Por: Joan Camargo / TodosAhora.com
Las bandas delictivas en Venezuela han crecido de manera sorprendente durante los últimos años. Actualmente no hay región del país que esté libre del accionar de grupos armados, que cada vez ganan más terreno azotando a la ciudadanía impunemente.
Las estructuras criminales que operan en el territorio nacional se dividen en nueve bloques dedicados a delitos como el narcotráfico, extracción ilegal de minerales, terrorismo, homicidios, extorsión; secuestro y robo.
Bandas delictivas en Venezuela
Según la organización Transparencia Venezuela, estos bloques conviven en diferentes niveles de tensión y armonía junto a la Fuerza Armada Nacional, las policías nacionales, regionales y municipales, así como otros organismos de seguridad del Estado.
Algunos de estos grupos controlan territorios y han creado microestados delictivos en el país, todo en perjuicio de la mayoría de los ciudadanos.
Las Megabandas
Las megabandas son organizaciones delictivas que se agruparon y fortalecieron con el único fin de aumentar el control del territorio e incrementar su poder de fuego y defensa contra los organismos de seguridad.
Estas se encuentran mayormente en territorios que fueron declarados como Zonas de Paz por el Gobierno Nacional. Siendo Aragua, Distrito Capital, Miranda y Guárico las entidades donde normalmente operan.
Son organizaciones sin ideologías políticas y su único fin es obtener beneficios a costa de su accionar delictivo.
Como mínimo tienen 60 integrantes encargados de labores específicas y armados con fusiles, granadas y radios, lo que evidencia el grado de organización que tienen.
Casos en Caracas de bandas delictivas en Venezuela
En el caso de Caracas, operan las Megabandas de El Coqui, Garbis y Vampi, en la Cota 905. En otra zona como Petare, El Wilexys mantiene el control.
El centro del país es liderada por los Piratas de Carretera, esta se dedica a robar en la Autopista Regional del Centro.
Según el Observatorio del Delito Organizado, para el año 2017 había en el país unas 17 megabandas dedicadas al narcotráfico, robo, hurto de vehículos, sicariato y venta de drogas.
El poder de estas organizaciones ha sido tan grande que se han hecho prácticamente imposibles de combatir para las autoridades, hecho que les permite operar con total impunidad.
Seudosindicatos
Si ha escuchado hablar de “El Tren de Aragua” o las bandas de la minería puede tener una idea de cómo algunos sindicatos de la construcción, petroleros y mineros se han convertido en grandes organizaciones delictivas.
Estos grupos se encargan inicialmente de extorsionar a los trabajadores de los diversos sectores con la excusa de “conseguirles empleo”.
Además, también extorsionan a encargados o jefes de las obras, amenazándolos para que solo contraten a los trabajadores que ellos digan. Incluso, llegan al punto de obligar a comprar el material a determinada compañía, según la organización Transparencia Venezuela.
Esta práctica inició luego que paralizaran las grandes obras que el Gobierno había comenzado en varias partes del país, como por ejemplo el Sistema Ferroviario Ezequiel Zamora.
Los trabajadores de esta obra se quedaron sin empleo tras la paralización y optaron por dedicarse a la extorsión, luego al secuestro y finalmente adoptó otros delitos como robos, homicidios y narcotráfico.
Actualmente, el líder de esta organización es Héctor Guerrero, un peligroso delincuente conocido por el alias de “Niño Guerrero”, quien también controla la cárcel de Tocorón.
Actualmente el Tren de Aragua opera en seis estados del centro-oriente del país y en países como Brasil, Colombia y Perú.
Los seudosindicatos también operan en las minas del estado Bolívar y en algunos yacimientos petroleros. Portan armas de alto calibre y se cuentan con un número bastante considerable de hombres.
Colectivos Revolucionarios
Transparencia Venezuela indica que estas organizaciones delictivas fueron creadas para mantener un control social por parte del Gobierno, además de cometer fechorías y crímenes contra la población que adversa las políticas de la administración oficialista.
Estos grupos operan en absolutamente todo el territorio nacional, la mayoría de ellos están armados y cada uno cumple un rol en específico.
En Caracas confluyen varios de esos grupos. Sin embargo, los de mayor poder y control son: el Colectivo Tupamaro, La Piedrita, Alexis Vive, Tres Raíces, Colectivo 5 de Marzo, Frente Motorizado Bolivariano y Cupaz.
Contra estas organizaciones pesan investigaciones por parte de cortes internacionales por violaciones de Derechos Humanos y crímenes durante las protestas antigubernamentales.
También están a cargo de mafias de extorsiones, secuestros, robos de vehículos, venta ilegal de comida subsidiada, entre otros delitos, indicaron fuentes del Cicpc.
El pranato y las bandas carcelarias
El abandono sistema carcelario en Venezuela por parte del Estado ha generado, entre tantos problemas, la creación de poderosas figuras criminales que controlan mafias en el interior de las prisiones y fuera de ellas.
En las cárceles los pranes alcanzan su posición imponiendo el terror en la población reclusa cometiendo asesinatos dantescos, y grandes masacres.
