Washington, 17 jun (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos suavizó este jueves algunas sanciones económicas contra Venezuela para permitir la adquisición de materiales relacionados con la pandemia, como vacunas, mascarillas, tanques de oxígeno o ventiladores, de acuerdo a un comunicado del Departamento del Tesoro.
Junto a Venezuela, Washington también suavizó sanciones para Irán y Siria con ese mismo objetivo.
El Tesoro informó que las medidas afectan a «transacciones y actividades relacionadas con la entrega de mascarillas, ventiladores, tanques de oxígeno, vacunas y producción de vacunas, test covid-19, sistemas de filtración de aire y hospitales de campaña».
La decisión llega después de un análisis dentro del Gobierno de Joe Biden para evaluar si las sanciones «están obstaculizando indebidamente las respuestas a la pandemia» por parte de los países afectados.
En el caso concreto de Venezuela, el Tesoro detalló que la medida permitirá a entidades sancionadas como el Banco Central de Venezuela (BCV), el Banco de Venezuela o el Banco Bicentenario y sus filiales a realizar este tipo de transacciones.
El Tesoro, sin embargo, dejó claro que las sanciones económicas contra Petróleos de Venezuela (PDVSA) y su entramado empresarial siguen intactas.
El Gobierno de Nicolás Maduro denunció la semana pasada que un banco internacional había bloqueado 10 millones de dólares depositados al mecanismo Covax para la compra de vacunas como consecuencia de las sanciones estadounidenses.
«Con esta acción nadie puede negar que estas medidas coercitivas unilaterales son criminales», aseguró la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.
El expresidente estadounidense Donald Trump impuso durante su mandato un sinfín de sanciones contra Venezuela que Biden, tras cinco meses en el poder, ha mantenido pese a manifestar que está estudiándolas.
El congresista demócrata Jim McGovern pidió precisamente esta semana a Biden que levante las sanciones impuestas por Trump al considerar que han «empeorado la crisis» en Venezuela.
«Creo que ha llegado la hora de corregir el rumbo de la política estadounidense hacia Venezuela. Es hora de dejar de usar el bienestar del pueblo venezolano como moneda de cambio», afirmó el congresista.