Con una serie de cartas de familiares y amigos del convicto por narcotráfico Efraín Antonio Campo Flores, la defensa pidió al juez de la causa, Paul Crotty, que tuviera clemencia y que enviara al sobrino de la pareja presidencial de Venezuela a su casa, junto a su esposa e hijos para que pudiera rehacer su vida con esta segunda oportunidad que solicitan.
Los abogados, Randall W. Jackson y John Zach, pidieron en el memorando de sentencia que la corte considere que Campo Flores es —según su opinión— un hombre honesto, con principios familiares y valores morales que merece una segunda oportunidad.
Entre los familiares que piden por Campo Flores se destaca su esposa (Jessair del Valle Rodríguez), su madre (Hernes Flores), su hermano (Irving José Molina Flores), Petra Amelia Flores (tía), Amelia Campo, Numidia Rocío Flores (prima), María Gabriela Guerra y Alirio Alfonso Guerra Campos (primos), Juan F. Guerra M, (tío y padrino), Carmen Campos Adriana Yeguez y Arturo Nusbel Madera Flores (primos), Jesús Rodríguez y Saira Josefina Camacho de Rodríguez (suegros).
Entre los amigos que enviaron cartas al juez están Mayerlin Akras, Enmanuel Avelino, Pantalón Aguirre, Carlos Daniel Casas Camargo, Tania Carranza Carrillo, Vanessa Márquez, Berna del Carmen Valero, Jhonatan Henríquez, Ronald Moreno, Chirley Rivero, Rossa Suárez y Carlos Daniel Casas.
Los abogados explicaron que el caso por el cual fue juzgado y por el cual será condenado es único con hechos únicos que no merece una cadena perpetua como lo pide la Fiscalía. Todo lo contrario, los defensores pidieron al juez que sentencie a su cliente por debajo de lo establecido en la guía de rango de sentencias, «un rango necesario y suficiente para cumplir con lo establecido en el estatuto de sentencia».
En la carta de 10 páginas, los abogados suplican al juez Crotty que la sentencia a Campo Flores no sea exagerada, y que tome en cuenta la básica y verdadera situación del caso, dejando de lado los hechos establecidos en las conclusiones del informe previo a la sentencia entregado por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York y por la Oficina de Libertad Condicional.
—No hay duda de que Campo Flores tomó una serie de decisiones tontas, pero él es uno —como tantos jóvenes— que vive en lugares con muchas dificultades e intentó obtener una recompensa financiera fácilmente—dice la defensa en el memorando.
Jackson y Zach sostienen que lo que ambos conocen hoy día sobre su cliente es que antes de haber cometido la serie de errores que llevaron a su arresto, él vivía en un modesto apartamento con su esposa embarazada y su hijo de 3 años: «El acusado tiene un niño que nació cuando él estaba encarcelado en el Centro Correccional Metropolitano y no ha tenido oportunidad de formar parte de la vida de ese bebé».
La defensa reiteró que Campo Flores fue un objetivo de una de las operaciones más comprometidas en la historia de la Agencia Antinarcóticos de los Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) por el solo hecho de ser un familiar cercano de la primera dama de Venezuela. Un valioso objetivo, a pesar de que sabían que era un inexperto incapaz de conseguir droga, “lo cual es contrario a lo que deberían ser las operaciones de este tipo”.
—Sabemos que el caso de Campo Flores es único, con hechos únicos y que estos no se acercan a lo establecido en las guías de sentencia, por ello pedimos que se aplique una condena por debajo del rango establecido en los informes previos a la sentencia.
Indican que Campo Flores, a los 29 años, nunca había sido arrestado ni había sido capturado como sí ocurrió con los informantes confidenciales y colaboradores de la DEA. De hecho —aseguran— la DEA y el Departamento de Justicia mantiene una sofisticada inteligencia de los informantes de este caso que son considerados como Objetivos Prioritarios de una Organización Consolidada, CPOT. “Campo Flores nunca fue considerado un CPOT y nunca hizo nada ni siquiera parecido a lo que hicieron los informantes del gobierno que participaron en la operación”.
