Con preocupación ve el Consejo de Protección Integral del Niños, Niñas y Adolescente el incremento de 90 % de los niveles de violencia contra niños y niñas en Táchira durante el primer mes del año 2021.
Yesenia Parada, directora del Sistema de Protección Integral del Niños, Niñas y Adolescente de San Cristóbal, explicó que algunos abusos son cometidos por parejas de mujeres. Pues en algunos casos, las mujeres prestan más atención preferencial a sus parejas en vez de sus hijos
En la mayoría de los hechos registrados son las nuevas parejas de las madres y padrastros de los niños los que cometen abusos contra los infantes.
«En tiempo de pandemia el incremento de la violencia ha sido impresionante. Pero en lo que va de mes, en enero, son los casos que han marcado mucho porque hay casos de maltrato, violencia, desnutrición, de niños indefensos, de pocos meses de edad», recalcó Parada.
Niños desnutridos
También las consejeras del Consejo de Protección de Niños y Niñas han notado el incremento de hospitalizaciones de infantes con signos de desnutrición presentando quemaduras o con alergias. Algunas madres manifiestan que la situación económica no les permite alimentarles o darles pecho.
Por ello, el Consejo de Protección Integral del Niños, Niñas y Adolescentes ha dado acompañamiento, medidas de protección y asistencia para los niños, además han enviado las actuaciones a la Fiscalía del Ministerio Público.
«No solamente los cuerpos de seguridad deben estar atentos, es de interés general, porque cualquier persona puede estar pasando por una situación así. A los vecinos que no les de miedo denunciar», resaltó.
Aberrantes casos recientes
Beatriz Sala, directora de Proyecto 860 y del Observatorio de Violencia de Genero, puntualizó que la llegada de la pandemia agudizó el terrible flagelo que viven las mujeres venezolanas que también se extiende a sus niños. El confinamiento con el agresor, que deja con pocas posibilidad a las víctimas de comunicarse con familiares y amigos. Las mujeres quedan expuestas a abusos sexuales, físicos y psicológicos.
Salas recordó el más reciente que caso que marcó a la región es el de un niño de 11 meses, quien falleció el martes 2 de febrero, dado al avanzado estado de desnutrición que presentaba y el de una niña de 2 meses de edad, con desnutrición severa, ella también falleció a las pocas horas de haber sido ingresada al Hospital Central de San Cristóbal.
«El agresor maltratador llegó con su pareja, de 17 años, que además tiene otro niño de 3 años. El niño llegó en condiciones muy graves, pese a que el equipo médico le dio la asistencia, el bebé falleció. El equipo de salud y testigos que se encontraban en el sitio evidenciaron el trato del agresor, de 59 años que casi le triplica la edad a la madre del niño, cruel y violento incluso hacia el equipo de salud», describió Salas.
La organización no gubernamental Proyecto 860 detalló a través de sus redes sociales que los infantes provienen de familias disfuncionales. La madre del niño es una adolescente de 17 años, víctima de violencia sexual, física y psicológica desde los 13 años, de la que nace el bebé que luego también fue ultrajado en múltiples oportunidades por su padrastro.
El niño de 3 años, hijo solo de la madre, al ser examinado por médicos forenses, tras las denuncias a los consejeros de protección del municipio Guásimos, se evidencia que existía violencia física y abuso sexual, por lo que Estado asumió la guarda del infante, contó la representante de Proyecto 860.
«Desde Proyecto 860 exhortamos a las autoridades a que considere que en el caso del niño, la madre que es una menor de 17 años ha sido víctima de violencia sexual, psicológica y física y ella no debe ser imputada como parte de los maltratadores de los dos niños. Cuando ocurre este tipo de violencia, ocurre algo que se llama indefensión aprehendida, se bloquea su mecanismo de defensa y se mantiene de una manera sumisa al maltratador, por tanto no podemos decir que la madre es cómplice de este aberrante hecho», solicitó Beatriz Sala.
El agresor es su propio padre
Mientras que la madre de la niña de 2 meses, es también una adolescente de 17 años, víctima de violencia física, sexual y psicológica cometidas por su padre, quien la embarazó en dos oportunidades, detalla Beatriz Salas. Es decir el padre y abuelo de las bebés. En este caso también se constató la actitud violenta del hombre para con la madre como con el personal que se encontraba allí, expuso la defensora de los derechos de las mujeres.
«Es importante conocer que estos casos se viven día a día en nuestras comunidades y municipios aledaños, Es importante la denuncia de los vecinos en estos casos», recalca.
Debido a estos nefastos hechos, la organización Proyecto 860 ofrece herramientas básicas para apoyar a las víctimas de violencia de género, maltrato y abuso infantil. La idea es evitar que la sociedad se convierta en cómplice directo por omisión de auxilio, juez y verdugo al estigmatizar y revictimizar a las víctimas.
Al momento de detectar o ser testigos de casos de maltrato infantil en la comunidad, lo primero que la ong recomienda es identificar al agresor y a la víctima, registrar los datos de ubicación de la vivienda. Además, realizar un registro fotográfico y pedir apoyo a consejeras de protección que se encuentran en cada alcaldía, policías o alguna organización defensora de derechos humanos.
A través del Observatorio de Violencia de Género de Proyecto 860 las víctimas y vecinos pueden solicitar apoyo jurídico y psicológico para las víctimas. También pueden hacer contacto con Intamujer y la organización Uniandes.