Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)
Una de las obras más importantes del gran naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) es: ‘La expresión de las emociones en el hombre y animales’ (1872). El planteamiento fundamental de Darwin en esa obra es que las emociones del humano tienen una historia evolutiva que se puede rastrear hasta las emociones de otros animales.
Paul Ekman (nac. 1934) es un psicólogo estadounidense que en el año 2002 fue considerado uno de los 100 psicólogos más eminentes del siglo XX en todo el mundo. Ekman realizó investigaciones sobre las emociones básicas del humano y su relación con las respectivas expresiones faciales. Detectó seis emociones básicas: Ira, disgusto, miedo, felicidad, tristeza, y sorpresa. Ekman estudió la expresión facial de cada emoción en diversos pueblos del planeta, incluso estudió varias tribus de Papua, Nueva Guinea, que nunca pudieron aprender la expresión facial de las diversas emociones básicas viendo a otros pueblos del planeta. Sin embargo, hasta esas tribus expresaban facialmente esas emociones básicas igual que todos los demás pueblos del planeta, lo cual confirmó que el enfoque evolutivo de Darwin sobre las emociones del humano era acertado: Las emociones básicas del humano se originaron evolutivamente y son universales.
Por otra parte, Paul Ekman también realizó investigaciones sobre las emociones y su correspondiente expresión facial, que tienen una enorme importancia en la vida de cada persona para lograr bienestar psicológico y enfrentar la tristeza y la depresión psicológica. En efecto, Ekman descubrió que la correlación entre una emoción y su expresión facial es tan grande, que si usted sonríe aunque no tenga ganas de sonreir, entonces usted suscitará en su cerebro la emoción de sentirse bien, porque su expresión facial sonriente está asociada a felicidad.
Stefan Klein (nac. 1965) es uno de los más reconocidos divulgadores científicos en Alemania, y en su importante obra: ‘La Ciencia de la Felicidad’ (2002) plantea lo siguiente: “¿Sonreir le hace feliz? (…) Paul Ekman indagó científicamente esta cuestión y corroboró que sonreir en realidad puede hacer que usted se sienta feliz” (1).
Igualmente vamos a hacer referencia a Elsa Punset (nac. 1964) que es una escritora y filósofa española, hija del conocido divulgador científico español, catalán, Eduard Punset (1936-2019). Ella también es muy reconocida y se ha dedicado al tema de la vida emocional saludable del humano. En su obra: ‘Una mochila para el universo’ (2012) dice lo siguiente: “Si no estás feliz pero pones cara de felicidad, como por ejemplo cuando sonríes mecánicamente y sin ganas, te sientes un poco más feliz (…) Son conclusiones de estudios clásicos y prestigiosos como los de Paul Ekman, y aunque nos sorprendan podemos sacarles mucho partido en nuestra vida diaria, porque una de sus implicaciones más potentes y prácticas es la importancia real de poner al mal tiempo buena cara” (2).
Desde hace siglos se conocen muchos dichos populares como: “Cuando te sientas mal sonríe y te sentirás mejor”, etc. Pero ahora sabemos que en realidad esos dichos tienen un fundamento fisiológico cerebral que la ciencia ha descubierto. Por supuesto eso no significa que cuando las personas viven oprimidas y/o explotadas, deben sonreir y resignarse. Lo que podemos interpretar de manera valiosa es que sonreir puede ayudar a tener mejor ánimo para vencer las dificultades y luchar por la justicia social
En efecto, las investigaciones en psicología han demostrado la importancia de los ‘sentimientos positivos’ para alcanzar satisfacción en la vida y más longevidad.
En tal sentido es muy interesante referir los estudios realizados sobre el tipo de sonrisa de una persona. Hay dos tipos de sonrisa. La primera es llamada ‘Sonrisa Duchenne’ por su descubridor Guillaume Duchenne (1806-1875), médico francés, pionero de los estudios de electrofisiología y fundador de la electroterapia. Darwin en el Capítulo 8 de su mencionada obra hace referencia a los estudios de este autor francés. Esa sonrisa Duchenne es genuina. Las comisuras externas de la boca se levantan y las comisuras externas de los ojos se arrugan. Los músculos que participan en ese tipo de sonrisa son el ‘orbicularis oculi’ y el ‘zygomaticus’ y son muy difíciles de controlar voluntariamente. El otro tipo de sonrisa es llamada: ‘Sonrisa Pan American’ por el tipo de sonrisa que manifestaban las aeromozas de la compañía aérea Pan American en los anuncios comerciales de televisión. Esa sonrisa no es auténtica y no tiene las características de la sonrisa Duchenne. Los psicólogos entrenados para diferenciar entre los dos tipos de sonrisa, son capaces de separar rápidamente las fotos de personas con uno u otro tipo de sonrisa.
