El título de este artículo es la lacónica respuesta con la que una conocida operadora, se justifica para intentar ocultar alguna falla en las conexiones telefónicas que se presentan a diario en Venezuela.
El pasado seis de enero de este bisoño año, se produjo un apagón en las redes; en las que nadie podía enviar o recibir mensajes; internet enmudeció, Facebook igualmente quedó silente; los usuarios se quejaron pero no hubo una aclaración oficial.
El oficialismo estaba muy ocupado en la elaboración de una requisitoria para buscar a los opositores al régimen; era urgente poner tras las rejas a quienes se oponen al desastre que tenemos como país. Nadie se ocupó de una respuesta por la avería en el sistema de las redes, media nación sin internet.
Lo denunciado no es nuevo; una perogrullada diría un viejo periodista; eso ocurre hace cerca de dos décadas. Las fallas en las comunicaciones telefónicas es de vieja data. Venezuela cada vez tiene las peores conexiones en el mundo, hemos retrocedido a los años veinte del siglo pasado; en verdad el servicio telefónico venezolano resulta atrasado, en completa mengua, acusa demasiadas deficiencias.
Todo se debe a la ausencia absoluta de inversiones; a la desactualización en los equipos, no existe renovación en la infraestructuras, plataformas u otros dispositivos para optimizar, hacer fluidas las comunicaciones telefónicas; todo se quedó en el pasado, cuando, por ejemplo, CANTV era una empresa líder y pujante, que pagaba los mejores salarios; era un prestigio laborar allí, pero se desplomó con el arribo de la actual administración.
CANTV y su filial de telefonía móvil se atascaron e hicieron del sistema telefónico, las señas de identidad de lo que no funciona; de aquello que es inoperante. Hay quienes atribuyen a la galopante corrupción que corroe a ambas empresas del sector público, las responsables de las deficiencias, pero en verdad, en un estado carente de contraloría, fiscalía, parlamento y estado de derecho, qué se puede esperar. Es harto difícil encontrar un estado eficiente.
En definitiva, Venezuela anda a empellones, es doloroso lo que vemos en este país que está dejando de ser república; está en remate, por desgracia.
Es preciso que los usuarios nos organicemos a fin de exigir mejores servicios; basta el conformismo asfixiante, es urgente conversar estos temas, avanzar en soluciones concretas, realizables, siempre de la mano de los afectados, ir hacia adelante a través del intercambio de opiniones, la participación; de allí podemos llegar a acuerdos en busca del país que se desdibuja. Manos a la obra, amigos lectores. Conversemos sobre Venezuela y sus actuales dificultades; estamos a tiempo, no la dejemos sola.