Caracas, 3 jul (EFE).- El representante diplomático de EE.UU. para Venezuela, James Story -quien trabaja desde Colombia-, pidió este sábado la liberación de los activistas de la ONG Fundaredes, Omar García, Rafael y Javier Tarazona, este último clave en las denuncias del conflicto entre las Fuerzas Armadas y las disidencias de las FARC en una zona fronteriza.
«Un estado democrático respetaría la libertad de la sociedad civil de informar a la ciudadanía. Los venezolanos tienen derecho a informar, libres de intimidación, y detenciones arbitrarias como represalia. Liberen a activistas de Fundaredes y a su director Javier Tarazona», indicó Story en su cuenta de Twitter.
La solicitud llegó después de que la ONG Foro Penal, líder en la defensa de «presos políticos» en Venezuela, informara que los tres activistas, detenidos ayer, fueron presentados ante tribunales e imputados por los delitos de «traición a la patria, terrorismo e incitación al odio».
Según denunció el director vicepresidente del Foro Penal, Gonzalo Himiob, a los activistas se les impidió ser «asistidos por sus abogados de confianza», y se les impuso un defensor público.
Tarazona y sus dos compañeros fueron detenidos el viernes cuando acudieron a la sede del Ministerio Público en el estado noroccidental de Falcón para denunciar que el líder de la ONG estaba siendo «víctima de acoso y persecución por funcionarios» de la Policía de esta entidad, el Servicio de Inteligencia y «funcionarios sin identificar».
Junto a ellos también se encontraba el director del Comité Nacional de Familias Víctimas de las Desapariciones y Trata en las Costas de Venezuela, Jhonny Romero, quien fue puesto en libertad el mismo viernes.
Los tres activistas, sin embargo, fueron trasladados hasta Caracas y permanecerán recluidos en la sede del Servicio de Inteligencia en Caracas conocida como «El Helicoide».
Tarazona fue una de las voces fundamentales para informar acerca del conflicto que comenzó en marzo pasado entre las Fuerzas Armadas y disidentes de las FARC en el estado Apure (fronterizo con Colombia) y que se prolongó por aproximadamente dos meses con un saldó indeterminado de fallecidos.
Al frente de Fundaredes, se convirtió en una fuente clave para conocer lo que sucedía en la zona ante la falta de datos oficiales.