Luchar, resistir, cohesionar esfuerzos, superar diferencias y mantener la universidad de puertas abiertas son compromisos inquebrantables para los ulandinos.
Esto se demuestra diariamente con las labores desplegadas y quedó ratificado durante la asamblea ampliada de Intergremial Universitaria del Núcleo Rafael Rangel (Nurr), desarrollada el pasado 16 de marzo, con la presencia de gremios, estudiantes, profesores, así como personal administrativo, técnico y obrero.
En el encuentro también estuvieron las autoridades rectorales de la Universidad de Los Andes (ULA), específicamente Mario Bonucci Rossini y Manuel Morocaima, además el equipo vicerrectoral del núcleo Trujillo, encabezado por Geovanny Castellanos.
Debate
Durante casi cuatro horas el patio central de la Villa Universitaria sirvió de epicentro para dirimir, analizar y plantear posibles soluciones a los problemas institucionales. Johny Humbría, presidente de la Asociación de Profesores de la ULA (Apula), seccional Trujillo, dirigió la asamblea.
Diversos protagonistas del quehacer ulandino expresaron su sentir, lamentaron las condiciones actuales de la casa que vence las sombras, entre ellas: el déficit presupuestario, deterioro de las infraestructuras, fallas en los servicios básicos, paralización de la ruta estudiantil, acciones vandálicas, incluso cuestionaron que en algunas oportunidades falte el sentido de pertenencia.
Entre las propuestas surgidas están: atención especial y aplicación de correctivos desde el Consejo Universitario en procura de ayudar a solventar inconvenientes en el Nurr, flexibilizar los procesos para generar ingresos propios, al mismo tiempo, establecer proyectos de transformación desde lo interno, con impacto a lo externo.
Sin olvidar proseguir las luchas pacíficas en defensa de reivindicaciones socioeconómicas, derechos constitucionales y preceptos democráticos.
Respuestas
El rector respondió a cada una de las interrogantes. Reconoció las voluntades existentes pro academia. Una vez más recordó que la ULA carece de asignaciones financieras justas, por parte del gobierno, lo cual afecta las soluciones oportunas a ciertos casos.
A tal punto que el Ejecutivo Nacional cerró el 2022 debiéndole a la ULA 1 millón 181 mil dólares y transcurrido el primer trimestre del 2023 tampoco han entregado presupuesto, lo cual catalogó como un método programado de asfixia.
Sin embargo, la autogestión, creatividad e ingenio prosperan en los espacios universitarios para seguir adelante. En tal sentido, elaboraron un portafolio de proyectos, convenios y alianzas estratégicas. La mayoría de los planteamientos ya son ejecutados.
Mientras que el secretario Manuel Morocoima recalcó que el equipo rectoral trabaja duro por la universidad, a la vez aplauden los sacrificios de todos los ulandinos. Avizoró mejores tiempos democráticos, laborales e institucionales. PRENSA ULA-NURR / Gilcely Linares (CNP 15.221). Fotos: Carlos Cegarra