Según sus abogados, Campo Flores creció en condiciones modestas en un país muy pobre. Cuando él tenía 7 años vivió con su abuela en una casa con 16 miembros de su familia, pasó la mayor parte de su infancia en una vivienda de barro destruida. Él y el resto de su familia se mudaron a la casa de su tía, quien luego se convirtió en la primera dama de Venezuela. Sus amigos de infancia lo describen como una persona siempre ocupada con sus estudios, con su perra Laika, con el playstation y el fútbol.
De acuerdo con lo expresado por la defensa, Efraín Antonio Campo Flores cursó estudios de Derecho y se graduó en la Universidad Santa María dos meses antes de su arresto. Cuando tenía 24 años se casó con Jessair Rodríguez, con quien tiene 2 hijos. A pesar de estar preso a miles de millas de distancia de su hogar, él continúa siendo un esposo y padre amoroso.
Consideran los abogados que con esos antecedentes no se merece una sentencia larga y afirman que los únicos argumentos que el gobierno ha presentado para pedir una cadena perpetua para su cliente son unos mensajes ambiguos enviados a personas desconocidas en los que se nombran unas acciones también desconocidas que tuvieron lugar en Venezuela. «De hecho, la corte rechazó los agravantes presentados por el gobierno relacionados con el uso de la violencia en la conspiración, los intentos de sobornos a las autoridades y la obstrucción a la justicia».
Más adelante dicen que lo único que está claro en este caso es que Campo Flores fue invitado a una isla del Caribe, donde él nunca había estado, para recoger una recompensa de millones de dólares sin haber hecho nada, lo que conllevó a ser acusado de un hecho criminal en un país en el que nunca había cometido un crimen, y donde enfrenta una sentencia que va a ser más severa que la de otros prisioneros americanos.
La defensa destaca que Campo Flores puede ser enviado a una prisión donde su esposa e hijos solo podrán visitarlo dos veces al año. Los otros familiares no podrán venir porque los costos de visitas son enormes, lo cual es un factor que debe ser tomado en cuenta por la corte. Acotan, además, que los gastos se multiplican por el hecho de que la mayoría de los familiares del acusado están vinculados con la familia presidencial y actualmente existen relaciones hostiles entre Estados Unidos y Venezuela.
Los abogados sugieren al juez que tome en cuenta que los niños de Campo Flores se verán forzados a crecer en uno de los países más peligrosos del mundo sin la guía y protección de su padre, ante lo cual sugieren que la corte considere la imposición de una sentencia que sea suficiente, pero no mayor de la necesaria para lograr que se cumplan los objetivos de los estatutos de sentencia y evitar que el acusado esté ausente en la crianza de sus hijos.
Los abogados hicieron uso de varias jurisprudencias de casos en los cuales los acusados lograron sentencias menos severas, debido al impacto que tiene en los niños menores que sus padres cumplan cadenas perpetuas. «Ese ha sido un factor que se ha tomado en cuenta por los jueces para dictar sentencias menores, incluidos los casos en los que ha habido de verdad droga. Como ejemplo el de un narcotraficante que fue sentenciado a 66 meses de prisión luego de que la guía de sentencia daba entre 292 a 365 por el impacto en la vida del niño del acusado».
Dicen los abogados de Campo Flores que la operación por la que fue juzgado su cliente no merece una condena severa que lo obligue a estar separado de su familia. «Esta no es una operación regular de tráfico de drogas desde otro país a Estados Unidos, sino el caso de dos novicios tontos que fueron empujados a viajar a Haití con la promesa de que iban a recoger millones de dólares sin haber hecho virtualmente nada. No hay ninguna circunstancia para que haya cadena perpetua, ni siquiera una sentencia mínima obligatoria», señalaron.
Comentaron que muchos jueces norteamericanos han sido críticos de los casos que envuelven operaciones en los que los acusados fueron engañados con fantásticas promesas financieras por parte de los agentes del gobierno.
