Gabriel Montenegro
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Ciento cincuenta y seis mil efectivos de la fuerza aliada multinacional, diez mil toneladas de explosivos, treinta aviones por cada uno del enemigo y el mayor desembarco anfibio de la historia humana, se fusionaron en el amanecer del denominado Día «D», aquel 6 de junio de 1944, cuando las tropas aliadas tomaron las costas de Normandía (Francia) con la única misión de erradicar y aplastar de una vez por todas la invasión nazi alemana junto a sus acólitos de Japón, Italia y algunos españoles y austríacos.
La operación militar más grande que se recuerde se denominó «Overlord» y en ella perdieron la vida 20 mil seres humanos, al responder los nazis, que esperaban el ataque por otro frente, a la ofensiva aliada, soportada además por cargas de artillería de todos los calibres.
Este histórico acontecimiento cambió el rumbo de la II Guerra Mundial y puso fin al desenfreno y la locura del «furer» Adolfo Hitler en su obsesionado afán por apoderarse del mundo.
Inglaterra, Francia, Canadá, Rusia y Estados Unidos unieron esfuerzos comunes para derrotar a los representantes del «Eje».
Franklin Delano Roosevelt, Sir Wiston Churchill, Josef Stalin, el exiliado Charles de Gaulle inspirando a su pueblo y un magistral Ike Eisenhower, trabajaron mancomunadamente para terminar con la hegemonía del terrible y cruel Tercer Reich.
Fue una operación militar y política secreta, que tomó por sorpresa al ejército alemán, mayormente aerotransportada y con la toma de cinco playas de las costas de Normandía en una Francia ocupada, especialmente Omaha y Utah, pero cuyos invasores nazis jamás se imaginaron que los aliados atacarían por esa parte y de esa manera por lo que no pudieron reponerse a tiempo para responder con su letal contraofensiva.
El nombre código fue «Gold», integrada la avanzada gigante por soldados canadienses, norteamericanos, británicos, franceses y algunos milicianos que desde adentro despejaban el paso de la fuerza multinacional.
En la madrugada del desembarco, antes de las seis de la mañana, apoyado por más de dos centenares de aviones de combate y transportadores de equipo bélico, se perdió un total de 4.400 vidas de valientes soldados quienes murieron en la contraofensiva alemana y otros tanto ahogados o arrollados por los propios vehículos anfibios en el agua; sin embargo el número de bajas alemanas fue mucho más cuantioso y prácticamente decidió el destino de la Segunda Guerra Mundial.
Hitler acorralado y paranóico
Al conocer Adolfo Hitler las noticias llegadas de los distintos frentes de batalla, además de la derrota ya confirmada de Romnel en la lucha en el desierto, comenzó a llamar a la fuerza militar incluso a jovencitos casi niños, quienes partieron al frente, siendo muchos de ellos capturados, mientras otros morían en una guerra incomprensible donde no debieron estar, por culpa de un loco desquiciado con ansias de poder total.
Los rusos, por su parte, lanzaron una poderosa ofensiva por el frente oriental y tomaron valiosas posiciones ocasionando muchas bajas en el desesperado ejército bb si.
En cuanto al desembarco en Normandia, una vez en tierra la mayoría de las divisiones comenzó la toma de pueblos y el retiro de los invasores quienes creían que recibirían refuerzos pero no fue así.
Los buques desde el mar, los aviones y bombarderos como apoyo estratégico, además de una poderosa artillería terrestre definieron el rumbo de la guerra y garantizó la liberación definitiva de Europa.
Fueron varios días de intensa lucha desde el desembarco y los ataques aéreos, luchando incluso cuerpo a cuerpo y calle por calle, pero con gran respaldo del pueblo francés.
Al final comenzó el principio de la derrota definitiva de Alemania y sus incondicionales.
Ya en Italia el propio pueblo y los partisanos habían linchado a Benito Mussolini, mientras los otros amigos del «Eje», los japoneses, hubieron de doblar luego la cervis ante la feroz venganza de un Estados Unidos herido por la destrucción de buena parte de su flota naval en Pearl Harbor.
Lo cierto del caso, es que el 06 de junio de 1944 quedará marcado como el momento cumbre de la alianza militar en favor de la sensatez.
Se perdió la vida de miles miles de jóvenes con muchas ilusiones y proyectos, los cuales quedaron truncados en un suelo que ni siquiera conocían y que apenas habían pisado cuando cayeron bajo las cargas enemigas; sin embargo la gesta de ellos será inolvidable y ha quedado y quedará grabada en el sentimiento de un mundo que clama por la paz, la justicia, la igualdad y el respeto entre los hombres. Paz y luz para todos esos héroes, quienes ofrendaron su vida para que nosotros viviéramos en franca tranquilidad y armonía.
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