Dacher Keltner y LeeAnne Harker de la Universidad de California en Berkeley, publicaron en el año 2001 los resultados de un estudio extraordinariamente interesante. Estos investigadores analizaron las fotos de 141 muchachas estudiantes del último año en el Mills College que se publicaron en el Libro Anual de dicha institución correspondiente al año 1960. Todas esas estudiantes, excepto tres muchachas, estaban sonrientes en las fotos. De las sonrientes, la mitad manifestaban una sonrisa Duchenne. Luego los investigadores hicieron un seguimiento y contactaron a esas mujeres a diversas edades: 27 años, 43 años y 52 años, e hicieron entrevistas para estudiar su ‘nivel de satisfacción en la vida’ y sus matrimonios.
En el año 1990 Harker y Keltner se propusieron responder la siguiente pregunta : ¿Es posible predecir la satisfacción en la vida y en el matrimonio de esas mujeres a partir del tipo de sonrisa que tenían en 1960?…Harker y Keltner encontraron un resultado sorprendente: En promedio las mujeres con sonrisa Duchenne tenían más probabilidad de haberse casado, más probabilidad de mantenerse casadas, y más probabilidad de experimentar satisfacción en su vida durante los 30 años siguientes al año 1960 cuando se tomaron las fotos.
No obstante, Harker y Keltner pensaron que quizás las ‘mujeres con sonrisa Duchenne’ tenían más belleza física y quizás por eso alcanzaban mayor satisfacción en su vida. En consecuencia, los investigadores clasificaron las fotos de 1960 según la belleza física de las muchachas, pero encontraron que este factor no tenía nada que ver con la futura satisfacción en la vida y en el matrimonio. Los investigadores concluyeron que las muchachas con una sonrisa Duchenne tenían más probabilidad de sentirse felices en el futuro y lograr matrimonios estables (3).
Por otro lado, la sonrisa Duchenne es indicadora de sentimientos positivos en una persona, y hay otra investigación muy interesante que hicieron Danner D., D. Snowdon y W. Friesen con un grupo de 180 monjas de la ‘Escuela de Hermanas de Notre Dame’, cuyos resultados publicaron en el año 2001.
En este estudio no se analizó la sonrisa sino los diarios que escribieron las novicias en los años 1930. Se encontró algo muy interesante: Aquellas novicias que expresaban en sus diarios más sentimientos positivos, alcanzaron luego edades mucho más avanzadas. En efecto, se encontró que el 90 % de la cuarta parte de la muestra que expresó más ‘sentimientos positivos’ todavía estaban con vida a la edad de 85 años en comparación solamente con un 34 % de la cuarta parte que expresó menos sentimientos positivos en sus diarios. Igualmente se encontró que el 54 % de esa cuarta parte con más sentimientos positivos, todavía estaba viva a la edad de 94 años, en contraste con un 11 % de la cuarta parte con menos sentimientos positivos (4).
Las monjas no consumen bebidas alcohólicas, ni fuman, y llevan vidas muy similares, por lo cual los investigadores concluyeron que la cantidad de sentimientos positivos expresados en sus diarios en los años 1930, permitían predecir su futura longevidad. El eminente psicólogo estadounidense Martin E.P. Seligman (nac. 1942) concluye que: “Una monja feliz es una monja longeva” (5).
Escribo en los primeros días de mayo de 2023 y en nuestro país estamos bombardeados cada día con estímulos negativos depresógenos y entonces debemos buscar algunos remedios como hacer ejercicio físico, que de manera comprobada ayuda a combatir la depresión, y también esforzarnos por tener emociones positivas, aunque sea muy difícil.
NOTAS: (1) Pag. 20 en Stefan Klein (2006) ‘The Science of Happiness’. Marlowe & Co., New York (Edic. original en alemán: 2002). (2) Pag. 124 en Elsa Punset (2012) ‘Una Mochila para el Universo’. Ediciones Destino, España. En el caso de que la lectora o lector quieran conocer el trabajo original de P. Ekman sobre sonreir y sentirse bien, la referencia es: Ekman, P., and Davidson, R.: ‘Voluntary smiling changes regional brain activity’. In Psychological Science 4. pp 342-345, (1993). (3) LeeAnne Harker and Dacher Keltner (2001) ‘Expressions of Positive Emotion in Woman’s College Yearbook Pictures and Their Relationship to Personality and Life Outcomes Across Adulthood’. Journal of Personality and Social Psychology, Vol. 80, No. 1, pp. 112-124 (4) D. Danner, D. Snowdon and W. Friesen (2001) ‘Positive emotions in early life and longevity: Findings from the nun study’. Journal of Personality and Social Psychology. 80(5) pp. 804-813. (5) Pag. 4 en Martin Seligman (2002) ‘Authentic Happiness’. The Free Press. La información referente a las investigaciones sobre la ‘Sonrisa Duchenne’ referidas en el presente artículo se ha tomado de las páginas 4 y 5 de la mencionada obra de Martin E.P. Seligman. Los datos sobre G. Duchenne se han tomado de Pag. 288 en ‘The Cambridge Biographical Encyclopedia’. Edited by David Crystal. Second edition (1998). Cambridge Univ. Press.