De tus enemigos aléjate, de tus amigos cuídate, cuídate de que no te engañen, cuídate que entre ellos no se engañen” Eclesiastés Otra oligarquía nos gobierna. Gil Fortoul en su historia de Venezuela habló de la Conservadora encabezada por Páez y la Liberal que tuvo a Guzmán como iluminado. La Real Academia define el término oligarquía como el gobierno de unos pocos. Antes de Cristo los griegos advirtieron el peligro de la degeneración oligárquica.
El sistema oligárquico se relaciona con el llamado “pensamiento de grupo”. En el gobernante “círculo rojo” la verdad es pecado, creándose un mundo fantasioso, alejado de la realidad. Gobiernan desde una burbuja y todo lo que contradice la mentira convertida en verdad, se hace sospechoso o es acusado de traición. A esto se añade el fenómeno psicológico de “Hubris”, que tiene que ver cómo al que preside se le sube el poder a la cabeza, pierde el cable a tierra y termina conduciendo al abismo.
Basta escuchar las cadenas, los canales del Estado o la propaganda oficial para darnos cuenta del cortocircuito que hay entre el círculo rojo y la realidad. Ejemplo son las cuñas que invitan a ahorrar en oro o a convertir divisas que muy pocos tienen en petros. Y quienes tienen moneda dura no están dispuestos a cambiar por algo que nadie sabe a ciencia cierta qué es. Con más de 80% de pobreza, y un internet entre los tres peores del mundo, lo del monedero digital o “el wallet” es pura ilusión. A los vastos sectores marginados y a muchos en la tercera edad lo de las criptomonedas también les suena a chino.
Basta enfermar para entrar en el calvario de las medicinas que no se consiguen sino bachaqueadas (si acaso) y a precios más que dolarizados. Ir al mercado cada día y observar cómo todo sube a diario y hasta varias veces. En un día la inflación es mayor, que la que hay en la mayoría de los países al año. Hay muchos productos que en el exterior se consiguen más baratos. Ni hablar de crisis como la eléctrica, la falta de agua o el transporte. Será por ello que en el último estudio Latinobarómetro salimos como el país más golpeado, donde el 97% afirma que la economía es un desastre. Sin embargo, para el círculo rojo vivimos en el “Mar de la felicidad”, y es que es cierto que somos la nueva Cuba.
Oscar Arnal