Los abogados criticaron una vez más el hecho de que la Fiscalía haya argumentado que Campo Flores era ya un criminal antes de ser arrestado en Puerto Príncipe, todo basado en unos mensajes de texto encontrados en los teléfonos de los acusados, lo que hizo que dicho agravante elevara a la estratosfera los puntos en la guía de sentencia. Adicionalmente, los abogados reiteraron que no hay evidencias de que Campo Flores tuviese la capacidad de encontrar el número de kilos de droga (800 kilos) por los cuales se pretende sentenciarlo, razón por la cual la corte debe tener en cuenta este elemento.
Dicen que Campo Flores no es un reincidente, que esta es su primera convicción y pareciera ser la última, lo cual no requiere que la sentencia sea tan larga como para proteger al público del acusado.
Según los abogados, es imposible que Campo Flores cometa otros crímenes. Su nombre y sus acciones han sido publicadas en los periódicos de Venezuela y en todo el mundo. Lo que se ha reportado sobre él, afirman, ha sido sensacionalista e inexacto, lo que ha hecho que sea percibido como un infame cuando en realidad es un hombre decente, cariñoso, amable y excelente ser humano que fue captado en una mala situación. «Él es una persona que esperamos que la corte permita que se vaya a su casa y empiece nuevamente su vida junto a su familia».
La esposa pide liberación inmediata. En una carta entregada por la defensa a la corte, firmada por la esposa de Campo Flores, Jessair del Valle Rodríguez, la mujer le pide al juez que libere de inmediato a su marido de la cárcel para que pueda estar pronto con sus dos hijos.
Dice que solo Dios sabe lo buen hombre que es su esposo, a quien describe con una serie de cualidades que van desde lo extremadamente familiar, amoroso, trabajador y entregado a su hijo que tiene actualmente 4 años. El hijo menor lo conoció cuando ella pudo llevarlo de visita a la cárcel neoyorquina por una semana.
La mujer revela que tuvo oportunidad de viajar con sus 2 hijos a Nueva York por 10 días y fue cuando Campo Flores pudo conocer a su segundo hijo, que nació cuando el convicto estaba ya en la cárcel estadounidense.
Rodríguez describe que cuando su esposo fue arrestado ella estaba embarazada y que por estar en prisión este no pudo estar presente en el nacimiento de su hijo.
No era huérfano. La madre de Campo Flores, Hernes Melquíades Flores, dijo que su hijo tenía una conducta impecable, y que ella se había esforzado para darle una educación de calidad, valores y principios. Aseguró que es una persona de grandes cualidades humanas y entregado a su familia.
Vale la pena destacar que esta es la primera vez que aparece el nombre de la madre de Campo Flores en papeles federales en Estados Unidos. Hasta ahora la información que se manejaba era que el convicto había quedado huérfano a una edad temprana y que había sido supuestamente criado por su tía y actualmente primera dama. Las cartas demuestran que son falsas dichas alegaciones y que Campo Flores siempre vivió con su madre.
Su hermano juez pide que lo envíen a casa pronto. Irving José Molina Flores, quien es juez en Venezuela, escribió una carta a la corte en la que dice que su hermano Efraín Antonio Campo Flores es una persona educada, respetable, con buenos hábitos y principios. Solicita que cuando se vaya a dictar sentencia se considere que no merece estar separado de sus seres amados, de sus hijos, quienes lo necesitan para su educación y crianza. «Es cruel que él haya sido separado de su familia por circunstancias basadas en hechos que no tienen ningún mérito».
Más adelante señala que su hermano es un joven que merece continuar su vida al lado de familia, a la vez que informa al juez Crotty que recientemente su abuela falleció y antes de morir preguntaba por el hoy convicto, pues era su nieto preferido.
Dentro de las cartas enviadas por los familiares de Campo Flores al juez pidiendo indulgencia y misericordia no aparece ninguna escrita por la primera dama, Cilia Flores; por su otro hermano, Marco Antonio Campo Flores; ni por su tío político y actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.
Dictarán sentencia el 14 de diciembre. De acuerdo con el calendario de la corte la fecha de la sentencia de los sobrinos de la pareja presidencial continúa prevista para el 14 de diciembre. Si bien es posible otra prórroga, hasta el momento la defensa no ha hecho la petición formal.
En casos similares al de los Flores los abogados suelen pedir el cambio de fecha a última hora, siempre y cuando tengan argumentos creíbles para tal petición.