Alexander Humberto López Prada tenía 24 años, trabajaba como vendedor ambulante, usualmente en el Terminal de pasajeros de Valera, donde ofrecía golosinas a los viajeros antes que partieran.
Con ese trabajo sostenía su hogar, el muchacho era quien mantenía a sus dos hermanos menores tras la muerte de su madre, y también a su primogénito, un bebé de apenas un año que dejó.
Pero la desgracia se topó en su camino, cuando regresaba a su vivienda en Agua Blanca, Motatán, fue embestido por un vehículo, el conductor se detuvo y le prestó primeros auxilios, lo trasladó al Hospital Central de Valera y colaboró con los gastos médicos, pero el muchacho tras casi tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos falleció, no resistió las severas lesiones que sufrió en el impacto.
Sus familiares acudieron a la morgue para reclamar su cuerpo y darle cristiana sepultura, comentaron con preocupación que ahora sus hermanos quedaron huérfanos, sin que nadie vea por ellos.
Estarán bajo el cuidado de su abuelo, pero sin los recursos para sus gastos, por lo que hacen un llamado a las autoridades para que colaboren con los niños e incluyan en alguna misión social para que puedan tener calidad de vida.