hay que quererla primero. “Hay que aumentarle el autoestima a la ciudad (…) cuando Trujillo (ciudad capital) cumplió 400 años, se inauguraron grandes obras, como su acueducto, el Liceo Cristóbal Mendoza, la Avenida Cuatricentenaria, el Hospital José Gregorio Hernández; se publicaron muchas obras que hacían referencia a la fecha (cosa que no pasó cuando cumplió 450 años), lo cierto es que la transformación viene en parte por la voluntad de sus líderes”.
Insiste que a los actuales dirigentes municipales (Alcaldía y Concejo Municipal), les tocó gerenciar el bicentenario de la ciudad, en ese sentido con ánimos de sumar se pregunta: “¿Qué están haciendo de verdad, seriamente y audazmente para el bicentenario de Valera? Y a los ciudadanos también les pregunto: ¿Qué siente usted que esta persona que usted eligió está haciendo para transformar a la ciudad y cómo contribuiría usted para transformar a la ciudad?”.
Hay cosas que se pueden hacer
El también rector emérito de la Universidad Valle del Momboy, señala que los valeranos deben plantearse una serie de metas concretas y posibles. Aclara que el tiempo se agotó para celebrar con majestuosas obras, pero se puede iniciar el diseño por lo menos el proyecto de ciudad. Sugiere que se debe elevar sustantivamente la calidad de vida del centro de Valera, para hacerlo caminable. “Hay cosas que podemos hacer, coloquémonos el desafío de que los valeranos nos podamos bañar en los tres río de nuestra ciudad (Escuque, Motatán y Momboy) en cinco años, caminar con tranquilidad por el caso de la ciudad; eso emociona. Se pueden hacer alianzas con otras instituciones regionales, nacionales e incluso internacionales para conseguir los recursos, pero hay que hacerlo, y hay que tener el proyecto”.
Talento valerano
González recalca que es necesario un cambio radical de actitud, y estar “convencidos que es posible refundar a la ciudad”. “El principal recurso que tiene Valera es el talento de sus habitantes, y tiene que encontrar mecanismos para aprovechar ese talento, esto requiere de políticas públicas que premie la innovación, la creatividad e incentivarlas (…) Me niego a creer que la ciudad perderá la oportunidad de su bicentenario para moverse. Me niego a pensar que esta inercia no tiene remedio. Me niego a pensar que aquí se está terminando la capacidad de soñar. La esperanza y la fe deben renacer. La capacidad de soñar tiene que florecer fecundamente. Y mover a la ciudadanía a construir la historia que queremos construir y vivir”.
Repensar el rol
Explica González que Valera es una ciudad comercial, identidad que a su criterio es una fortuna porque el comercio es el principal generador de empleo en la localidad, pero añade que el municipio tiene que repensar su rol. “Valera tiene que serle más útil a sus ciudadanos y a su entorno. El estado Trujillo es el primer productor de alimentos; por Valera y sus cercanías pasa gran parte de los alimentos y/o hortalizas que alimentan al país, pero qué hace la ciudad para serle útil a los productores, si no hay vías decentes, ni siquiera hay un mercado de mayoristas. El desafío fundamental es la ciudad, modernizarla para que el desarrollo sea factible y sustentable”.
Por último Francisco González señala que la frase “La Valera posible” o es arreglar un semáforo y una rejita. “La Valera posible no es un poquito mejor de lo mismo, Valera necesita de verdaderos proyectos, de planificación a futuro, de voluntad, de incentivación del liderazgo urbano, de promover la innovación, porque eso es una ciudad, la que sirve para multiplicar las oportunidades de vivir mejor mediante la creatividad y el espíritu emprendedor de sus habitantes”.
Valera no era así
Es común escuchar en los espacios públicos sobre la “picardía, viveza, deshonestidad y falta de cultura ciudadana” en los valeranos. Sobre esto Francisco González comenta: “Valera no era así, aquí la palabra valía y quien debía algo no era necesario cobrarle, porque sabía que tenía que pagar y lo hacía. Éramos la ciudad más limpia, pero Valera tiene demasiado tiempo en deterioro, pero se puede hacer algo en este bicentenario”.