Washington, 26 oct (EFE).- La campaña electoral de EE.UU. se acercó este lunes a su última semana con un marcado contraste entre los dos aspirantes: la vertiginosa agenda del actual presidente, el republicano Donald Trump, con varios mítines diarios, frente al estilo más sosegado del aspirante demócrata, Joe Biden, quien lidera las encuestas.
Si habitualmente la contienda política en Estados Unidos tiene tintes de suspense cinematográfico, en 2020, en medio de la pandemia del coronavirus y la profunda crisis económica, los giros de guión no dejan de sorprender.
«En esta elección se escoge entre una super-recuperación de Trump y una Depresión con Biden», dijo el mandatario en un acto político en Allentown (Pensilvania).
Se trataba del primero de los tres mítines que Trump ofrece este lunes, con apenas horas de diferencia, en uno de los estados claves para la victoria en los comicios del próximo 3 de noviembre.
LOS VIENTOS DE LAS ENCUESTAS
Después de que Pensilvania votara durante dos décadas por el aspirante demócrata, Trump dio la sorpresa y se impuso allí en 2016.
Las encuestas, sin embargo, sitúan a Biden, nacido en el estado, levemente por encima del actual mandatario.
Por eso, en un lugar con un importante peso del sector energético, especialmente el «fracking», una controvertida técnica de extracción de hidrocarburos mediante la fracturación hidráulica, Trump marcó distancias con su rival a quien acusó de querer «abolir la industria petrolera» con su «obsesión» por las energías verdes.
«Facturas eléctricas disparadas, sin aire acondicionado en verano, ni calefacción en invierno», aseguró el republicano sobre las consecuencias de una eventual derrota.
Aprovechó la ocasión para recurrir al sarcasmo ante los planes de Biden basados en la energía eólica, e imaginar una escena familiar: «Veamos al presidente Trump en televisión.’Lo siento, no podemos. Hoy no hay viento, cariño», bromeó.
Pese al humor, lo cierto es que las encuestas no son favorables para el mandatario, quien enfrenta una reñida disputa en estados tradicionalmente republicanos como Florida o Georgia.
BIDEN DESCANSA
Frente al estilo hosco de su rival, el exvicepresidente Joe Biden, se tomó una jornada de descanso y pasó el día con reuniones con su equipo en su casa de Wilmington (Delaware).
«No prohibiré el ‘fracking’ en Pensilvania. Protegeré los empleos en Pensilvania, y punto. No importa cuántas veces mienta Donald Trump», se limitó a decir Biden en un comunicado.
Precisamente, mañana tiene previsto desplazarse a Georgia, estado del sur de EE.UU., donde las encuestas señalan que están prácticamente empatados, y el jueves estará en Florida.
EL VIRUS, DISPARADO
Trump saltó de un acto a otro sin apenas descanso mientras insistía en los logros en la lucha contra la pandemia, que ha dejado ya más de 225.000 muertos por la covid-19 en Estados Unidos.
«Hemos hecho un gran trabajo. Estamos absolutamente doblando la esquina», afirmó el mandatario en su segundo mitin, en Lititz, también en Pensilvania.
Trump restó, de nuevo, importancia al virus al asegurar que tanto él mismo como su esposa, la primera dama, Melania Trump, lo han superado, y se «sienten bien».
Y recalcó que el país no se puede permitir un cierre económico, al que abocaría, dijo, Biden de ganar las elecciones.
El nuevo repunte de casos en Estados Unidos afecta sobre todo al medio oeste y a los estados que atraviesan las Montañas Rocosas, incluidos algunos territorios que serán clave en las elecciones del 3 de noviembre, como Wisconsin u Ohio.
Para añadir confusión, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, afirmó este domingo que Estados Unidos «no va a controlar la pandemia» porque la covid-19 «es un virus contagioso», pero sí espera conseguir «vacunas, terapias y otras formas de mitigarla».
Alfonso Fernández