Elba Pérez expone cómo la Imagen del Santo Niño fue expropiada a su familia

Elba Pérez de Fernández

 

Yanara Vivas SNTP 6961/ CNP 16770


Diversas historias se han tejido alrededor del origen de la Imagen del Santo Niño de la Cuchilla de Zea, en el Valle del Mocotíes, del estado Mérida, por ende, la señora Elba Pérez de Fernández, decidió contar la historia que fue pasando de generación en generación en su familia, sobre la llegada de la imagen venerada a manos de sus tatarabuelos: Timoteo Pérez y Soledad Duque, quienes residían en el cerro La Cuchilla, lugar que formaba parte del camino real, de quienes, a pie o sobre bestias, recorrían la ruta que unía a los estados Táchira, Mérida y Zulia.

Entre 1845 y 1846, unas hermanas de la Caridad, parientes de la familia les visitaron, trayendo como obsequio una imagen del Niño Jesús recostado sobre un sepulcro y con la cabeza recostada sobre una calavera, elaborada en alabastro, que traían de Roma, incluso bendecida por el Papa Gregorio XVI.

La imagen fue colocada en la sala de la casa que servía de paradero a los viajeros, quienes comenzaron a encomendarse al Santo Niño, cuenta la señora Elba.

Con el tiempo, Román, hijo de la pareja y bisabuelo de quien narra la historia, decidió construir una capillita con las limosnas que los viajeros dejaban ante los pies del Niño, utilizando tierra pisada, un material muy usado en la época.

Teniendo la capilla, Román destinó las nuevas limosnas para el mantenimiento, reparaciones de la misma y para ayudar a los vecinos que necesitaran algún préstamo, narra la señora Pérez de Fernández.

A la muerte de Román, su hijo Tomás toma el testigo de cuidar el Santo Niño, llegando incluso a contar con un párroco en la capilla, pero los chismes de los envidiosos impulsaron al sacerdote a expropiar la imagen a sus legítimos herederos, y el tesoro acumulado en ofrendas que promeseros habían otorgado al Niño, desapareció, asegura la señora Elda, agregando que para 1965, también desapareció el nicho de oro, en el que era expuesta la imagen, sostenido por dos ángeles blancos adornados con incrustaciones de oro y piedras preciosas, sin que se sepa hasta ahora quién, ni qué pasó con la cantidad de oro y dinero que habían ofrendado al Santo Niño de la Cuchilla.

El 8 de diciembre de 2001, la señora Elba contó la historia de su familia, publicándola en un pequeño libro testimonios de milagros, documentos y hasta la forma de rezar el Rosario, bajo el titulo “La verdadera historia del Niño de la Cuchilla”, publicación que causó situaciones incomodas con autoridades eclesiásticas y municipales, por lo que en 2012, publica una nueva edición con polémicas afirmaciones en contra de la Iglesia, la municipalidad y hasta el cronista de la época.

A la fecha, la señora Elba, continua defendiendo su historia, asegurando que su publicación tiene por objetivo contar la verdad y el que dejen de inventarse historias contradictorias sobre el origen del Santo Niño de la Cuchilla.

Fotos de Yanara Vivas

 

 

 

 

 

.

Salir de la versión móvil