La muerte de Elvins González le amputa al estado Trujillo un esfuerzo creciente en la investigación de la historia regional, ejercido con la iluminada voluntad de quien sabe que ha encontrado el camino de su realización personal, vinculándola a la necesidad del colectivo de conocer sus relevantes hitos sociales que le permitan darle un sentido a su devenir y con ello, contribuir a construir un mejor mundo para todos.
Lo conocí de cerca hace unos cuatro años, en una reunión de Voces de Valera, cuando me reveló su deseo de averiguar con cuidado la dispersa y generalmente aérea historia de la ciudad, para sacarla de lo anecdótico y darle una concreción de piedra angular, para con su soporte definirnos mejor como ciudadanía.
Me pareció un objetivo de importancia y, desde entonces, con una permanente relación conversacional traté de ayudarlo dentro de mis limitaciones. Iba a muy buen paso. Consideré que estaba destinado a convertirse en un cronista mayor. Por esto, con gratitud, le doné parte de mi biblioteca, con la total certeza de que la ponía en muy buenas manos.
Su muerte inesperada corta ese proceso. Lloro por su familia y por Valera.