Estas organizaciones se mantienen del cobro de “causa” o mensualidad a los presos. La venta de drogas en el interior de las cárceles, el secuestro y la extorsión de personas mediante llamadas telefónicas.
En los pranatos se establecen reglas bastante drásticas que tienen que ser cumplidas por toda la población. Y si un preso las vulnera, lo paga hasta con su vida.
Aunque la mayoría de las cárceles en el país cuentan con régimen cerrado, aún quedan unas donde los pranes imponen la ley, tales como Tocorón, Vista Hermosa, Tocuyito y La Pica.
Estas organizaciones se manejan por estructuras encabezadas por el pran, seguido por “El Carro”, luego “Los Luceros” y de último “Los Soldados”.
Según fuentes del Ministerio del Servicio Penitenciario, los pranatos tienen en su poder armas de bajo y alto calibre que utilizan para mantener el control del penal.
Los Boliches
Las Fuerzas Bolivarianas de Liberación, mejor conocidas como Los Boliches también son uno de los bloques delictivos que hace vida en el país.
Es un grupo paramilitar que opera en zonas rurales de Apure, Táchira y Barinas, mayormente en las zonas fronterizas con Colombia.
Según Transparencia Venezuela, esta organización tiene en su control entre 1.000 y 4.000 delincuentes con armas largas.
La fundación Insight Crime afirma que esta organización se mantiene a costa de la extorsión de ganaderos y empresas ubicadas en la frontera con Colombia.
Estos se ubican también en las trochas entre Colombia y Venezuela, donde se encargan de cobrar para permitir el paso de las personas de un lado al otro.
Traficantes de drogas
Durante los últimos años Venezuela se ha convertido en uno de los puentes más importantes del tráfico de droga en el mundo, tal como asegura Transparencia Venezuela.
“Al parecer la ruta más importante para traficar cocaína desde Venezuela es la que utiliza las pistas clandestinas, principalmente ubicadas en los estados Apure, Zulia y Falcón. Desde donde parten avionetas con rumbo a Centroamérica, fundamentalmente hasta Honduras”, indica la organización.
Estos cargamentos pasan hacia México y de ahí a los Estados Unidos.
La Organización de Naciones Unidas ha certificado igualmente que muchos vuelos no documentados salieron de nuestro país, y “todas las remesas aéreas clandestinas de cocaína detectadas en el África Occidental parecen haberse originado en la República Bolivariana de Venezuela”, señala el informe.
Por otro lado, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito indicó que, en el 2010, 51 % de la carga de narcóticos, de todos los envíos por barcos interceptados en el Atlántico durante el período 2006-2008, tuvieron su origen en Venezuela.
Aunque se desconoce oficialmente cuáles son las organizaciones que se dedican directamente a la exportación de la droga desde Venezuela. Se sabe que hay bandas delictivas como la de Los Melean en el estado Zulia. Y las megabandas de la Cota 905 que se encargan del movimiento y venta de la droga en el país.
FARC y ELN
En Venezuela existe un número importante de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según Insight Crime durante el “conflicto colombiano el país (Venezuela) brindó a los guerrilleros (FARC) corredores de narcotráfico clave y lugares para huir de la presión de las fuerzas de seguridad colombianas, realizar adiestramiento militar y reabastecer su arsenal de Guerra.
Tanto las Farc como el ELN tienen presencia en los estados fronterizos con Colombia. Apure es el bastión más fuerte de la disidencia, y donde se han registrado fuertes enfrentamientos contra la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
En el caso del ELN, su presencia ha sido denunciada en el estado Bolívar, específicamente en la zona minera, donde se disputa el control de los yacimientos contra los seudosindicatos y las bandas mineras.
Bacrim
Las Bacrim son bandas criminales organizadas y concebidas en Colombia, que, tras la desmovilización de las autodefensas colombianas, fueron a parar a Venezuela.
Entre las organizaciones que se encuentran en el país están las Águilas Negras, los Rastrojos, los Urabeños, la Oficina de Envigado y el Clan del Golfo.
La mayoría opera entre los estados Táchira, Zulia, Apure y Barinas y cuentan con decenas de hombres dedicados a los delitos de extorsión o cobro de “vacunas”. Además del ecuestro, homicidio y narcotráfico.
Estas organizaciones mantienen azotadas a poblaciones enteras y asentamientos campesinos con el cobro de vacunas, y asesinatos.
Más de 20 megabandas, 15 agrupaciones paramilitares, 10 seudosindicatos y cinco pranatos hacen vida en Venezuela. Lo que eleva los niveles del crimen organizado a los puntos más altos. Casi que ninguna de estas organizaciones ha sido combatida por los organismos de seguridad, pues lastimosamente están más armadas.
A la par, el venezolano cada vez siente más desconfianza por las autoridades de seguridad y las instituciones de justicia del Estado. Por ello, en la gran mayoría de los casos, no denuncian los delitos de los grupos de delincuencia organizada. Lo que aumenta la impunidad en estos casos.
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