Santiago de Chile, 2 jun (EFE).- El cierre de las escuelas durante la pandemia causó un severo daño educativo que hipoteca el futuro de millones de niños, supone un empobrecimiento cultural grave y obliga a una acción inmediata para salvar a las futuras generaciones, advirtieron este jueves en un evento virtual conjunto el Banco Mundial, el Diálogo Interamericano, la Unesco y Unicef.
Una emergencia educativa que ha retrasado el aprendizaje en torno a 1,8 años y que amenaza con seguir agudizándose, ya que todavía quedan muchas escuelas cerradas en el continente, y que ha multiplicado el riesgo de abandono escolar, advirtieron los organismos en un llamamiento al que se sumaron cuatro jefes de estado de la región.
«Estamos en modo emergencia. Y hay que actuar de manera inmediata. No podemos esperar y los gobiernos deben darle la urgencia necesaria porque hay soluciones locales, soluciones de acceso híbrido» que se pueden aplicar enseguida, advirtió Italo Dutra, asesor regional de Educación de Unicef.
En este contexto, todos los intervinientes coincidieron en que el desigual acceso a la tecnología, fruto de la grave desigualdad económica y la brecha social que padece la región, es una de las razones claves que explican esta emergencia educativa «que ya no puede esperar».
UN COMPROMISO PARA RECUPERAR EL APRENDIZAJE
«La crisis educativa que afecta a la región no tiene precedentes. Si no actuamos ahora para recuperar las pérdidas de aprendizaje, toda una generación de niños, niñas y jóvenes será menos productiva en el futuro y tendrá menos oportunidades de progreso y bienestar», dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
«Según nuestras estimaciones, los estudiantes de hoy podrían ver disminuir sus ingresos a lo largo de su vida hasta en un 12 %», agregó.
Ante esta situación, las cuatro organizaciones presentaron el documento «Compromiso para recuperar y proteger el aprendizaje en América Latina y el Caribe».
El texto se basa en cuatro pilares clave: «Colocar a la recuperación educativa en lo más alto de la agenda pública», «reintegrar a todos los niños, niñas y adolescentes que han abandonado la escuela y asegurar que permanezcan en ella», «recuperar los aprendizajes perdidos y asegurar el bienestar socioemocional» y «valorar, apoyar y formar a los docentes».
En esta línea, Jean Gough, directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, instó a todos los países a convertir los compromisos en acciones y advirtió que «no se trata de unos pocos estudiantes, sino de millones que corren el riesgo de quedarse atrás».
«Para hacer frente a la crisis, necesitamos desarrollar e implementar sistemas de recuperación del aprendizaje a gran escala. Podemos invertir ahora o dejar atrás a toda una generación. La elección es nuestra», recalcó.
SISTEMAS PÚBLICOS FUERTES
El acto concluyó con un llamamiento de los presidentes de Chile, Gabriel Boric; de Honduras, Xiomara Castro; de Argentina, Alberto Fernández y de Ecuador, Guillermo Lasso, que defendieron la necesidad de sistemas públicos de educación fuertes que aseguren el futuro a los niños y adolescentes y permitan reducir los efectos negativos de la pandemia.
«Lo que queremos hoy en día es que volvamos a convivir, volvamos a encontrarnos, que nos hagamos cargo de la tremenda brecha educativa que ya existía, pero que la pandemia agrandó», aseguró el mandatario chileno, quien puso énfasis en los programas de salud mental y la necesidad de convivir «para entendernos como iguales».
Castro, por su parte, recordó que «el derecho a la educación se ha visto disminuido por la aplicación de políticas neoliberales» y que «la emergencia sanitaria sacó a relucir que el neoliberalismo no reconoce los derechos de los pueblos, únicamente las necesidades del mercado».
«Si algo nos ha enseñado el neoliberalismo y la contingencia sanitaria es que debemos fortalecer las instituciones y los sistemas educativos para sobrellevar circunstancias impredecibles», agregó la dignataria hondureña.
Una idea, la de impulsar la educación pública, que compartió el presidente argentino, quien aseveró que las sociedades más ricas son las que tienen más recursos y minerales sin «las que han sido capaces de desarrollar el conocimiento hacia el futuro de las sociedades».
«Y el primer conocimiento al que hay que prestarle atención es la educación básica, la que el estado está obligado a brindar», dijo Fernández quien añadió que en estos tiempos de pospandemia se necesita «más educación, más conocimiento para lograr un mejor desarrollo, más acceso a la educación pública para lograr que todos puedan desarrollarse».
Lasso, por su parte, hizo un llamado «a todos los actores de la sociedad civil y del sector público, a nivel nacional e internacional, para que todos juntos arrimemos el hombro por la educación».
«El futuro de nuestros países y el bienestar de millones de familias depende de ello», concluyó el mandatario ecuatoriano.
.