De lejos evoca la imagen de una rústica estructura perdida en medio de la selva y quizás en medio del tiempo, debido a la posición geográfica de la institución y del paisaje verde que la arropa, así se encuentra el Núcleo Universitario “Rafael Rangel” (Nurr) de la Universidad de Los Andes, olvidado, vejado y envejeciendo desde mucho antes que anunciaran las medidas de cuarentena social.
Mientras en la Universidad Central de Venezuela, patrimonio cultural, parte del techo de una de las caminerías se cae a pedazos por la falta de mantenimiento, en el Nurr, o la Villa Universitaria como le llama su comunidad, la maleza, el deterioro y la inseguridad cada día cobra más terreno entre las 15 instalaciones deportivas y los 10 edificios que componen el complejo.
“Estamos en medio de una situación difícil por el cerco financiero que el gobierno ha impuesto a las universidades, tanto es así que el Nurr en los últimos dos años solo ha recibido 8 millones de bolívares, el equivalente de dos potes de pintura para atender tanto la Villa Universitaria como el Núcleo en Boconó y la extensión que tenemos en Carmona”, expresó Giovanni Castellanos, vicerrector decano encargado.
La autoridad académica resaltó que ante la falta de mantenimiento los edificios de la alma mater se han deteriorado considerablemente y están necesitando con carácter de urgencia impermeabilización, así como el corte de la maleza, “aun cuando hemos recibido pequeños apoyos externos para limpiar un poco el frente de la Villa todo eso se torna insuficiente para la institución en estas condiciones”.
Invasiones y cortes de los bosques
Castellanos denunció que el Nurr en sus 289 hectáreas que van desde el río Castán hasta el municipio Pampán, ha sufrido invasiones y cortes masivos sus bosques por parte de habitantes de la comunidad para solventar la falta de gas doméstico.
“Ante la indiferencia de los organismos respectivos están cortando los arboles verdes para hacer leña y venderla, se están llevando la madera y hasta están cultivando. En nuestros bosques se produce el 40% del agua que consumen las poblaciones de La Peñita, La Concepción, Mucuche, Pampán y Tabor, más de 80% de personas consumen agua de lo que se produce en esos bosques y que actualmente están sufriendo un 40% de intervención”, destacó.
Indiferencia de cuerpos de seguridad
Compartió que las autoridades universitarias han acudido ante el Juzgado Superior Agrario para pedir una medida de atención directa para la medida ambiental que ya cursa, así como se ha solicitado el apoyo a la Guardia Nacional y otros organismos para ayudar a resguardar la institución, quienes hasta el momento se han mostrado indiferentes.
Más de 7 robos en cuarentena
El vicerrector decano acotó cada vez que sufren un robo colocan la denuncia ante los organismos correspondiente. Han sido víctimas de más de siete robos durante la cuarentena con el hurto de herramientas de trabajo, parte del techo y cercado de la estructura, una corta maleza, más de cinco computadoras, más de 12 acondicionadores de aire, así como el desvalijamiento de tres buses, y en la Unidad de Producción Agrícola sustrajeron una casa de agua de 2 mil litros.
“Hemos sentido el peso del hampa contra nuestra institución con la indiferencia del orden público, no porque no lo sepan, pero mantienen un silencio en materia de seguridad en el Nurr que parece que no les importa lo que acá pase”, reveló el declarante, quien además reiteró que el Nurr, “la universidad autónoma del estado Trujillo”, se mantendrá en resiliencia y resistencia.
Yoerli Viloria
Gráficas: Yoerli Viloria