A propósito del terremoto que azotó a la ciudad de México y sus terribles consecuencias, el presidente de la Fundación Arturo Uslar Pietri y máximo dirigente de la Alianza del Lápiz, Antonio Ecarri, alertó el inminente riesgo de que se produzca una tragedia de enormes magnitudes en las zonas populares de la ciudad de Caracas ante un sismo similar y la falta de un plan de emergencia por parte del gobierno nacional.
“Cientos de zonas olvidadas del municipio Libertador están en situación de graves riesgos, existen estudios sismológicos que revelan las debilidades de Caracas frente a una tragedia como la vivida en la ciudad de México, y ni los venezolanos ni los caraqueños no tienen un plan de contingencia frente a un desastre natural de cualquier tipo (…) existen zonas de Caracas que a diario se derrumban sin ni siquiera haber temblado, como ocurrió en los edificios de la Misión Vivienda en el municipio Sucre”, aseveró el dirigente.
En tal sentido, el portavoz opositor hizo mención especial a los centros educativos, tanto municipales, distritales y nacionales, de la ciudad capital; destacando que los niños y adolescentes pudieran ser las principales víctimas tal como ocurrió en escuela “Enrique Rebsamen” de la nación azteca.
“Caracas está en completo estado de indefensión ante el más mínimo soplido por la falta de mantenimiento y las ruinas en las que este gobierno la ha sumergido. Por ello desde la Alianza del Lápiz, considerando que debemos tomar este ese ejemplo traumático que se llevó al ciudad de México, le exigimos al inoperante de Jorge Rodríguez iniciar cuanto antes una inspección profunda e inmediata de las condiciones de la ciudad» dijo.
Sobre el plan de contingencia que plantea, Ecarri detalló que debe ser un proyecto integral de prevención de desastres, conformado por Ingeniería Municipal, Protección Civil, Bomberos, Policía Municipal, Colegio de Ingenieros, Funvisis y Escuela de Ingeniería Universidad Central de Venezuela.
Sobre el mismo, subrayó que deberán atender tres áreas estratégicas entre las que enumeró inspecciones de edificaciones y zonas de alto riesgo, así como planteles educativos públicos, nacionales, estadales, municipales, públicos y privados; desarrollar jornadas de información y orientación para padres, maestros, alumnos y personal docente en caso de sismos o desastres.
Adicionalmente incluyó iniciar un programa de reparación, restauración y adecuación de estructuras y reforzamiento en los principales sectores populares de Libertador.